Año de resultados de las reformas
¬ José Antonio López Sosa martes 6, Ene 2015Detrás del Poder
José Antonio López Sosa
Así lo anunció el presidente Peña Nieto, que en este año veremos los primeros resultados de las reformas estructurales en el país. Ojalá así sea, pero yo espero algo más simple: que este sea el año contra la corrupción.
¿De qué sirven grandes reformas cuando el sistema hace permisible la corrupción en grande?, ¿para dónde se puede mover un país reformado si una base de corrupción lo corroe?
¿Las trasnacionales querrán invertir en México frente a la realidad de corrupción?, la respuesta es sí, lamentablemente empresas transnacionales -grandes y pequeñas- han demostrado que también pueden entrar al juego siempre y cuando les beneficie.
La mayor prueba son los sobornos que empresas estadounidenses dieron en años pasados a funcionarios de Petróleos Mexicanos y la Comisión Federal de Electricidad, que además, fueron ventilados en los Estados Unidos y no en México. Ello es prueba que las reformas y la iniciativa privada no son garantía del cese en materia de corrupción.
La corrupción no sólo nos hace perder dinero, quita vidas -en sentido literal- mancha regímenes, quita credibilidad, es más, hace caer la popularidad de un presidente y, en casos desastrosos en otros países, ha terminado con gobiernos enteros.
La corrupción no es ilimitada, me parece que tiene dos caminos donde se hace finita: el primero cuando la clase política y el gobierno (a todos niveles) la combaten aún cuando se encuentre en lo más profundo del régimen y el segundo, cuando se acaba el estado y la revuelta social arrebata el control a los gobernantes tras años, décadas y más de corrupción. ¿A cuál le quiere apostar nuestra clase política?
Con la palabra corrupción se hace de todo en México, se corrompe el mismo término aunque suene redundante: en los discursos de campaña (este año escucharemos muchos) se habla de atacar la corrupción, los gobiernos entrantes hablan de la corrupción de los anteriores, los partidos perdedores hablan de la corrupción de los ganadores, los políticos prometen enérgicamente acabar con la corrupción, los ciudadanos estamos cansados de la corrupción y al mismo tiempo muchas veces somos partícipes de la misma, luego entonces ¿qué hacer con la corrupción?, es simple, acabar con ella antes que ella acabe con lo que nos queda de sociedad.
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