Partidos políticos, mecanismo agotado
Roberto Vizcaíno jueves 18, Dic 2014Tras la puerta del poder
Roberto Vizcaíno
- Los dueños de los institutos duran decenios al frente de ellos, sin posibilidades reales de un cambio
- 10 fracciones competirán en junio de 2015 en un simulacro de democracia, que no esconde el fondo del negocio
- Las agrupaciones “patito” no son tomadas en serio ni por quienes las usan, no las incluyeron en el Pacto por México
Repudiados por un segmento creciente de los mexicanos a los que dicen representar y servir, los partidos políticos son esencialmente los negocios más rentables del mundo.
Tan eficaces y provechosos son para quienes los crean, registran y controlan que desde la reforma política de Jesús Reyes Heroles en 1978 -ideada y probada para incluir a las izquierdas en el reparto y ascenso al poder por la vía institucional y darle fin al surgimiento de guerrillas urbanas y rurales-, los partidos políticos han surgido en México como hongos, siempre como empresas familiares, personales o de grupo.
Con un ingreso anual asegurado de entre los 200 y 900 millones de pesos hoy existen aquí 10 partidos oficialmente reconocidos.
Apenas este año fueron reconocidos 3 nuevos partidos: Movimiento de Regeneración Nacional, propiedad absoluta e intransferible de Andrés Manuel López Obrador, el Partido Encuentro Social y el Partido Humanista, ambos de políticos y corrientes menores.
Hasta finales de los 70 sólo predominaban dos: PRI y PAN.
Estos estuvieron acompañados un tiempo por otros dos: PPS y PARM. Meros membretes, sin base militante ni votantes, ambos satélites del PRI. Fueron en su momento la justificación de una democracia inexistente.
Porfirio Muñoz Ledo indicaba que PPS y PARM cabían perfectamente en un elevador. Mario Vargas Llosa lo sintetizó como la “dictadura perfecta”.
La reforma de 1978 del presidente José López Portillo y su secretario de Gobernación, Jesús Reyes Heroles, abrió esperanzas democratizadoras. Pronto se registró el Partido Comunista —que funcionaba en la clandestinidad desde la década de la Revolución-, partido que luego desaparecería para ser el eje de otros hasta llegar el PRD de nuestros días.
Hoy, aquella esperanza de 1978 no existe más. Los hechos dejan en claro que el negocio prevaleció por sobre la democracia.
LOS PARTIDOS “PATITO”
Lo que demostraron las reformas es que la creación y operación de partidos políticos en México es una fuente inagotable de poder y de riquezas. Lo que vino después está a la vista.
Así surgieron el Partido Verde Ecologista de México, el Partido del Trabajo, el Movimiento Ciudadano antes Convergencia-, y el Partido Nueva Alianza… y los más recientes Morena, PES y PH.
Con ellos se torció todo. Y fue así porque con ellos surgió el sistema de partidos políticos familiar o de pequeños neocaudillos políticos. El sistema de partidos “patito”.
Otros, como el Partido Alternativa Socialdemócrata y Campesina, el Partido Alianza Social, el Partido de la Sociedad Nacionalista, el Partido México Posible, el Partido Liberal Mexicano, el Partido Fuerza Ciudadana y el Partido de Centro Democrático —este último creado por Manuel Camacho y Marcelo Ebrard-, nacieron y murieron apenas en la primera elección.
Hoy, en las elecciones intermedias del domingo 7 de junio de 2015 (para renovar las 500 diputaciones federales, la asamblea y las delegaciones del DF, 9 gubernaturas y cientos de alcaldías y diputaciones en 17 estados más), las boletas electorales (que para que tengan lugar todos serán de tamaño oficio) registrarán 10 partidos.
ORIGEN ES DESTINO
Este contexto podría significar para muchos un sistema político partidario robusto, base de una democracia moderna, envidiable.
Todo es una ficción donde lo único real es el reparto anual de miles de millones de pesos. Simplemente no existe ninguna empresa ni en México ni en ningún otro país que gane cada 12 meses tanto como lo hace cualquier partido mexicano.
