Y todo quedó en “un cafecito”
Roberto Vizcaíno viernes 30, Ene 2015Tras la puerta del poder
Roberto Vizcaíno
- Estaban listos para arrancarse los ojos, quitarse la piel, encajarse los dardos políticos más envenenados y…
- Madero llegó ayer a la plenaria de los senadores del PAN en Los Cabos y fue recibido con fanfarrias
- Todo fue abrazos, sonrisas y compromisos para encontrarse pronto, tomar un café y dialogar
Hace unos días salieron a la arena del coliseo nacional con la cara pintada para la guerra. Ya desde los túneles por dónde venían para el encuentro final, venían lanzándose misiles y cargas de alto poder, de esas que bien colocadas matan al rival.
No había sorpresas. La pelea estaba planteada desde hace al menos 4 años, en los que ha habido momentos cruciales, y adelantos que han dejado a unos y otros malheridos y con las ropas desgarradas.
Exhibidos en su ser interno. Sin posibilidad ya de dar marcha atrás en la opinión de los observadores externos –que somos todos los que no estamos afiliados al PAN-, quienes al hablar de ellos dicen: ahora ya los conocemos porque ellos mismos se han quitado las máscaras, se las han arrancado unos a otros, y han revelado su podredumbre humana, ética, política, moral.
Así venían para el encuentro final, pero ayer, cuando quedaron frente a frente, se vieron, se midieron, algo dijo uno al otro y entonces el gesto fiero, los escudos y las espadas bajaron lentamente y la escena dio paso a una dulce sonrisa, y vino el abrazo.
A partir de ahí todo fueron flores y buenos deseos, promesas, algunos amagos, pero nada serio…
El gladiador más aguerrido y fiero del grupo opositor, hoy en desgracia, lo explicó así…
– ¿Cafecito la próxima semana con (Gustavo) Madero?, se le preguntó al senador Javier Lozano Alarcón.
“Pues yo encantado de la vida… no tengo ninguna reserva porque tampoco se vale simplemente estar de pleito y no tener el ánimo conciliador…. pero que también se den cuenta de que yo con amenazas no funciono, que yo funciono mejor con el diálogo, con el respeto y así sí jalo.
– Senador, ¿ya le va a bajar dos rayitas entonces a sus declaraciones?
“No, no dos, muchas. Ahorita ya no voy a hablar del tema. Se acabó. Punto y aparte hasta nuevo aviso, porque espero que no vaya a haber sorpresas, pero por lo pronto…
Momentos antes los senadores Javier Lozano y Roberto Gil Zuarth habían abrazado y platicado sonrientes, amables, con Gustavo Madero, presidente del PAN quien acudió a la Plenaria de los senadores del PAN en Los Cabos, Baja California.
Previamente Lozano y Gil Zuarth habían denostado y acusado a Madero de ser un dictador, de estar usando al PAN para sus intereses personales y de ser un pésimo dirigente partidario al que, si llegaba, lo más probable era que ni le hablaran…
Las posturas de Lozano y Gil Zuarth no eran una novedad, tienen ya unos 4 años, especialmente los últimos dos, atacando y acusando a Madero de todo. Tampoco es un secreto que amos forman parte de un grupo de unos 24 senadores del los 38 que tiene Acción Nacional en la Cámara alta que responden a los intereses del ex presidente Felipe Calderón, grupo que es comandado por Ernesto Cordero.
Cordero fue el secretario de Hacienda del Gobierno de Calderón mientras Lozano fue el secretario del Trabajo y Gil Zuart el secretario particular del Presidente de la República.
Esta semana la disputa de todos ellos con Madero se agudizó luego de que el ex presidente Calderón diera un par de entrevistas en las que acusó a Madero de no escuchar a la militancia, de no abrir las puertas del PAN a las críticas, y de estar manejando el partido como un organismo de su propiedad y para sus intereses personales y que frente a este escenario él y los suyos irían a formar otro partido.
