Deshonestos
¬ Augusto Corro miércoles 24, Dic 2014Punto por punto
Augusto Corro
En la política mexicana saquear las arcas públicas se empieza a ver como algo natural, algo así como un derecho de los gobernadores al enriquecimiento ilícito.
Sin leyes que los llamen a rendir cuentas, los representantes populares, amparados en la corrupción de sus fueros, no sienten el mínimo temor de pisar la cárcel.
Con sus contadas excepciones los mandatarios estatales dejan sus cargos con las bolsas llenas del tesoro público para disfrutarlo, sin problema alguno.
Claro, en contadas situaciones, el gobernante es acusado del delito de peculado; pero difícilmente pisa la cárcel.
No es el caso del gobernador priísta de Tabasco, Andrés Granier Melo, a quien antier le dictaron auto de formal prisión, por el delito de operaciones con recursos de procedencia ilícita.
El exmandatario hace varios meses se encuentra en una cárcel del Distrito Federal, con un problema cardiaco, que evitó su traslado a Tabasco, para presentarlo ante la justicia.
Como se pudo, Granier Melo poco a poco sortea, sin tantas dificultades, los embates de la justicia.
El ex gobernador priista, Fausto Vallejo Figueroa, también se distinguió por el nivel de corrupción durante su gobierno.
De acuerdo con las investigaciones federales, a 10 mil millones se elevó el quebranto a las finanzas públicas en el último año completo de la gestión de Vallejo Figueroa-Jesús Reyna.
Jesús Reyna funcionó como gobernador interino de Michoacán, mientras Vallejo se trataba enfermedades hepáticas.
¿Alguien se encargará de hacer justicia y llevar a la cárcel al mencionado Vallejo Figueroa?
Porque su incondicional Jesús Reyna ya lleva meses tras las rejas, acusado por sus vínculos con la delincuencia organizada, que encabeza “La Tuta”.
En fin, las autoridades federales dijeron que son miles de millones de pesos que desaparecieron de las arcas michoacanas. Se ignora su destino.
NUEVO GOBERNADOR BANQUERO EN CHIHUAHUA
Una treintena de senadores se pronunció porque se investigue al gobernador priista de Chihuahua, César Duarte, a quien acusan del delito de peculado y enriquecimiento ilícito.
Los legisladores de diferentes partidos demandaron una investigación eficaz e imparcial.
El mandatario “meteóricamente se ha convertido en el nuevo rico de la entidad”.
Según declaraciones del senador Javier Corral, el gobernador es dueño de ranchos y hoteles, así como de 15 por ciento de las acciones del recién creado Banco Unión Progreso, al que el gobierno que encabeza ha hecho depósitos por 843 millones de pesos con muy bajas tasas de interés, fondeó que sirvió para el banco mencionado adquiriera un crédito del grupo financiero Scotiabank-Inverlat.
De acuerdo con los antecedes sobre la aplicación de la justicia a los mandatarios estatales se recurrirá a darle largas al asunto hasta que la opinión pública lo olvide. No será la primera vez.
El gobernador César Duarte podrá dormir tranquilo.
ERARIO SAQUEADO
En otras ocasiones tratamos el tema con la idea de no pasará nada y que los gobernadores amantes de lo ajeno no se detendrán en el saqueo del erario.
La rendición de cuentas de los servidores públicos nunca se efectuó y los funcionarios públicos, salvo los de niveles muy bajos, acusados de robar las arcas públicas ni siquiera son molestados por las autoridades.
En ese renglón la justicia no solo manifiesta su ceguedad, sino que demuestra su inclinación y su interés en la defensa de los delincuentes de cuello blanco.
La lista de mandatarios estatales acusados de peculado la integran políticos de los diferentes partidos. Son los siguientes personajes:
Ulises Ruiz Ortiz, de Oaxaca: Andrés Granier Melo, de Tabasco; Juan Sabines, de Chiapas; Narciso Agúndez , de Baja California Sur (este ex gobernador ya purgó su condena); Juan Manuel Oliva, de Guanajuato; Amalia García, de Zacatecas; Luis Armando Reynoso Femat, de Aguascalientes (con un sinnúmero de amparos en la bolsa); Leonel Godoy, de Michoacán; así como el inefable Mario Marín, de Puebla.
GOBERNADORES
Conscientes y sabedores que tienen una protección total que les permite burlar a la justicia, los gobernadores ya no se limitan en el saqueo a las arcas públicas.
En el asunto de Granier Melo se refleja la tardanza en la aplicación de la justicia. Como si se tratara de una acción paciente mientras se encuentran formulas para encontrar la libertad del inculpado. La fuerza de las acusaciones se debilita al paso del tiempo.
En Oaxaca así ocurrió. El gobernador Gabino Cué acusó a Ruiz Ortiz, su antecesor, del quebranto millonario al erario estatal. Transcurrieron los años y ahora ambos políticos aparecen muy juntos en las fotografías, como ejemplo de amistad y compañerismo, que nadie entiende. ¿Y el saqueo al erario? De esto ya nadie se acuerda.
Granier, Vallejo y Duarte (el de Chihuaha, pues del de Veracruz se cuece aparte) cargan en su conciencia el desprestigio de los políticos, que, según se ve, no les importa.