Enseñanza de la tierra en secundarias del DF
Cd. de México miércoles 24, Dic 2014- Los alumnos de la Técnica 79 aprenden a sembrar, a producir jamón, chorizo y a elaborar quesos y yoghurt
En la escuela Secundaria Técnica número 79, ubicada en el pueblo de San Luis Tlaxialtemalco, en la delegación Xochimilco, los alumnos aprenden a sembrar, a producir jamón y chorizo y a elaborar quesos y yoghurt, pero lo más importante, adquieren una conciencia ecológica.
Wendy, Arturo y Carlos, forman parte de los 876 alumnos de la escuela Técnica número 79, una de sólo tres en su tipo que existen en el Distrito Federal, que día a día, en distintos horarios, se agrupan para aprender a cultivar productos agrícolas y el cuidado del medio ambiente.
Cuatro horas al día, tres veces a la semana, los jóvenes participan en estas tareas que no sólo ayudan a cuidar la naturaleza, sino que permite a la misma comunidad estudiantil, a sus familias y habitantes de la zona, consumir los productos que se generan en el plantel.
Alambrar el pepino, dotar el cultivo de suficiente agua, sin desperdiciarla, vigilar que no haya plagas y esperar 20 días, son algunas de las actividades que realizan los jóvenes, orientados por sus profesores, para obtener entre 200 y 250 kilos de esta planta trepadora que se degusta, en muchos casos, con chile, limón y sal.
“Es interesante aprender en nuestra escuela”, dice entusiasta Alejandro, de tercero de secundaria, quien planea continuar sus estudios de nivel bachillerato, pero para quienes no sigan en esa ruta, podrán dedicarse a la agricultura.
“Nos han enseñado a cultivar los productos”, que muchos, en casa, cosechamos, muchos de nosotros tenemos huertos familiares, pequeños, podemos sembrar jitomate, epazote y lechuga, muchos otras verduras”, resalta.
En esto mismo coincide Wendy, de tercero de secundaria, quien con una sonrisa, considera que lo aprendido se pone en práctica en casa y cree que “sí ayudara para la vida futura”.
Esta secundaria es una de las tres que existen en la ciudad de México, en las que los estudiantes aprenden a sembrar, a producir pescado y artículos derivados de la carne, como el jamón, chorizo y quesos; la mayoría de sus padres son campesinos que se dedican a la floricultura, horticultura y a trabajar el campo.
Incluso, comentan los profesores, es tan exitosa el aprendizaje que obtienen que los papás acuden a los maestros para solicitarles asesoría. Incluso, en ocasiones se abren las puertas del colegio para enseñarles cómo hacer queso oaxaca, asadero, botanero y panela, entre otros tipos, y a cultivar de manera sustentable.
“Hay familias con invernaderitos y cultivos de hongos; otros tiene tienen apiarios de abejas o estanques con peces para su autoconsumo”, comenta Juan Pérez González, coordinador de actividades tecnológicas de la Secundaria Técnica 79, plantel con 31 años de existencia.
Pero en esta secundaria no sólo hay talleres de agricultura, sino también de apicultura y acuicultura, con lo que los alumnos adquieren una conciencia ecológica al aprovechar en todos los sentidos su entorno y desarrollar procesos sustentables.
Atrás del plantel, a un kilómetro de distancia, se encuentra la granja acuícola, donde hay ocho estanques. Ahí, los jóvenes estudiantes son llevados, en grupos, para que realicen sus prácticas con peces comestibles y de ornato.
“Es una escuela agropecuaria, con seis talleres, donde se llevan a cabo actividades del campo”, expone Pérez González, en un recorrido por el plantel, en el que se observaron estudiantes felices con las actividades que se les imparte desde el primer año de secundaria.
En el taller didáctico-productivo para industrializar la leche, el profesor Francisco Maldonado Alvarado, quien imparte el taller de “CIA pecuaria”, preparación, conservación e industrialización de alimentos pecuarios, explica la actividad:
“Procesamos principalmente productos lácteos, ahí los niños elaboran prácticas productivas, elaboran queso oaxaca, panela, yogurt, entre muchos productos de origen lácteo”.
En carnes, preciso, “hacemos chuleta ahumada, salchicha, salami, varios procesos”, resalta Maldonado Alvarado.
Comenta que estas escuelas agropecuarios, la 79, 34 y 56, tienen mucho tiempo con estos proyectos productivos, esa es su especialidad, por tanto, hay otra carga horaria, diferente a todas las técnicas, que es de 12 horas a la semana por cada grupo, mientras que las otras secundarias tienen ocho horas por cada taller.
“Eso nos distingue”, dijo muy orgulloso de pertenecer a una de ellas.
En los tres invernaderos que hay en el plantel, los chichos aprenden en el taller de agricultura; en fila y dentro de uno de estos espacios, ubicados dentro del planten, escuchan atentos al maestro Adolfo Meléndez Pérez, quien pregunta:
“En el tipo de fertilización que hicimos hace un año con las lechugas, ¿qué le aplicamos?” A lo que los adolescentes responden al unísono: “cal” y “fertilizante químico”.
Así cada día, con entusiasmo, los estudiantes de primero, segundo y tercero de secundaria, van aprendiendo, en sus talleres, los métodos diversos para sembrar con éxito distintos cultivos de verduras y hortalizas.
También, los pequeños de este plantel tienen acceso a una granja acuícola, en el que hay peces comestibles, principalmente la mojarra Tilapia, que al llegar a su talla comercial se venden entre los mismos alumnos, a fin de generar recursos para darle mantenimiento a los estanques.
Las mojarras se reproducen en ocho estanques de 20 metros de largo por cuatro y medio de ancho, con un cuerpo de agua de 850 mil litros aproximadamente, cerca de un millón de litros de agua, la cual tratan de recuperar dos o tres veces, “la procesamos, quitamos los sedimentos y la volvemos a utilizar”.
En este lugar, el profesor David Mendoza Hernández, quien imparte la actividad tecnológica de acuicultura, señala que el objetivo fundamental de este taller es que los alumnos aprendan a cuidar organismos vivos, estén en contacto con la naturaleza, y aprendan a reproducirlos.
“Es muy importante que el alumno tenga esos cuidados, esos hábitos de querer preservar una especie, de tener contacto con la naturaleza, ya que con la tecnología se va perdiendo ese interés”, señaló.
Abel, Erick y Tania, de primero de secundaria, dicen en la escalinata de esta zona, que les gusta este taller.“Es algo muy interesante”, “he aprendido muchas cosas de cómo sacar los peces, tenemos una pecera en casa”, “llama mucho la atención”.
Así, día con día, los estudiantes de la escuela Secundaria Técnica 79 acuden a los invernaderos para cosechar los productos de temporada; hongo, lechuga, jitomate, rábano, betabel y pepino; quitan hierba, riegan la tierra con un sistema de aspersión para aflojarla, hacen surcos, en fin, la tarea y el aprendizaje nunca terminan, pero lo mejor es que pueden llevar a casa las prácticas que aprenden en este plantel.