Chapulines y trapecistas
Ramón Zurita Sahagún lunes 19, Ene 2015De frente y de perfil
Ramón Zurita Sahagún
Una de las características principales de los políticos mexicanos es la flexibilidad de sus convicciones e ideales, los que con gran facilidad modifican, siempre para la obtención de mayores privilegios.
El chapulinismo y el trapecismo no son privativos de uno solo de los partidos que compiten en México, ni mucho menos de una de las ideologías predominantes, ya que se produce lo mismo en la izquierda, que en la derecha o en el centro de la geometría política nacional.
Todos y cada uno de los políticos lo traen a la mano como uno de los múltiples recursos de los que hacen gala, para negociar su conveniencia personal.
Se da en personajes catalogados como políticos probos, inteligentes, definidos, con carácter, formación intelectual y política, que dejan ir el prestigio a cambio de una nueva posición que dejan en claro sus verdaderos propósitos que, dicen ellos, son los de servir al pueblo y al país.
Cada proceso electoral los nombres de chapulines y trapecistas se acumulan y se suman a los ya existentes que siguen a la búsqueda de continuar dentro del presupuesto público, mediante nuevos cargos de elección popular.
Quien por mucho supera a sus colegas con los frecuentes cambios de camiseta a los que recurre es el flamante aspirante a la jefatura delegacional en Cuauhtémoc, Ricardo Monreal Ávila, que será avalado por el Partido Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), quien compite por vez primera en un proceso electoral. Monreal Ávila ha transitado por toda la gama de partidos de izquierda e incluso por el PRI, partido en el que inició su carrera política.
Por el tricolor ya fue diputado federal, un par de ocasiones y senador en otra, cuando asumió el escaño, en el momento mismo en que Arturo Romo fuese postulado al gobierno de Zacatecas.
Después como abanderado del Partido de la Revolución Democrática compitió por el gobierno de Zacatecas, ganado la elección y al término de su gestión, el mismo partido lo llevó al Senado de la República.
En su nueva tarea de senador cambió de siglas y se convirtió en coordinador de los senadores del Partido del Trabajo.
Regresó a la Cámara de Diputados (tercera vez), pero lo hizo como coordinador de los diputados federales del Movimiento Ciudadano y ahora se convertirá en candidato a jefe delegacional en Cuauhtémoc, pero del Movimiento de Regeneración Nacional, su cuarto partido de izquierda.
Sin embargo, lo de Monreal Ávila no causa sorpresa alguna, sobre sus constantes cambios de partidos y siglas. Otros movimientos son, tal vez, más asombrosos como el que prepara el PRI, en alianza con el Partido Verde, con la postulación de Ana Teresa Aranda, como su candidata a una diputación federal, por un distrito de Puebla.
Conocida como la secretaria que estudió para secretaria, Aranda es una panista de larga trayectoria que ya perteneció al gabinete presidencial durante la gestión de Vicente Fox Quesada (enero a diciembre de 2006).
En ese entonces fungió como titular de la Secretaría de Desarrollo Social, aunque también participó, como directora del DIF y subsecretaria de Gobernación (Migración y Asuntos Religiosos) en los gobiernos presidenciales del PAN.
Ana Teresa está catalogada como parte de los grupos de ultraderecha del PAN y ha sido candidata a diputada, senadora y gobernadora por el estado de Puebla, entidad por la que ahora el PRI y el Verde pretenden nominarla por uno de los distritos de la capital. Pero el trapecio del PAN al PRI, algo que antes se consideraba como inadmisible, es usado sin red de protección por otro destacado miembro de ese partido, ubicado también dentro del mismo sector conservador de ese instituto y por añadidura, nacido en el mismo municipio (León) que la ex secretaria Ana Teresa Aranda.
Se trata de José Ángel Córdova Villalobos, ex secretario de Salud y de Educación Pública en la administración presidencial de Felipe Calderón Hinojosa y ex diputado federal por el partido blanquiazul.
Fuera de Acción Nacional desde 2013, partido con el que se distanció por no hacerlo candidato al gobierno de Guanajuato, Córdova Villalobos se conforma ahora con la candidatura de la alianza conformada por el PRI y el Partido Verde a la alcaldía de León.
Otro caso notable es el Víctor Hugo Islas, poblano aspirante a una diputación federal de mayoría por un distrito de esa entidad, representado los colores de Acción Nacional.
Islas ya fue diputado federal en varias ocasiones y senador en una más por el PRI y diputado local de Nueva Alianza, por lo que Acción Nacional resulta ser su tercer partido por el que compite en un proceso electoral.
Eterno aspirante al gobierno de Puebla y a la alcaldía de la capital del estado, Islas prefirió emigrar a otros partidos en busca de esa oportunidad que tampoco le ha llegado.
Dos hijos de ex gobernadores priístas competirán con colores ajenos a los que representaron sus respectivos padres.
Mariano Piña, hijo del ex gobernador del mismo nombre, irá por Acción Nacional como candidato a diputado federal en el distrito de Teziutlán, Puebla, mientras que Carlos Mendoza Davis, será el candidato a gobernador del mismo partido blanquiazul en Baja California Sur, entidad que gobernó su padre Ángel César Mendoza.
CANDIDATURAS EN PUERTA
Definidas ya las candidaturas del PRI en los estados de Nuevo León y Michoacán, con las nominaciones de los senadores Ivonne Álvarez y Ascención Orihuela, respectivamente, en esta misma semana podrían surgir otros nombres.
Se da como hecho que los abanderados del PRI serán Claudia Pavlovich Arellano, Sonora; Roberto Loyola Vera, Querétaro y Esthela Ponce Beltrán, Baja California Sur. Pavlovich Arellano es senadora de la República, Loyola Vera es alcalde de la capital estatal y Ponce Beltrán alcaldesa de La Paz.