¿Qué tan inmunes somos a los cambios?
Roberto Vizcaíno martes 27, Ene 2015Tras la puerta del poder
Roberto Vizcaíno
- Las promesas hechas para obtener el triunfo en Grecia son muy costosas, y las arcas están casi vacías
- En España, los comicios de este año esperan el desempeño del partido emergente Podemos
- En México hay fuerzas políticas que podrían replicar la experiencia de Syriza
El domingo pasado en Grecia ganó Syriza, una coalición de partidos y corrientes de izquierda marcada por el populismo.
A pesar de que no son una fuerza política nueva en aquel país, el triunfo de este conglomerado ha sido calificado en Europa como un “hecho histórico” por las consecuencias que podrían derivarse para ese continente y el mundo su arribo al poder.
Es, afirman, un ejemplo que podría replicarse en otras naciones de la Unión Europea y que podría significar un cambio profundo en la composición ideológica y política en aquella región y en otras zonas del orbe. Especialmente, porque deja atrás a los viejos partidos nacionales ya repudiados y fuertemente debilitados en su mayoría en casi todas las sociedades.
Al ver este proceso nos preguntamos: ¿en México estamos ante algo similar… o la sociedad mexicana y sus partidos políticos, en el sistema electoral mexicano somos inmunes a esta ola de cambios?
Ahora mismo, la victoria y ascenso al poder de Syriza significa un fuerte impulso al partido Podemos en España. Podemos, que surgió apenas en enero de 2014, es considerado por todos los levantamientos de opinión en España como el de mayor preferencia del voto y el virtual ganador en las siguientes elecciones, a realizarse durante el presente año.
Podemos es la consecuencia político-electoral de los grandes y masivos movimientos de indignados que surgieron en 2011 y 2012 en Europa, y especialmente en España.
De confirmar el voto el triunfo de Podemos en los siguientes comicios en España, este partido -liderado por el profesor de ciencia política de la UCM y analista político de la TV española, Pablo Iglesias, un personaje con cola de caballo, inseparables jeans y barba de días que le dan un aspecto desaliñado, más cercano a los beats de los 70-, podría dejar enterrados al Partido Socialista y al Partido Popular, las dos fuerzas que se han pasado el poder en los últimos decenios.
Syriza es más o menos lo mismo que Podemos, pero con el agregado de que su rápido crecimiento y llegada al gobierno tiene que ver con el hartazgo de los ciudadanos griegos a las medidas de austeridad y control impuestas por la Unión Europea, que han afectado el nivel de vida, empleo y bienestar de todos en Grecia durante ya casi 4 años seguidos.
El arribo de Syriza al poder no está exento de temores y advertencias.
Lo que para unos es un triunfo de la dignidad del pueblo griego, para otros es el inicio del abismo y de la profundización del desastre social y económico en Grecia. Es, dicen estos últimos, el principio de la quiebra del Estado griego.
De entrada, al quedar a 2 escaños de los 151 que requería para ser mayoría simple en un Congreso de 300 diputados, el popular líder de Syriza, el ingeniero Alexis Tsipras, tuvo que negociar una alianza con Panos Kammenos, dirigente de Griegos Independientes, una formación de la derecha nacionalista, que con el 4.75% de los votos quedó en sexto lugar y con 13 escaños en su poder, suficientes para que Syriza hiciera gobierno.
La alianza en si es extraña y su única razón de existir es que ambas fuerzas se oponen a los dictados de la Unión Europea.
Luego de cumplirse este requisito, Alexis Tsipras tomó posesión como nuevo primer ministro de Grecia.
Todo ello fue observado casi sin respiro por pueblos, sectores financieros y líderes de gobiernos de la Unión Europea, a la cual Grecia debe como socio numerario, desde 2010, alrededor de 278 mil millones de dólares, que representa el 175% de su PIB.
Los rescates financieros realizados en estos años por la UE, liderados por la alemana Ángel Merkel, han obligado al gobierno griego y a su pueblo a someterse a un estricto plan de reestructuración.
El domingo la mayoría de los ciudadanos de aquel país se la cobraron con su voto.
Para ganar, el líder de Syriza, el ingeniero Alexis Tsipras, prometió 40 puntos entre los que se encuentra el de reestructurar la enorme deuda, a través de dejarla de pagar, hasta que Grecia tenga una recuperación suficiente que no obligara a sus ciudadanos a sufrir los estragos de la austeridad.
Prometió subir el salario mínimo de 651 dólares mensuales (unos 9 mil 114 pesos al tipo de cambio actual) a mínimo 843 dólares mensuales (11 mil 800 pesos mexicanos).
Prometió subir hasta un 75 % el Impuesto Sobre la Renta a todos quienes ganen más de medio millón de euros al año y acabar con los beneficios fiscales de que gozan armadores de barcos (principal actividad de la economía griega) y a la Iglesia; rebajar drásticamente el gasto militar y combatir la fuga de capitales.
Dar desayunos y comidas en todas las escuelas y abrir la gratuidad de la salud a todos los griegos y migrantes nacionalizando de paso todos los hospitales y servicios médicos privados; nacionalizar los bancos y utilizar todos los edificios públicos y las iglesias para dar cabida a los pobres.
¡CUIDADO!, ADVIERTE LA UE
Estas y otras muchas promesas similares atrajeron los votos del triunfo a Syriza.
Pero desde que inició este proceso electoral los miembros de la UE le advirtieron al popular ingeniero Alexis Tsipras, que todas sus propuestas y promesas tendrán un costo económico y que las arcas griegas están casi vacías.
Y no sólo eso, le recordaron que en los siguientes 10 meses Grecia deberá pagar al sistema financiero de la UE 10 mil millones de euros por intereses y aportaciones al capital de su deuda.
El nuevo primer ministro, que proviene de las filas del Partido Comunista, sonríe y les dice que habrá que renegociar las condiciones de esa deuda. Que ahí comienza ahora todo.
Los economistas europeos advierten que la UE podría enfrentar la salida de Grecia del euro. Pero que eso tendría consecuencias de austeridad y de una nueva recesión, no sólo para las naciones del viejo continente, sino para todos sus socios en el mundo.
Y México es uno de ellos.
Así que quienes en México piensen que lo que hoy ocurre en Grecia está muy lejos y es ajeno a nosotros, podrían perder la sonrisa muy pronto.
Eso, sin contar con que quizá haya quienes quieran replicar aquí una experiencia partidaria populista similar a la de Syriza en nuestras siguientes elecciones.
Ya lo veremos.
CALDERÓN, AL ATAQUE
Para dejar claro quien encabeza la oposición interna en Acción Nacional contra Gustavo Madero y su grupo en el poder, el ex presidente Felipe Calderón insistió ayer en que va por el control de este partido para reorientarlo y acercarlo a los ciudadanos y, si no lo logra, entonces crear otro que sea la alternativa que él y los suyos no encuentran hoy en el PAN.
Insistió en que frente a la virtual expulsión del blanquiazul de él y su grupo, no puede quedarse con los brazos cruzados y que antes de que Madero logre sus objetivos, luchará por reincorporarse a la toma de decisiones dentro de este partido.
Seguro que en las siguientes semanas, meses, habrá un nuevo embate de los calderonistas a la dirección y grupo de Madero, que causará nuevos estragos y mala imagen a este partido justo en medio de la contienda electoral en curso.