La respuesta a Calderón vino no de Madero sino de un ex colaborador y ex amigo cercano al ex presidente, de Juan Molinar Horcasitas quien fue director del IMSS y titular de la SCT en el sexenio pasado quien afirmó que el michoacano era un sujeto de malas artes, con una entraña pésima y un resentido que además ya mucho antes había amagado con irse del PAN y que se había dedicado a fracturar a este partido con sus acciones.
Calderón le respondió apenas unas horas después, y calificó a Molinar como un mentiroso amargado.
El grupo de Calderón, comenzando por Lozano y Gil Zuarth indicaron que Molinar era un traidor, desleal, mentiroso, que estaba siendo usado por Madero para atacar al magnifico, inteligente, comprometido, patriota y honesto presidente que había sido Calderón.
Hasta ahí todo pintaba el camino hacia una batalla final.
Pero ayer algo pasó que ambas partes dejaron fuera las armas y las discordias, y pasaron a los abrazos y las sonrisas.
Todo eso fue calificado por Lozano como “un buen gesto… y además ustedes escucharon a lo largo de las intervenciones de esta mañana que todo mundo quiere que seamos un partido unido, fuerte, cohesionado, para enfrentar lo que viene, y yo creo que eso es lo que debemos intentar todos en el PAN, y lo debemos intentar desde la cúpula de la dirigencia, los representantes populares, los que son diputados, senadores; en fin, los directivos estatales, municipales. Todo mundo tenemos esa responsabilidad y todo mundo también entonces tenemos la obligación de predicar con el ejemplo.
“Entonces yo creo que hoy es un día importante. Qué bueno que esta reunión permite que tengamos este encuentro, reencuentro, que podamos perfilar bien nuestro trabajo y ver hacia adelante. Yo espero que estos malos episodios y capítulos queden atrás.
– ¿El rumbo quedó retomado con este abrazo…?, preguntó un reportero que no podía cerrar sus ojos de plato, conmocionado por la sorpresa.
“Pues yo espero que sí, porque en otras ocasiones hemos visto que se dice una cosa y se hace otra. Yo espero que en ésta ocasión todos actuemos con generosidad, con inteligencia, con disciplina, para la unidad del partido, que es lo que la gente nos está pidiendo a gritos. Lo que la gente quiere es que tengan una opción confiable, real, viable, para poder corregir las cosas que están pasando mal en el país.
“El PAN está llamado a ser esa opción, pero hay que hacerlo también, insisto, con congruencia entre lo que se piensa, como ideología, como ideario, como doctrina, con la práctica política en la función pública o en actividades del mismo partido”, respondió un Lozano marcado por un júbilo solo comprensible en quien se reencuentra con el un gran amor de su vida.
– Senador, ¿pero entonces se acabaron de parte de usted las críticas ácidas?… Porque decía el presidente (Gustavo Madero) hace un momento que la libertad de expresión se respeta en el partido, pero también los reglamentos.
“Bueno, por supuesto que ambas cosas se tienen que conciliar, pero que eso no signifique que cuando algo se advierta que está mal no se nos permita hablar. Entonces yo creo que en un partido que defiende y promueve las libertades y la dignidad humana, lo menos que debe hacer es respetar la opinión de sus militantes.
“Yo no me estoy yendo a otra fuerza política, no estoy apoyando a otros candidatos. Estoy actuando dentro de los cauces de mi propio partido, lo hago en privado y públicamente expresar lo que yo no veo bien. ¿Por qué? Porque —miren— muchos me critican que yo estaba en el PRI, pero precisamente por haber estado yo en el PRI y hace 10 años haber tomado la decisión de cambiarme al PAN es porque vi una opción diferente, es porque vi un instituto político distinto y distinguible, que era un referente de moral y ético en la política.
“Y de pronto me encuentro con prácticas que francamente se parecen al PRI, del que salí corriendo. Por eso es que levanto la voz, pero estoy en la mejor disposición de que todo esto quede atrás, de ver hacia adelante, de trabajar juntos y de hacer mi parte para que le vaya muy bien al partido, le vaya muy bien al país”.
¿Será todo esto, el giro de 180 grados de los calderonistas, el resultado de una negociación en lo oscurito entre Felipe Calderón y Gustavo Madero?
Porque, como dicen los chavos, la neta yo no creo en la ingenuidad…