Descomposición perredista en el DF
¬ José Antonio López Sosa jueves 5, Feb 2015Detrás del Poder
José Antonio López Sosa
En aquel lejano 1997 cuando la democracia llegó al Distrito Federal, el Partido de la Revolución Democrática (PRD) irrumpió la escena política como una opción a la izquierda que daría un giro a la gobernabilidad de la ciudad de México.
El voto de castigo de los capitalinos –aún recordando la incapacidad gubernamental en los sismos de 1985, los desvíos de Oscar Espinosa, los yerros de Manuel Camacho entre otros hechos– llevó a Cuauhtémoc Cárdenas a ser el primer jefe de gobierno democráticamente electo.
Desde el año 2000 los delegados políticos también son electos y desde entonces, la mayoría ha sido perredista. Quizá dos fenómenos se aquilataron: por un lado la migración del voto duro del PRI al PRD en el DF y por otro, las buenas administraciones tanto de Cárdenas, su sucesora Robles, López Obrador y Ebrard. Con claroscuros estas administraciones lograron que el PRD se posicionara como fuerza política de mayoría en el DF.
Al paso de los años, este partido se ha descompuesto a tal grado, que el PRI, la fuerza política menos favorecida en el DF es ahora un partido que busca competir fuerte en la ciudad de México. La corrupción, los abusos de poder y los cacicazgos son el común denominador en el PRD.
Liderazgos putrefactos como el de René Bejarano, Víctor Lobo, Joel Ortega siguen imperando en la ciudad de México, ante un electorado que no está dispuesto a tolerar más abusos por parte de estos grupos.
Hay avances en el DF, tenemos leyes de avanzada y estamos mejor que en los tiempos de las regencias del PRI, pero también hay que destacar que la corrupción ha crecido vertiginosamente, las delegaciones políticas son de los entes donde más se ha enquistado la corrupción y la impunidad.
La gota que ha derramado el vaso en el PRD es la gestión de Miguel Ángel Mancera, donde el jefe de gobierno se ha visto como pre candidato presidencial desde el inicio de su administración y ha logrado el consenso en su contra.
Si vemos del otro lado, el PAN como semillero de corrupción en Benito Juárez, el PRI con los mismos usos y costumbres de siempre y, los partidos rémora, como zanguijuelas del poder. Sombrío panorama para el DF.
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