Ya arribamos al narcoterrorismo
Roberto Vizcaíno lunes 19, Jul 2010Tras la puerta del poder
Roberto Vizcaíno
El problema ya no sólo es de México, sino de toda la región. México se ha convertido, afirma, en un exportador neto de inseguridad nacional hacia Guatemala, Centroamérica y el Caribe
En realidad no faltaba que estallara un auto cargado de explosivos en Ciudad Juárez para saber que ya estábamos en el narcoterrorismo, pero vaya que ese acontecimiento nos cimbró.
Y hay quienes todavía lo niegan. Funcionarios y expertos indican que todavía no se puede calificar este acontecimiento como terrorismo, porque no hay reivindicación ideológica. Afirman que como el narcotráfico es un negocio, entonces el atentado es simplemente eso, atentado, pero no terrorismo.
Pues será el sereno, pero igual que en Irlanda, España, Colombia o Medio Oriente, un auto cargado de explosivos que estalla además activado por un celular no sólo da terror en Ciudad Juárez, sino pavor en todos los niveles sociales de México.
Mejor sería que en lugar de andar buscando excusas para evitar que el Departamento de Estado de los Estados Unidos nos catalogue como un país con terrorismo, las autoridades se pongan las pilas y echen a andar un buen equipo y sistema de inteligencia que ataque las bases de ese o esos grupos que ya comenzaron a realizar estos actos aquí.
Y mire, no se necesitaba ser adivino para saber que íbamos directo a esto. Fue hace dos años que en la celebración del 15 de septiembre en pleno centro de Morelia se lanzaron dos granadas de fragmentación.
Luego vinieron las ejecuciones de niños y jóvenes primero en Ciudad Juárez y luego en otras muchas partes del país. Nadie ha explicado estos ataques. Simplemente llegaron los sicarios y los asesinaron. A niños y adolescentes, muchos de ellos estudiantes sobresalientes, ajenos a las drogas. ¿Sería por eso?
Al parejo los narcos le perdieron el miedo al Ejército y comenzaron a atacar a las Fuerzas Armadas a plena luz del día y en sitios impensables. Hay quienes dicen que porque son lo mismo, es decir, los que atacan a los soldados son quienes recientemente desertaron y se incorporaron a las filas de los malos. Entonces ellos conocen bien a los otros, y por supuesto que no les tienen miedo.
A las ejecuciones con decapitaciones vinieron los ajusticiamientos de presidentes municipales, síndicos y candidatos. Ahí justamente se cruzó otra frontera… dejó de ser una guerra entre delincuentes para derivar en crímenes políticos.
De ahí al secuestro de Diego Fernández de Cevallos, no medió nada. Ciertamente un personaje ni popular ni querido por las masas y los medios, pero personaje político al fin por haber sido diputado federal, senador, candidato presidencial y un hombre con enorme influencia dentro de su partido, el PAN.
Y de ahí directo a la ejecución del virtual gobernador de Tamaulipas, Rodolfo Torre Cantú, para menos de un mes después llegar al estallido del auto-bomba de Ciudad Juárez.
Todo, como se ve, ha sido muy rápido.
Los mensajes de todo esto son por demás claros: “aquí, mexicanos, nadie está a salvo… y (políticos de todos los niveles y partidos, escuchen, entiendan) los gobernantes no son ya intocables… nosotros los podemos matar cuando se nos dé la gana”.
Cierto, estos criminales no son los de ETA, el ERI, o los extremistas islámicos pero tienen el antecedente de Pablo Escobar en Colombia, el quizá mayor narco que haya existido, quien no sólo estalló autos repletos de explosivos en centros comerciales y calles del centro de Bogotá, sino que mató incluso a un candidato presidencial y asaltó el Congreso.
A decir del doctor Edgardo Buscaglia -un experto norteamericano sobre estas cosas, consultor del gobierno de su país y poseedor de información privilegiada del más alto nivel-, ya no tenemos salida. O el gobierno le entra directo bajo una coalición política y económica o caerá en el caos.
La amenaza hoy, asegura, es que México se encuentra en el umbral de vivir una violencia no vista desde la Revolución de 1910.
“Se terminaron las reglas del juego. En este momento la delincuencia organizada mexicana comete al menos 22 delitos, no sólo el del narcotráfico y ha ocupado el poder formal a nivel municipal y estatal en gran parte del país…
“Hay detectadas 982 zonas de ingobernabilidad, donde existen gobiernos ausentes con una sociedad muy débil y Tamaulipas es el estado más invadido…
“De sus 43 municipios sólo dos no han sido capturados por los delincuentes… todos los demás están bajo su control, todos”, afirma con una seguridad que asusta.
