Ilusión panista
¬ Augusto Corro lunes 12, Ene 2015Punto por punto
Augusto Corro
El líder panista, Ricardo Anaya Cortés, se encuentra muy ilusionado con el futuro de Acción Nacional.
En los spots de precampaña electoral y en sus discursos se refiere al crecimiento de su partido.
Anaya Cortés dice que de acuerdo con recientes encuestas, el blanquiazul podría recuperar la Presidencia de la República en 2018.
También plantea la posibilidad de triunfo en las próximas elecciones del 7 de junio.
Sólo que al dirigente se le olvida que los mexicanos aún padecemos males derivados de los dos sexenios panistas. El primero de Vicente Fox y el segundo de Felipe Calderón.
Dice Anaya Cortés que en los últimos 20 años en México respira un ambiente de frustración, de desánimo, de agobio y de desilusión generalizado.
Tiene razón el líder interino del PAN. Pero son 12 años que los panistas estuvieron en el poder presidencial. ¿Qué hicieron?
Por ejemplo, Fox que llegó a Los Pinos con la mayoría de votos, porque México deseaba y esperaba el cambio, cayó en el inmovilismo político.
El guanajuatense malgastó su capital político y la pobreza se agudizó. El único que está agradecido con Fox es Calderón, pues este resulto beneficiado con los resultados de una elección presidencial fraudulenta.
De Calderón todo lo que se diga es negativo. El empleo nunca creció. La pobreza alcanzó a más mexicanos. En su guerra fallida contra la delincuencia organizada murieron más de 60 mil personas, 22 mil desaparecidos y miles de viudas y huérfanos.
En el interior del PAN la ambición por el poder lo tiene dividido. Son varios los grupos que buscan acomodarse, en la búsqueda de la silla presidencial del 2018.
Uno de los más perfilados es el gobernador de Puebla, Rafael Moreno Valle, quien en contubernio con el ex dirigente, Gustavo Madero, tienen el proyecto de llegar a Los Pinos.
Antes tendrán que superar con resultados positivos las próximas elecciones intermedias. Con Acción Nacional dividido no será fácil.
La pugna entre Calderón y Madero no podrá resolverse de la noche a la mañana. El grupo del michoacano no se siente a gusto con Madero. Este intenta cerrarle la puerta a Calderón para evitarle el regreso al partido.
Parte de esa lucha se refleja en el problema que enfrenta Margarita Zavala, esposa de Calderón, pues la dirigencia panista le obstaculiza la candidatura para diputada federal.
En esa guerra intensa de los panistas, es Anaya Cortés el gran ilusionado.
BAILAR CON LA MÁS FEA
Carlos Navarrete, dirigente nacional del Partido de la Revolución Democrática (PRD), nunca pensó que iba a bailar con la más fea, como se dice coloquialmente.
Desde su campaña adelantada para la presidencia de su partido, el ahora líder tuvo que competir contra la presencia de Cuauhtémoc Cárdenas, que por esas fechas pretendía llegar erigirse como candidato único para presidir el Comité Ejecutivo Nacional (CEN) del PRD.
Lo anterior se presentaba como una posible solución al divisionismo tradicional de ese partido denominado de izquierda. Navarrete se negó a rendirse a los deseos de Cárdenas, quien finalmente optó por salirse del partido.
Sin opositor, el multicitado Navarrete ganó la presidencia perredista. Luego surgió el problema de Iguala, que le heredaron sus cuates “Los Chuchos” de Nueva Izquierda (NI). Todo mundo conoce la historia.
El alcalde de Iguala, José Luis Abarca Velázquez, llegó al cargo, debido a sus relaciones con “Los Chuchos”. Fue determinante la participación de NI para superar cualquier obstáculo rumbo a la presidencia municipal.
Abarca Velázquez se encuentra en la cárcel acusado de ser el autor intelectual de la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa.
Recién desempacado como presidente perredista, Navarrete tuvo que ir a Iguala a pedir perdón a los guerrerenses por el par de hoy ex mandatarios, Abarca Velázquez y Ángel Aguirre, gobernador de Guerrero, de extracción amarilla, relacionados con la tragedia de los estudiantes.
A raíz de la problemática delincuencial en aquella entidad, el PRD cayó en el descrédito. Las riendas de ese instituto político quedaron en manos de “Los Chuchos”, quienes designarán a los candidatos a diputados federales, nueve gobernadores, asambleístas del Distrito Federal, y delegados políticos.
DIFÍCIL MOMENTO PERREDISTA
El partido del sol azteca empezó a desmoronarse con la salida de Andrés Manuel López Obrador para fundar su partido Movimiento de Regeneración Nacional (Morena).
Se fue López Obrador y se auguró una salida masiva de sus seguidores. No ha ocurrido, aunque podría suceder.
Por el momento, políticos importantes ya salieron y otros amenazaban con abandonar el partido. Como señalamos líneas arriba, Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano, el fundador del PRD le dijo adiós a su partido.
Recientemente, el senador Mario Delgado renunció al perredismo para irse a las filas de Morena. El también legislador Alejandro Encinas, otro de los personajes del sol azteca, anunció su salida del partido.
Ante esas renuncias, Carlos Navarrete dijo que las puertas del PRD están abiertas para quien quiera irse. Seguro que muchos le tomarán la palabra.