Los lamentos de Margarita
Ramón Zurita Sahagún jueves 15, Ene 2015De frente y de perfil
Ramón Zurita Sahagún
Los políticos son iguales todos, poderosos, altaneros y autosuficientes cuando se ubican en los cuernos de la luna. Humildes, críticos, reflexivos y hasta terrenos, cuando están fuera de él y aspiran regresar al mismo.
El caso más reciente de ello es Margarita Zavala Gómez del Campo, esposa del ex presidente Felipe Calderón Hinojosa, quien busca afanosamente un espacio de poder.
Hizo su intento y fracasó al no ser ubicada dentro de los espacios plurinominales del partido (Acción Nacional), ya que solamente consiguió 12 de 53 votos posibles dentro de la estructura formal de la cúpula partidista, que representa la Comisión Permanente del partido.
No logró alcanzar la nominación que le aseguraba un espacio en la LXIII Legislatura y ahora anuncia que buscará, después de las elecciones, la dirigencia nacional de su partido.
Sin embargo, luego del rechazo, Margarita buscó todos los espacios disponibles en los medios de comunicación, para lamentarse y enderezar una campaña virulenta en contra de quienes mantienen el poder políticos dentro de su partido.
Arremetió contra los que se opusieron a su candidatura, especialmente al ex dirigente nacional, Gustavo E. Madero (quien sí quedó) ya que dijo que prevalecieron intereses de grupo, entre ellos el que encabeza el mencionado Madero.
Y es que Margarita es el caso típico de aquellos políticos que sienten que son de verdad los halagos que les prodigan cuando se encuentran en los cuernos de la luna.
Zavala Gómez del Campo fue una mujer discreta en sus tiempos de primera dama (consorte del Presidente de la República). Lo fue en todos los sentidos, parca en sus comentarios, en su vestir y sin buscar hacerle sombra al entonces Ejecutivo federal, lo que contrastó notoriamente con los que ocuparon Los Pinos un sexenio anterior.
El entonces poderoso Presidente de la República dejó crecer la versión de que Margarita era un buen prospecto para la candidatura presidencial de su partido, como antes lo hizo su antecesor (Vicente Fox Quesada) con su consorte, Marta Sahagún Jiménez.
Sabedor de que al igual que la esposa de Vicente Fox, la suya no tenía sustento, ni mucho menos argumentos para un alcance de ese tamaño, Calderón Hinojosa diseñó la estrategia de salida y anunció que para 2018, su esposa estaría buscando la nominación de su partido.
Eso es cierto, la puede buscar, pero jamás la encontrará, como tampoco lo hizo con la diputación plurinominal que quería y que le serviría para proyectarla a la coordinación de los diputados panistas y de ahí al sueño guajiro de ser candidata presidencial.
Los planes de Felipe Calderón se vinieron al suelo, como antes se desvanecieron los de convertir en presidente del partido, primero a Roberto Gil Zuarth y después a Ernesto Cordero Arroyo y a este último en candidato presidencial de su partido.
El proyecto político personal de la familia Calderón-Zavala se esfumó, aunque mantengan veladoras prendidas, mediante el anuncio realizado por Margarita, para competir por la presidencia del partido. Y es que nadie se explica de dónde proviene ese potencial político que dicen tiene Margarita, ya que lo mostrado hasta el momento no lo revela.
Es cierto que ya fue diputada local y federal, aunque hay que revisar de qué forma accedió a uno y otro lado.
Margarita no es capaz de ganar una elección, por lo que como siempre buscó el cobijo de las plurinominales para garantizar su espacio dentro del cargo de elección popular al que aspira. Ya fue un par de veces diputada, sin que trascendiera más allá de ser la esposa del ex presidente del partido y entonces secretario de Energía.
Proviene sí de una familia de prosapia política, ya que tanto los Zavala como los Gómez del Campo mantienen una amplia trayectoria dentro de Acción Nacional.
Su padre, Diego Zavala, fue candidato al Senado de la República en 1994, como segundo en la fórmula que encabezó José Ángel Conchello, quedando lejanos de los ganadores Fernando Solana y María de los Ángeles Moreno.
Margarita es la única varios hermanos que decidió experimentar como política profesional, siempre bien protegida, ya que sus hermanos optaron por otras tareas, con excepción de uno de ellos, Juan Ignacio, quien renunció hace poco a la militancia dentro del partido blanquiazul.
Juan Ignacio optó por el análisis político y la asesoría en medios y en imagen pública.
Y aunque las quejas y lamentos de Margarita se riegan por doquier, pocos son los que le conceden alguna posibilidad de triunfo en su intentona por presidir el partido, ya que carece de carisma y antecedentes para lograrlo.
MAX CORTÁZAR
Gerardo Maximiliano Cortázar Lara se estrena como operador de medios del gobernador de Puebla, Rafael Moreno Valle Rosas, con el IV Informe de Gobierno que se celebra hoy en esa entidad.
Max, como es mejor conocido, diputado federal panista busca de esa forma retomar el rumbo en el que inició dentro de la política como comunicador, pero, principalmente, reencauzar la ruta del gobernante hacia la candidatura presidencial del 2018.
Rafael Moreno Valle es una de las dos cartas que perfila, hasta ahora, el partido blanquiazul hacia la sucesión de Enrique Peña Nieto y para retomar la silla presidencial perdida en 2012, luego de dos administraciones consecutivas surgidas de Acción Nacional.
Veremos cómo le va a Cortázar Lara, quien en su bagaje trae las coordinaciones de comunicación de la Secretaría de Energía, la Presidencia de la República, la campaña presidencial de Josefina Vázquez Mota, entre otros cargos.