Pronto serán difuntos
¬ Gustavo Mora miércoles 21, Jul 2010Nostálgicos y acelerados
Gustavo Mora
Los diputados y senadores de la LXI Legislatura al Congreso de la Unión tienen escasos 15 meses para seguir en los reflectores, en las declaraciones y que les hagan caso. Porque a partir de que los partidos políticos empiecen a calentar sus procesos internos para elegir los candidatos presidenciales del 2012, nadie los pelará y todos estarán pendientes de las listas que escojan para integrar la LXII Legislatura.
Así ha sido siempre.
¿A quién le puede interesar lo que diga o haga cualquiera de los actuales legisladores allá por el último trimestre del 2011? Mientras tanto, que aprovechen las dietas, los bonos, los viáticos, los viajes del turismo parlamentario, su fuero constitucional y todos los demás privilegios de los que ahora abusan.
Cuando el PRI, PAN, PRD y Partido Verde den a conocer quiénes serán sus abanderados en la elección de julio del 2012, todos se irán con la cargada. Los diputados buscarán aparecer en la lista de futuros senadores, y éstos, en la de diputados. Los asambleístas capitalinos tratarán de dar el brinco al gobierno federal para no seguir siendo adultos chiquitos.
Beatriz Paredes Rangel ya no estará en la presidencia del PRI y César Nava quien sabe si siga acumulando derrotas en el PAN. Jesús Ortega intentará regresar a cualquiera de las dos cámaras. Ya habrá nuevos presidentes en la Suprema Corte de Justicia de la Nación, en el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación y en el Instituto Federal Electoral.
Como dice Porfirio Muñoz Ledo: “como en los casinos de Montecarlo: juego nuevo, baraja nueva”.
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Como gobernador de Oaxaca, Gabino Cué Monteagudo no hará caso de la consigna pejelagartista de no tomarse la foto con el presidente Felipe Calderón Hinojosa. Su trato con el gobierno federal será respetuoso y de colaboración, por fuerza, aunque sin perder la relación con el que fue su principal promotor de campaña… Más de la tercera parte de los actuales gobernadores ya tampoco estarán en escena para el 2012 y andarán buscando colocarse en las campañas de los que serán candidatos presidenciales, aunque ya sin los fondos públicos que ahora manejan discrecional y hasta abusivamente… la Comisión Nacional de los Derechos Humanos es probable que ya también tenga nuevo titular para entonces… Adolfo Christlieb Ibarrola y Carlos Castillo Peraza son los “idolazos” de Santiago Creel Miranda en la trayectoria de Acción Nacional, aunque también concede méritos exagerados a Manuel J. Clouthier… Dice bien Manlio Fabio Beltrones cuando declara: “no ando buscando la Presidencia, porque no se me ha perdido”. Eso se llama poner los pies en la tierra y no andar sudando calenturas ajenas. Beltrones conoce bien el soneto de Renato Leduc de: “sabia virtud de conocer el tiempo”… ¿Cuántos de los sobrevivientes del gabinete calderonista estarán despachando todavía en sus puestos de aquí a las elecciones presidenciales del 2012?… Carlos Salinas de Gortari y Ernesto Zedillo Ponce de León empezaron con los funcionarios a los que entonces llamaban pirrurris y que procedían de la Anáhuac, de la Ibero y del Tec, que ahora son de lo más común. Estos fueron rebasados por los egresados de Harvard, Yale, Oxford y de la Sorbona… Y Alfonso Corona del Rosal se quejó, desde hace 30 años de que: “los priístas de carrera y con antecedentes en los cargos públicos vemos con preocupación como somos desplazados de los puestos de elección popular y del gobierno por los jóvenes académicos con muy buenos estudios, pero totalmente inexpertos para los puestos del gabinete presidencial”… Hermenegildo Cuenca Ríos (Echeverría), Salomón González Blanco (Díaz Ordaz) y Enrique Olivares Santana (José López Portillo) pudieron haber llegado a Los Pinos en caso de que a los presidentes les hubiera ocurrido algún accidente o no se hubiera atravesado el tlatelolcazo. Miguel Alemán Velasco es testigo de lo primero; el propio Díaz Ordaz confesó lo segundo y López Portillo le pidió al general Félix Galván López que convenciera a los del Congreso de la Unión que transmitiera su voluntad si le ocurría algo en su viaje a la Nicaragua sandinista.
yo pense que era en serio.