Nos recuerda que esto ya se ha vivido en otras muchas naciones y enumera: Colombia, España, Japón, Rusia, Italia, Afganistan, entre las primeras.
El combate requiere de una acción conjunta, a fondo, de los políticos y los empresarios y su sociedad.
Hay instancias internacionales que estarían más que dispuestas a participar, dice.
Advierte que el combate no será fácil, y comenta que sólo en Colombia ha significado meter a la cárcel al 32 por ciento de sus legisladores.
Califica de “vacilada” el programa del presidente Felipe Calderón contra la delincuencia y al narcotráfico y dice que por México van de un lado a otro más de 100 mil millones de dólares producto del narcotráfico, las extorsiones, los secuestros y otros delitos cometidos por estos grupos.
El problema ya no sólo es de México, sino de toda la región. México se ha convertido, afirma, en un exportador neto de inseguridad nacional hacia Guatemala, Centroamérica y el Caribe.
En fin, este es nuestro panorama y nuestra perspectiva en cuanto al narcoterrorismo y sus modalidades.
EL PRI VA POR TODAS: Y mientras esto ocurre, en el Congreso los tricolores se preparan para cobrar sus facturas y por lo pronto en el Senado ya se apuntó Manlio Fabio Beltrones para ocupar la presidencia de la mesa que inicia el primero de septiembre y durará hasta agosto de 2011, en tanto que en la de Diputados podrían llegar o Francisco Rojas o Beatriz Paredes. En caso de que fuese el primero, entonces Beatriz ocuparía finalmente la coordinación de la bancada integrada por 236 diputados federales de los 500 que integran esa Legislatura.
De darse todo eso, sería la primera vez desde hace 13 años que el PRI ocupa la presidencia de ambas cámaras en forma simultánea.
De entrada uno que anda con chorrillo por todo eso, es el perredista Carlos Navarrete quien deberá entregar la presidencia de esta cámara sin haber logrado inaugurar la fastuosa y por demás impresionante nueva sede del Senado que se ubicará en Paseo de la Reforma casi esquina con Insurgentes. Eso le corresponderá hacerlo a Beltrones, y así lo consignará la placa que quedará ahí para la historia.
NO PASARÁ: Ni los senadores priístas ni perredistas están dispuestos a darle su aprobación al nombramiento de Patricia Flores Elizondo como nueva embajadora de México en Portugal. La liosa y no muy popular ex jefa de la oficina del presidente Felipe Calderón, dicen unos y otros, simplemente no tiene ni la experiencia ni los méritos para ir a ese cargo. Así que no ratificarán su nombramiento.
A TOCAR LA BATERÍA: Como a los del SME, el presidente Calderón le dio sabadazo a su jefe de comunicación social, Maximiliano “El Max” Cortazar, quien fue el responsable de aplicar un gasto verdaderamente multimillonario en la imagen de su jefe, yo digo que sin tino, porque no pocos hablan y piensan pestes de este presidente.
Y como lo habíamos anunciado hace unos días en este mismo espacio, el pasado fin semana fue despedido (no sabemos si con una indemnización copeteada como a los del SME), y sustituido por Alejandra Sota Mirafuentes.
Luego de operar 3 mil 425 millones de pesos durante 2007 y 4 mil 212 millones el año siguiente, su área –a la que están supeditadas todas las demás de Comunicación Social en el Gabinete presidencial-, le bajó a “sólo” 3 mil 704 millones de pesos en 2009, pero en este 2010 le subió un 39 por ciento para contemplar un gasto de nada más 5 mil 152 millones de pesos en la difusión de mensajes en medios de comunicación, el rubro publicidad y comunicación social de Calderón y su equipo.
El Max, pues, apenas alcanzó a gastar unos 16 mil 493 milloncejos de pesos que en su mayoría eran aplicados bajo el poder de su firma, ¿cómo la ve?
Quizá por eso comenzó a fumar puros, como Don Gastón, aquel personaje de Abel Quezada que tenía demás un anillo con un diamante en la nariz. Quien sabe cómo le irá a hacer para que no se le caiga la ceniza encima, ahora que seguramente volverá a tocar la batería como lo hacía con los Timbiriches hace algunos años. Eso si, de seguro que no tendrá los apuros económicos de antaño.