Aún circulan sin control por el DF las micros carcachas
Cd. de México martes 23, Dic 2014- Los microbuses están involucrados en 43% de las mil 23 muertes que se registran por atropellamiento anualmente
Circulan por toda la ciudad, a gran velocidad, rebasan sin precaución y, en muchos casos, son conducidos por jóvenes a quienes los acompañan otros chicos que los apoyan para ganar el pasaje a otras unidades de transporte público concesionado, lo que ha ocasionado graves accidentes.
Los llamados microbuses están involucrados en 43 por ciento de las mil 23 muertes que se registran por atropellamiento al año, informó la diputada local, Laura Ballesteros, integrante de la Comisión de Movilidad en la Asamblea Legislativa.
Lo peor es que aun con la Ley de Movilidad del Distrito Federal, que entró en vigor en julio pasado, esas unidades de transporte público concesionado, alrededor de 30 mil, entre legales y piratas, siguen circulando sin problemas, aun siendo en muchos casos carcachas.
De acuerdo con la nueva normatividad, los microbuses desaparecerán y serán reemplazados por autobuses, con el propósito de mejorar la calidad en el transporte y disminuir los tiempos de trayecto.
Sin embargo, el objetivo de sacarlos de circulación se ve muy lejano, pues a pocos días de que concluya el año no se ha firmado ningún acuerdo con transportistas de la ciudad para que, de manera conjunta, se establezca un plan de sustitución de microbuses y se consoliden las empresas de transporte.
“El programa de chatarrización (para micros) se quitó hace algunos años, consideramos que es una situación en cierto momento injusta, porque se anuncia hace unos meses que a los taxis se les darán 25 mil pesos de apoyo para una unidad, pero a los microbuseros se nos discrimina y no nos dan nada”, expresó Nicolás Vázquez Figueroa, representante de la Unión de Transportistas Nuevo Milenio.
En su opinión, “es bastante difícil la situación, tenemos una carga como todos los ciudadanos, en el costo del combustible que mes con mes se incrementa y no hay incentivos por parte del gobierno del Distrito Federal”.
Reconoció que los microbuses que circulan por toda la ciudad tienen una vida de 20 años en el mejor de los casos, y en el peor, de 25 a 30 años, lo que pone en peligro a usuarios y peatones.
“Prácticamente son 16 mil o 17 mil microbuses que van del año 1989, 1990, muy pocos de 2003 o 2004; en su mayoría, el parque vehicular es de los años 90, 91, 92, estamos hablando que tienen una vida útil de 22, 23 años más o menos”, comentó Vázquez Figueroa.
Dijo que la unidades “son obsoletas”, y que independiente del mantenimiento realizado “ya no quedan bien, tienen muchas fallas”.
Refirió además que los costos de las reparaciones son elevados, y a ello se le suma que no se ha dado de manera reciente un aumento a las tarifas de microbuses.
El más reciente incremento al costo del pasaje se dio hace año y medio, lo cual hace más difícil solventar gastos de estas unidades, insistió el representante de los transportistas.
En su opinión, es prácticamente imposible “aterrizar” la posibilidad de cambiar las unidades por autobuses, como lo establece la nueva Ley de Movilidad, porque tienen un costo de entre un millón 300 mil pesos y 2 millones de pesos.
Para la legisladora Ballesteros Mancilla, vicecoordinadora del grupo parlamentario del PAN en la ALDF, “urge a la capital la renovación total del parque vehicular, no sólo el cambio físico de las unidades, sino también un cambio de modelo de servicio”, plasmado en la recientemente aprobada Ley de Movilidad para el Distrito Federal.
Informó que en la nueva normatividad se crea un Fondo de Renovación del Parque Vehicular para que los propios transportistas accedan al mismo, cuyo monto lo determinará la Secretaría de Finanzas del gobierno capitalino.
“No podemos olvidar que el microbús es el sistema de transporte peor evaluado de la ciudad”, por tanto, debe iniciarse de inmediato el proceso de cambio en todo el esquema de servicio, a fin de que los capitalinos tengan un transporte seguro, digno y más barato del que hoy se tiene.
“Lamentó que no estemos dando los pasos necesarios para ello, esperamos que pronto se den recursos para ese fondo, no puede esperar más tiempo”, subrayó.
Apenas el pasado 13 de octubre, 11 personas resultaron lesionadas en un choque de un microbús en la delegación Venustiano Carranza.
La unidad de la Ruta 1 circulaba a exceso de velocidad sobre la avenida Eje 2 Norte, por lo que el chofer perdió el control y chocó contra uno de los postes que sujetaban los cables de alta tensión del trolebús, en la colonia 20 de Noviembre.
Un mes antes, en septiembre, un peatón de aproximadamente 40 años murió atropellado por un micro de la ruta 11 cuando intentaba pasar la calle en la colonia Barrio San Pedro, en la delegación Iztapalapa.
El 29 de agosto del año en curso, un hombre muerto y al menos 15 personas lesionadas dejó el accidente de un microbús de la Ruta 31 del Distrito Federal en el puente JC Bonilla de la avenida Guelatao, ubicado en los límites de la delegación Iztapalapa con el municipio de Nezahualcóyotl.
La lista es larga de los accidentes provocados por este tipo de unidades que se encuentran en mal estado y que pueden ser manejadas por conductores sin experiencia, ni compromiso de un buen servicio con el usuario.
“Es muy fácil para ellos subir gente hasta llenar la unidad y sin medir las consecuencias, competir con otros transportes para ganar más pasaje o simplemente para sentir que son más veloces”, señala la señora Celia González, usuaria de los microbuses de la ruta 58, que va de Potrero a Bosques de Aragón.
Incluso, “se hacen acompañar no sólo por la persona que los ayuda a subir el pasaje, sino hasta por la novia, con quien se la pasan cotorreando, o a veces llevan su música muy alta, sin importarles las molestias que puedan causar a los usuarios; son una calamidad”, agregó.