Agresiones al Ejército, ¿de parte de quién?
¬ Alejo Sánchez Cano lunes 19, Ene 2015Como veo, doy
Alejo Sánchez Cano
En tiempos de transparencia y rendición de cuentas a que están obligados todos los organismos públicos, no está mal que se abran las puertas del Ejército mexicano al escrutinio público, no está mal, lo malo radica en que quienes plantearon esta situación para las fuerzas armadas son nada menos que los mismos que hoy han violentado la vida pública de algunas instituciones en el estado de Guerrero, como es la quema del Congreso estatal ubicado en Chilpancingo; la pinta y saqueo de oficinas de gobiernos municipales y estatal en Iguala, así como oficinas de partidos políticos y del naciente Instituto Nacional Electoral en la entidad.
Los que piden abrir las puertas de los cuarteles militares lo hacen para confundir a la población en torno al caso de los jóvenes pertenecientes a la Escuela Normal de Ayotzinapa “Isidro Burgos”, el de los estudiantes que desde la noche del 26 al 27 de septiembre pasado siguen en calidad jurídica de “desaparecidos” y de quienes lamentablemente hay muchos indicios de que murieron en manos de grupos delincuenciales bien identificados y que operaban en la región, pero aún con esos datos hay quienes tienen interés en desvirtuar los hechos y se han acogido a una máxima popular que sentencia que “a río revuelto, ganancia de pescadores”, y saben por qué lo hacen.
Que bueno que la demanda de justicia a los muchachos no se olvide; que bueno que se pida transparencia en las investigaciones hasta ahora realizadas; que bueno que los dolientes lleven su caso a cuanta institución no gubernamental pudiera ayudar en el asunto, pero no se vale que un puñado de malandrines utilicen el dolor de la gente para desestabilizar la vida pública en algunas regiones, como tampoco es válido que en ese intento desestabilizador ahora quieran poner en duda la honorabilidad de una de las instituciones que más lealtad ha guardado a la vida institucional del país como es el caso del Ejército Mexicano. No se vale.
No se vale que armados de bombas “Molotov”, piedras y palos, estos provocadores del desorden hayan atacado e intentado entrar al cuartel del 27° Batallón de Infantería, dizque para continuar la búsqueda de los normalistas y a sabiendas que una provocación de ese tamaño pudo haber desembocado una crisis mayor porque la milicia pudo haber respondido a quienes desde el anonimato de pasamontañas y tapabocas buscaron una respuesta militar. Era el riesgo.
Afortunadamente, las provocaciones no pasaron a mayor y entre los mandos castrenses imperó una vez más la prudencia e inteligencia, porque una orden en el sentido de repeler la agresión pudo haber tenido un desenlace como el que hace mucho tiempo andan buscando los violentos y en lugar de 43 hoy se estarían hablando del número 44.
Entonces, es bueno que a la demanda de acceso a las instalaciones militares para continuar con las investigaciones la Secretaría de Gobernación, en voz del titular Miguel Osorio Chong, se haya hecho una invitación a una comisión del grupo demandante para ingresar de manera ordenada y pacífica, y sólo una comisión.
También fue buena la manifestación de disponibilidad del secretario de la Defensa Nacional, Salvador Cienfuegos, para esa exigencia.
Que bueno que en aras de una mayor transparencia y rendición de cuentas se indaguen todas las aristas que estén en la necesidad de una investigación, que bueno, pero también nos queda claro que detrás de esos movimientos desestabilizadores hay un fin político y que con tal motivación los “vividores de la política” han aprovechado el tema Ayotzinapa, en lugar de justicia andan en busca de votos.
Y una prueba de que el movimiento con el tema de Ayotzinapa se ha contaminado con otras causas, es que entre los manifestantes lo mismo actúan grupos radicales que se oponen a todo como los anarquistas en el Distrito Federal que los seudomaestros agrupados en la CETEG en Guerrero, y la CNTE en Oaxaca y Michoacán, y así podríamos ir enumerando e identificando a promotores de la violencia, pero más allá de esos grupos generadores de la violencia llama la atención que estos movimientos estén proliferando en vísperas del proceso electoral y seguramente tienen un financiamiento con recursos públicos destinados a partidos públicos.
Y en ese hipotético escenario, pues no será nada difícil identificar las manos que están detrás de las provocaciones al Ejército Mexicano, porque son las manos que siempre han estado contra México.
PASO SIN VER.- Informaciones diversas señalan que el sacerdote de la fe católica, Alejandro Solalinde, mejor conocido como el “padre Solalinde” ha decidido sumarse al grupo de personas que buscan, claman justicia y exigen la aparición con vida de los estudiantes de Ayotzinapa, sólo que hay un dato que nos llama la atención y que no nos cuadra en la actitud del padrecito: el clérigo es el mismo que se adelantó a los resultados y pesquisas de la Procuraduría General de la República y de los peritos argentinos, para en su afán de llamar los reflectores de los medios de comunicación anunciar que tenía pruebas de testigos que le habrían confesado la muerte de los muchachos.
Pues ahora resulta que el fundador del albergue “Hermanos del Camino”, allá en Oaxaca, ni sabe respetar la secrecía de confesión ni sus versiones aportaron nada nuevo en las investigaciones, pero si ha dado la vuelta al mundo mediático con sus declaraciones, como también pareciera querer desviar el curso de las pesquisas con su actitud.
¿Será que el padrecito en verdad sabe de más y por eso sus intervenciones para confundir a las autoridades y a familiares de los muchachos?, o ¿por qué nada del origen del problema, ni un solo cuestionamiento para quienes mandaron a los muchachos ora sí que a una guerra y sin fusil?, ¿acaso con esa actitud mediática está tratando de proteger a algún grupo delictivo o también se ha unido a esa aparente búsqueda con fines políticos?, son preguntas que ahí las dejo porque como veo, doy.