Cuba-EU, ¿relaciones para qué?
Roberto Vizcaíno miércoles 7, Ene 2015Tras la puerta del poder
Roberto Vizcaíno
- ¿Cómo van a poder superar 50 años de odios incubados por sus respectivos gobiernos entre sus ciudadanos?
- Con sus líderes en la cárcel, los grupos armados de autodefensas michoacanas se han salido de control
El 1 de este enero la Revolución cubana encabezada por Fidel Castro cumplió su 56 aniversario.
Fidel, que en este lapso pasó de ser el símbolo de la libertad y de la dignidad de los pueblos, al del último gran dictador en el mundo, vive ahora en un cómodo retiro.
No obstante que su hermano Raúl ocupa hoy la conducción del gobierno en la isla, Fidel sigue siendo el centro del interés de cuanto visitante distinguido cae por ese país.
Con el retiro de Fidel vino el relajamiento de la Revolución cubana como sistema. Del comunismo se ha pasado al modelo capitalista chino. Apertura económica, pero no ideológica.
Así en la principal nación caribeña ha crecido de nuevo un sector turístico pujante, encabezado fundamentalmente por capitales españoles.
El sistema laboral y social cubano ya no depende del azúcar o del ron, pero sí de los puros Coíba –famosos porque son los que fuma Fidel– y de la importante derrama que dejan los visitantes extranjeros.
Poco a poco nace y crece la iniciativa privada cubana y desde octubre los cubanos son libres de salir al extranjero cuando quieran.
La sorpresa para los cubanos de Miami luego de que se aplicó esta decisión, es que la isla sigue llena de cubanos. Casi nadie abandonó el país.
Atrás quedaron los años en que los intentos revolucionarios con guerrilleros entrenados en Cuba proliferaban por el continente. Murió el Che y Fidel no apoyó a ningún otro que lo sustituyera.
Cayó la URSS y desapareció el muro de Berlín y con todo eso el mundo bipolar se derrumbó.
Dejo de ser importante, central, la confrontación del mundo capitalista con el mundo comunista.
Surgió la Unión Europea con la unión de 28 países y una población total cercana a los 600 millones de habitantes. Al mismo tiempo China se transformó en una gran potencia económica y el poder de Estados Unidos se debilitó.
El mundo entero se transformó con la llegada del Internet y las redes sociales.
En este contexto, Fidel es a pesar del escarnio y la persistente campaña de denigración en su contra, el último gran líder histórico vivo en el mundo.
Dentro de este marco mundial e histórico, el 17 de diciembre pasado –con la Navidad encima–, los gobiernos de Cuba y de EU anunciaron el restablecimiento de relaciones a 53 años de haberlas roto y luego de un bloqueo económico que ya dura 54 años.
La pregunta es: ¿para qué restablecen relaciones Cuba y EU?
El reencuentro gubernamental se da en medio de un largo y profundo, quizá insalvable encono de sus respectivas sociedades.
Nacidos dentro de la era de Fidel Castro, casi el 100 por ciento de los cubanos han crecido y recibido una educación de odio contra todo lo que representa Estados Unidos.
Más o menos lo mismo pasa con los estadounidenses, quienes han crecido con el estigma del diablo que representan los cubanos y su régimen comunista.
¿Cómo harán que el restablecimiento de relaciones y quizá el pronto fin del largo bloqueo económico supere estos odios sociales?
¿Para qué quiere Estados Unidos el restringido mercado que representan los cubanos?
¿Para qué quieren los cubanos la amenaza que representa meter en su casa, en sus calles, en sus negocios, en su país a los norteamericanos?
A ver en qué termina este extraño restablecimiento de relaciones…
PERIODISMO ENGAÑABOBOS
No deja de ser interesante cómo algunos medios informativos, sus reporteros y articulistas en este país abordan cada visita que hace un presidente mexicano al estadounidense. Aunque viéndolo bien, el método ranchero de este periodismo mexicano se repite en todos los casos de encuentros del mandatario mexicano con sus contrapartes en el mundo.
