Se descompone el PRD
¬ Augusto Corro lunes 26, Ene 2015Punto por punto
Augusto Corro
El jueves pasado renunció el senador Alejandro Encinas a su militancia perredista. Recibe el Partido de la Revolución Democrática (PRD) otro golpe fuerte en su cúpula de poder.
Antes, el fundador del partido, Cuauhtémoc Cárdenas, también optó por abandonar ese instituto político. Otro que salió de las filas amarillas es el senador Mario Delgado. Son múltiples las causas por las que sus distinguidos militantes decidieron abandonar el barco que amenaza con hundirse.
La gota que derramó el vaso de agua para que Encinas abandonara al PRD podría ser la tragedia en Iguala, con la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa.
Cuauhtémoc, el líder moral también decidió irse del partido del sol azteca porque estaba inconforme con la actitud pasiva de los perredistas frente a lo ocurrido en Guerrero.
Encinas dijo que no podría continuar en las filas del PRD tras los hechos de Iguala, porque sus dirigentes han guardado silencio y apuestan al desgaste y al olvido. La cúpula perredista intentó colocarse al margen del conflicto, a pesar de que el gobernador de Guerrero y el alcalde de Iguala eran de extradición amarilla.
Los dirigentes perredistas se hicieron los desentendidos, cuando era necesario enfrentar la problemática de la narcopolítica en Guerrero.
PLEITO AÑEJO
El PRD surgió con la suma de diferentes partidos de la llamada izquierda mexicana. Los orígenes de las tribus, con sus diferentes inclinaciones políticas, nunca vivieron en armonía.
La camarilla conocida como “Los Chuchos” viene de un seudopartido dizque socialista, siempre sumiso al gobierno en turno.
Encinas se desempeñaba como militante del Partido Comunista. Con el PRD el senador se olvidó de las siglas de su partido y se sumó a las huestes del perredismo.
Esa diferencia ideológica, más las ambiciones de poder de “Los Chuchos” marcaron la distancia entre Encinas y los dueños del PRD acostumbrados a enriquecerse con la política.
Después Encinas y Jesús Ortega se enfrentaron en como candidatos a la presidencia del PRD, el segundo resultó vencedor. Se trató de una lucha desgastante que dividió aún más a las filas de perredistas. El conflicto se resolvió en los tribunales electorales.
Obvio, no hubo reconciliación política y desde entonces Encinas empezó a madurar la idea de abandonar al PRD.
El entreguismo de “Los Chuchos” al gobierno federal representó una ofensa más para Encinas. A lo anterior se sumó la tragedia de Iguala, como señalamos arriba.
EL DIVISIONISMO
La llamada izquierda mexicana se encuentra dividida como nunca. Como se ve su situación política así seguirá por mucho tiempo. Las pugnas internas de los partidos y la competencia política natural no auguran buenos tiempos para el PRD.
El Partido Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), de Andrés Manuel López Obrador, se fundó recientemente y ahora funciona como otro polo de la izquierda, que hace más débil a la oposición.
Todo mundo sabe que Morena se convirtió en un factor más del divisionismo.
Y sobre ambos partidos (PRD-Morena) recaerá el triunfo o la derrota de la izquierda en las próximas elecciones electorales. La lucha principal entre perredistas y morenos se librará en el Distrito Federal, pues se encuentra la plaza mayor de los perredistas, que gobiernan en la mayoría de las delegaciones políticas. Perredistas y morenos
Iztapalapa es la demarcación más importante en la capital de México por el número de electores y por el presupuesto millonario para obra pública. Ahí, primera vez, dos partidos políticos de izquierda, de fuerza considerable, se disputarán la jefatura política delegacional.
PRD, DÉBIL
Encinas decidió abandonar al PRD en momentos en momentos difíciles para la dirigencia amarilla. Dijo el senador que los perredistas “se encuentran en el desencanto, indignados e incluso avergonzados de la descomposición que vive el PRD”.
Explicó que el capital político que forjó el PRD durante 25 años fue dilapidado. Dio sus razones:
Se han impuesto prácticas de corrupción, clientelismo, fraude electoral, la compra de votos en sus procesos internos, la impunidad en la violación de sus propias normas, la malversación de los recursos públicos, el “moche” legislativo, el “diezmo” a los trabajadores, “incluso se ha llegado al extremo de vender candidaturas y postular a delincuentes como candidatos.
Esto último en una clara referencia al caso Iguala. En este lugar, José Luis Abarca Velázquez, de extracción perredista, recibió el apoyo de “Los Chuchos” para ganar el cargo de presidente municipal.
A pesar de sus antecedentes penales, Abarca Velázquez, acusado de la desaparición de los normalistas, no enfrentó ningún problema para obtener la alcaldía. En el PRD le abrieron la puerta de par en par para que entrara.
A partir de la tragedia de Iguala, la imagen del partido del sol azteca empezó a deteriorarse. Sin embargo, no fue suficiente para que la cúpula perredista reflexionara sobre actitud política en Guerrero. Continúa con la actitud de cobijar al ex gobernador Angel Aguirre Rivero en sus decisiones políticas.
Sin recato alguno el ex mandatario tiene el apoyo de su partido. Esa fortaleza política le permitió designar a los políticos guerrerenses que buscarán un cargo de elección popular en junio próximo. Entre los beneficiados del dedazo, Ángel Aguirre Herrera logró la candidatura a la alcaldía de Acapulo.
En fin, Encinas informó que no irá a Morena. Según sus propias palabras, a partir de ya dedicará sus esfuerzos políticos a construir un bloque de fuerzas de izquierda, para formar un núcleo que vaya más allá de los partidos y sus límites.