La comunicación persuasiva en la política

¬ José Antonio López Sosa martes 20, Jul 2010

Detrás del Poder

José Antonio López Sosa

Ante el muy próximo arranque de las campañas políticas por la Presidencia de la República, denominadas precampañas por su carácter precoz en relación a los tiempos electorales tanto al interior de los partidos políticos como a los tiempos de registro del Instituto Federal Electoral, debemos notar claramente la capacidad persuasiva de los mensajes emitidos sobre todo en medios electrónicos de comunicación que dista mucho a la realidad política y personal de los sujetos que protagonizan el spot y pretender dirigir el rumbo de nuestra nación.

El uso de lenguaje, imágenes, sonidos, la combinación de ambientes y hasta la modulación en la voz, son mensajes profesionalizados que logran además de captar nuestra atención, convencernos de una actitud, principalmente de honestidad y compromiso del emisor, o sea, del candidato en disputa. El otro lado de la moneda, es una realidad intangible e inaccesible en un medio de gran alcance como la televisión y la radio.

En el spot los políticos son seres maravillosos, que les urge servir con honestidad, carácter, decisión y sobre todo con un compromiso ético y moral exacerbado, sin embargo, en la triste y llana realidad, son mortales más pecadores que cualquier otro, son políticos -obsesionados en algunos casos- que buscan la silla presidencial por una aspiración y reto personal primariamente, son candidatos carentes de ética al emitir ese tipo de mensajes persuasivos que distan sobremanera de su realidad y contexto actual.

Si finalmente analizamos que la mayoría de nuestros connacionales no lee ni se entera de la realidad política actual, y si lo hace es únicamente a través de la televisión.

Ahora bien, no podemos darle freno a esta realidad llamada “marketing político”, es más, ni siquiera a los rebasados gastos en campañas y precampañas. Estamos frente a un problema sin antagonismo, cuya consecuencia puede ser otro sexenio de sangre como consecuencia de una campaña donde que prometió mucho en 2006 y no ha cumplido casi nada. La persuasión en estos mensajes políticos, lejos de fomentar la democracia, en el sentido que se hacen, enrarecen el clima electoral y en términos reales y sencillos engañan a la gente, invitándola a apoyar a un “actor” que no necesariamente tiene que ver con el político real, debajo de ese maquillaje con el que se presentan en los comerciales de televisión.

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