La paradoja panista
¬ Augusto Corro miércoles 7, Ene 2015Punto por punto
Augusto Corro
Mientras el presidente interino del Partido Acción Nacional, Ricardo Anaya Cortés, intensifica su lucha contra la corrupción, funcionarios blanquiazules se dedican a la práctica de negocios oscuros, ilegales y abusivos.
Urgen nuevas leyes anticorrupción como lo plantea el dirigente político, pero para empezar a aplicarlas en los propios panistas, quienes ya igualaron y superaron en mañas corruptas a las que se practican en otros partidos políticos.
Las arengas contra la corrupción, con el lema de “sí podemos”, encuentran su principal obstáculo en los propios representantes populares de Acción Nacional, sin distinción de cargo.
Atrás, muy atrás, quedó la imagen de honestidad y honradez que presumían los políticos blanquiazules y que usaban en su lucha en cualquier campaña electoral.
Con la máscara de la hipocresía alcanzaron puestos importantes en la política, incluidas la presidencia de la República, en dos ocasiones. Con el poder en las manos, la corrupción se desató.
En noviembre pasado, legisladores panistas presentaron una estrategia de prevención y combate a hechos de corrupción hacia el interior de ese instituto político. Además, reconocieron que “existe deterioro en su imagen”.
Esa estrategia, por el momento, se quedó en el aire y será retomada como parte de los argumentos políticos blanquiazules en la próxima contienda electoral.
Aunque urge que con leyes o sin leyes anticorrupción, la cúpula panista empiece la tarea de limpieza en el interior del partido.
En estos días, dos escándalos sacudieron a Acción Nacional. En el primer caso, el diputado local panista, Edgar Borja, fue expulsado del partido, debido a su involucramiento en la gestión de contratos con sobreprecio a cambio de moches. Un diario difundió audios en los que se escucha al asambleísta negociar contratos de pintura y para la digitalización de documentos a cambio de “comisiones” millonarias en pesos.
También en internet aparece un video que comprueba la actividad corrupta del alcalde panista de “El Marqués”, Querétaro, Enrique Vega Carriles, quien cobra moches y “castiga a los proveedores que se niegan a pagar sobornos a cambio de contratos con el ayuntamiento”.
En esa grabación, aparece Noé Miguel Marín Noriega, Secretario de Administración de Vega Carriles, en los momentos de recibir un moche de 40 mil pesos, en efectivo, que le entrega un proveedor congelado por no acatar las “disposiciones”, que consistían en pagar 50 mil pesos como acuerdo final.
Marín Noriega asegura que tiene que entregarle el dinero a su jefe, el alcalde Vega Carriles.
Y como el hilo se revienta por lo más delgado, Marín Noriega fue cesado. Nadie se interesó en llevarlo ante un juez por su conducta delincuencial.
Así, de escándalo en escándalo, Acción Nacional se encuentra ya a nivel de los partidos políticos más desprestigiados, con una imagen por los suelos, como lo reconocen los propios blanquiazules.
El líder Anaya Cortés no tiene que ir tan lejos para luchar contra la corrupción, en su propia casa tiene suficiente basura para empezar a hacer la limpieza.
EN VANO LAS PROTESTAS
Otro periodista fue secuestrado en Veracruz. En los momentos de escribir estas líneas, se desconocía el paradero de Moisés Sánchez Cerezo, reportero del periódico local La Unión, del municipio de Medellín.
El hecho se registró el 2 de enero. Hombres armados levantaron a Sánchez Cerezo. Varios días antes del plagio, empleados municipales advirtieron al comunicador que el alcalde le quería “pegar un susto”.
Periodistas del puerto de Veracruz, Boca del Río, Acayucan, Coatzacoalcos y Xalapa efectuaron diversas manifestaciones para exigir la aparición con vida del reportero.
En Xalapa, los comunicadores marcharon por el Centro Histórico para protestar por la desaparición de otros tres periodistas en Veracruz: Sergio Landa, del Diario Cardel: Gabriel Fonseca, del Diario Acayucan; y el reportero de Noticias de Jáltipan, Evaristo Ortega.
En Veracruz, como en ningún otro estado de México, los delincuentes agreden a los periodistas y nunca son castigados. Por cierto, las autoridades retuvieron a dos policías municipales posiblemente relacionados con la desaparición de Sánchez Cerezo. Nuestro país es señalado como un territorio en el que la práctica del periodismo es peligrosa.
¿PLAGA O QUÉ?
El perredista Ricardo Gallardo Corona, alcalde con licencia del municipio Soledad de Graciano Sánchez, San Luis Potosí, quiso volar muy alto, pero su pasado no se lo permitió.
Pretendía presentarse como candidato perredista a la gubernatura potosina. Su anhelo político fue frenado por las autoridades federales, quienes lo investigan por sus posibles vínculos con la delincuencia organizada.
Gallardo Corona fue llevado a las instalaciones de la Subprocuraduría Especializada en Investigación de Delincuencia Organizada (SEIDO). En ese lugar, el alcalde con licencia tendrá que explicar ampliamente sus nexos con el grupo criminal de Los Zetas.