Leía con gusto hace algunos días cómo un diario reprodujo una nota en la que alguien de un organismo internacional de derechos humanos pedía al presidente Barack Obama “presionar” a Enrique Peña Nieto por el caso de los normalistas de Ayotzinapa.
Me imaginé al presidente de los Estados Unidos dirigiéndose al de México, parado frente a él, medio encorvado y con el dedo índice de la mano derecha apuntando al cielo mientras con cara de pocos amigos, ojos de reclamo y todo duro, le decía:
“Óyeme grandísimo (aquí el amable lector puede colocar cualquier adjetivo, ofensivo por supuesto) ¿cómo es posible que vengas a Washington sin haber encontrado vivos a los 43 normalistas?…. ¡Te me regresas ahorita mismo a México y me los encuentras de inmediato!”.
¿Pero qué creen? Los encuentros entre presidentes, no sólo de México y EU sino de todo el mundo se preparan desde meses antes, los temas a tratar se negocian con mucha antelación y no hay nada que se trate fuera de una estricta agenda y dentro de un rígido protocolo.
Así que quienes en los medios informativos –y fuera de ellos– crean que un mandatario puede exigirle algo a otro fuera de esta agenda, pues se podría llevar un chasco.
Este periodismo ranchero lo único que pretende groseramente es aprovecharse de lectores ingenuos que creen además que el presidente de México vive sometido a los dictados e instrucciones casi escolares del de Estados Unidos.
Hubo no hace mucho un caso en el que un presidente mexicano, Vicente Fox, le pidió al de Cuba, Fidel Castro, que cómo era incómoda su presencia al de Estados Unidos, George W. Bush en el encuentro que tendrían en Monterrey dentro del marco de la reunión de las Américas, le pedía por favor: “comes y te vas”.
El asunto fue tratado en una llamada telefónica difundida luego por el cubano. Y Fox quedó para la historia como un bobo.
Restablecer la relación entre Cuba y México por aquel incidente ha llevado al menos 12 años de otras negociaciones.
Así que plantear que Obama pueda reclamarle algo a Peña Nieto, o viceversa, es no sólo ingenuo, sino verdaderamente bobo.
Lo que interesadamente trascendió es que ayer el mandatario mexicano, dentro de las conversaciones binacionales sobre seguridad, se refirió al caso de Iguala. Los estadounidenses –comenzando por Obama–, sólo escucharon.
Obama comentaría luego que su gobierno ha seguido las noticias periodísticas del caso pero que la responsabilidad de combatir al crimen organizado y narco en México es del gobierno mexicano.
Obvio. Decir otra cosa hubiera sido injerencia en asuntos internos.
Lo más importante fue en ese encuentro las negociaciones y compromisos para relanzar la relación económica regional y hacerla la más competitiva. Eso es lo que le interesa realmente a Obama y a su equipo, y a Peña y el suyo.
DESCONTROL MICHOACANO
Detenidos Hipólito Mora y su enemigo Luis Antonio Torres, alias El Americano, y junto con ellos sus respectivos grupos de control y apoyo, recluidos todos en prisión acusados de asesinato, lo que una vez fueron los grupos de autodefensa que comenzaron la limpia de delincuentes en Michoacán, se han convertido en gavillas que ahora han comenzado a emboscar y atacar al Ejército y la Policía Federal.
Con el doctor José Manuel Mireles también en prisión acusado de lo mismo, los grupos de civiles armados que el gobierno intentó someter y darle cauce legal como Fuerza Rural, han quedado a la deriva.
Estos ya no responden ni a los mandos que formaban parte de los líderes hoy en prisión, ni tampoco muestran interés por dejar las armas y regresar a sus actividades anteriores.
Así, durante los últimos días ha habido ya varios enfrentamientos en Apatzingan, en los que exautodefensas han atacado al Ejército, actos que ya suman quizá unos 10 muertos.
Darle fin a este riesgoso descontrol es tarea, sin duda, del comisionado Alfredo Castillo Cervantes.