Curándose en salud
Ramón Zurita Sahagún lunes 26, Ene 2015De frente y de perfil
Ramón Zurita Sahagún
¿Acaso los altos dirigentes perredistas no han comprendido la gravedad del momento que vive este partido o con sus declaraciones tratan de vacunarse contra lo que se avecina?
Tal vez sea eso, porque minimizar las bajas que ha sufrido el partido del sol azteca en las semanas pasadas y ver los resultados de algunas autoridades emanadas de ese partido, es no ver la situación en que se encuentra el PRD y la grave crisis que se avecina, aunado a su caída en las preferencias ciudadanas y el descrédito y desilusión que provoca entre los seguidores de la izquierda.
Por segunda ocasión consecutiva, Carlos Navarrete Ruiz, presidente del organismo político, se equivoca en sus comentarios cargados de ironía y sorna, ya que trata de bajar presión a los sucesos, pero no por la ruta adecuada.
Hace unos días, el miércoles pasado, el presidente nacional del PRD despidió a Alejandro Encinas Rodríguez de su partido, sabedor de que este anunciaría su renuncia a la militancia al día siguiente.
Lo hizo en una carta abierta, en la que, lo menos que le decía, era su alejamiento del partido, manteniéndose en una zona de confort que le habían producido los cargos públicos y de elección popular (por cierto no ganando ninguno en las urnas con voto directo), a los que había llegado con el respaldo del partido.
Navarrete Ruiz tiene razón en parte de su argumentación, ya que son pocos los altos mandos del partido de izquierda que llegaron a esos cargos por la voluntad ciudadana expresada en las urnas.
El mismo Carlos Navarrete no ha sido capaz de ganar una sola de las elecciones constitucionales en que ha participado, como tampoco lo han hecho la mayor parte de los personajes que dirigente el grupo de “Los Chuchos”.
Jesús Ortega y Jesús Zambrano, así como Guadalupe Acosta y otros más, no logran ganara y los cargos de elección popular que han conseguido los alcanzaron por ser sembrados en los primeros sitios de las listas del partido al Congreso. De ese grupo que comanda el PRD desde hace algunos años, solamente Graco Ramírez Garrido, gobernador de Morelos, logró el triunfo en las urnas, de su actual cargo.
Es cierto que “Los Chuchos” dominan al interior del partido, por lo que los tres más recientes coordinadores de la bancada perredista en el Senado de la República, surgieron de ese grupo.
Jesús Ortega, Carlos Navarrete y Miguel Barbosa pertenecieron a esa tribu, como se le denominaba a los grupos que copan al PRD, aunque el tercero de ellos la abandonó ya en funciones.
Pero curioso también, las parejas de Jesús Ortega y Guadalupe Acosta alcanzan las nominaciones a diputadas y senadoras por la misma vía que sus compañeros.
Fue Angélica de la Peña, esposa del “Chucho” mayor la que se le fue a yugular a su compañero de escaño, Alejandro Encinas, cuando este anunció su renuncia a la militancia partidista y pidió le sean retirados de inmediato los privilegios de la bancada.
Pero dentro del partido las cosas no caminan bien, por el acaparamiento de privilegios por parte de la clase dominante.
Esas 28 renuncias de militantes que tanto minimiza Navarrete Ruiz no han producido un éxodo masivo, es cierto, pero se trata de algunos personajes fundadores del partido y que sí impactan en las decisiones de los ciudadanos al acudir a las urnas.
La principal de ellas es la de Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano, quien fue la figura que logró compactar a los diversos grupos de izquierda que actuaban de forma independiente.
Fue Cárdenas Solórzano con su primera candidatura presidencial, quien amalgamó esos grupos y hasta consiguió la fundación del nuevo partido, con el registro de uno de ellos (PMS).
Pero antes que Cuauhtémoc, ya habían abandonado el partido otro de los líderes de esa izquierda, Andrés Manuel López Obrador, también candidato presidencial y dirigente el partido del sol azteca, quien formó otro organismo político y ahora le disputará voto a voto a los perredistas.
Con López Obrador se fueron otros militantes como Martí Batres y una importante parte del equipo con que López Obrador gobernó la capital del país, muchos de ellos participarán como candidatos a cargos de elección popular.
Las renuncias recientes de dos senadores (Alejandro Encinas y Mario Delgado), muestran el desmoronamiento del partido del sol azteca, disminuyen el número de representantes del partido en la llamada Cámara alta, pero más que nada provocan desilusión entre los que mantenían como opción a este partido de izquierda.
El PRD enfrenta un momento difícil, donde podría perder, incluso, el único gobierno estatal que mantenía bajo dominio, de los nueve que elegirán nuevo gobernador el próximo 7 de junio, sin ganar uno solo de ellos y mucho menos refrendar Guerrero.
Pero más allá de un triunfo estatal, el PRD podría sufrir una sensible baja en los votos, la misma que pudiera capitalizar su ahora competidor directo el Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), partido que tendrá su primera aventura electoral.
“ALITO”
Finalmente, el candidato priísta que competirá por el gobierno de Campeche, será Alejandro Moreno Cárdenas, mejor conocido como “Alito”.
Con mucha anticipación, Moreno Cárdenas dejó atrás a sus compañeros de partido como la alcaldesa de la capital Ana Martha Escalante, el zar antisecuestros, Renato Sales y el senador Raúl Pozos, entre otros y se mantuvo siempre a la cabeza de las encuestas. Seis años debió esperar el hoy diputado federal, ya que en la pasada selección de candidatos del PRI se quedó en la antesala, al ser elegido el hoy gobernador Fernando Ortega.
Alejandro Moreno competirá en las urnas contra Jorge Rosiñol, abanderado el PAN y Layda Sansores, de Morena, entre otros.