Sin aportar nada, estos “chiquipartidos” reciben anualmente entre 200 y 400 millones de parte del INE mismos que sus dirigencias gastan casi discrecionalmente, sin correr riesgos de ser penalizados con cárcel ni auditados por el fisco.
Las corruptelas son sancionadas por el INE con multas económicas -nunca judiciales o penales-, que los partidos pagan ¡con las prerrogativas del año siguiente! El partidario líder corrupto nunca es ni desconocido o encarcelado.
Los reportes financieros ante el INE (antes IFE) están llenos de facturas falsas por parte de algunos de los partidos “patito”. Los negocios internos de familiares de los dirigentes son cosa común. El dinero sale de una bolsa y entra a la otra del pantalón del mismo dirigente.
Y encima de todo esto, estos partidos colocan en cada elección federal o local, a sus dirigentes, o a familiares, compadres y recomendados en diputaciones, senadurías, alcaldías y ahora hasta en gubernaturas, para hacer todavía más atractivo el negocio.
De todos es sabido que un cargo público es el acceso a manejar presupuestos multimillonarios, otorgar concesiones, encargar obras, expedir permisos y operar poder y concesiones.
Ahí no hay espacio para la ideología. Menos para la democracia.
UTILIDADES REDONDA
Caso por caso, los partidos políticos mexicanos evidencian a sus beneficiarios.
Andrés Manuel López Obrador, por ejemplo, es quien decide el rumbo, el gasto de los dineros que recibe Morena del INE, así como el nombramiento de candidatos.
Bueno, desde antes de recibir el registro, ya repartía nominaciones: Layda Sansores para la gubernatura de Campeche, la senadora Ana Gabriela Guevara para la gubernatura de Sonora, la ex senadora Yeidckol Polevnsky para una diputación federal. Sus preferidos y leales, como Clarita Brugada, en delegaciones del DF y en curules de la Asamblea. Danza de miles de millones de pesos de por medio.
Y si llega con vida —por aquello del infarto- y las masas populares lo quieren, ha dicho, él mismo será nuevamente candidato a la Presidencia de la República en 2018.
Nada de consultas a la base, o candidaturas surgidas del voto militante. No, él es el ungido, que ahora cuenta con un partido propio.
El tabasqueño ni siquiera es original. Sólo repite el método. Ya antes “la Maestra” Elba Esther Gordillo registró el suyo, el Panal, para más o menos lo mismo. Antes que ella Raúl Salinas, hermano de Carlos junto con su ex compañero de la UNAM y de luchas maoístas, Alberto Anaya, creó y registró en diciembre de 1990 el Partido del Trabajo. Desde entonces Anaya no abandona el Congreso. Una vez es diputado federal y la otra senador. A través del PT ha recibido en estos 20 años unos 3 mil millones de pesos de parte del IFE.
Los más antiguos en este negocio son Jorge González Torres y su hijo Jorge Emilio González Martínez con el PVEM.
González Torres creó el Partido Verde Ecologista en 1986 y lo dirigió hasta 2001, año en que lo heredó a su hijo Jorge Emilio González Martínez (¿por qué no?).
Hoy, el PVEM cuenta con un gobernador, un secretario de Estado, 7 senadores (uno de ellos es de nuevo Jorge Emilio); 28 diputados federales, y decenas de diputados locales y alcaldes.
El también conocido como “El Niño Verde” no oculta su riqueza, ni su poder. Hace unos meses se casó y a su boda fue desde el presidente Enrique Peña Nieto, hasta grandes empresarios y políticos de todos los niveles y partidos. Cosas pues del gran negocio de los partidos. El PVEM ha recibido en los últimos 20 años casi 4 mil millones de pesos de recursos públicos.
Igualmente rico es Dante Delgado, quien creó el Partido Convergencia en 1999, luego de pasar por la cárcel acusado por peculado. El ex gobernador de Veracruz y también ex senador no ha dejado de controlar este partido que ha recibido cerca de 3 mil millones de pesos a la fecha.
¿Y usted que hace? ¿Es ingeniero, médico, empresario medio o grande… simple empleado o burócrata?
¡No mi amigo, el negocio está en otro lado!