La traía chueca
¬ Juan Manuel Magaña viernes 12, Dic 2014Política Spot
Juan Manuel Magaña
Las palabras del secretario de Marina acerca de que los padres de los normalistas desaparecidos son manipulados sonaron demasiado fuertes, sobre todo porque son inexactas.
Vidal Francisco Soberón Sanz dijo anteayer sentir enojo tanto por las descalificaciones hacia lo que hacen las autoridades, como por la manipulación de que son objeto aquellos familiares por parte de algunos actores que “lucran” con el dolor de las víctimas de Ayotzinapa.
La respuesta no se hizo esperar. En diversos ámbitos, los paterfamilias de desaparecidos se manifestaron ofendidos por el secretario de Marina. Juan Colón, padre de Christian Colón Garnica, estudiante desparecido desde el 26 de septiembre en Iguala, Guerrero, contestó al almirante que “no nos manipulan, no somos tontos”. Así de sencillo.
Y, efectivamente, lo que menos tiene aquella comunidad agraviada —los padres y sus hijos estudiantes- es un pelo de tontería. Ahí es donde claramente el funcionario revela un gran desconocimiento de la gente que dice atender. También parece ser una imprudencia discursiva del secretario.
Por supuesto, no hay duda que grupos, digamos como la CNTE, vean en los impresionantes reclamos de justicia la manera de asociar sus propios intereses, que en este caso sería el de mantener bloqueado el avance de la reforma educativa en estados como Guerrero y Oaxaca.
Ahí está ese otro grupo nefasto, el de los que se autodenominan “anarquistas”, que son los que realmente han sembrado la violencia en el Distrito Federal, sin que el almirante Soberón, que forma parte de un gabinete se seguridad, haya podido decir a la fecha de quiénes se trata, no obstante las serias sospechas de que esos vándalos son manejados desde un sector gubernamental.
Esos dos grupos sí que han hecho lo suyo aprovechándose de la situación, pero eso no quiere decir que hayan sido capaces de arrastrar a sus acciones violentas a los dolidos familiares de estudiantes. Decirlo así es subestimar a esa gente que con mucha dignidad ha sabido manifestar su genuino reclamo de justicia.
Definitivamente, el almirante la traía chueca, está mal asesorado y mal informado. El problema es que el horno no está para esos bollos. Los paterfamilias en cuestión están, ciertamente exasperados porque creen que las autoridades no están contribuyendo a llegar al fondo del asunto. Por eso esas declaraciones no contribuyen más que a calentar más los ánimos.
Si el almirante hubiese leído lo que ocurrió un día antes en el Senado, quizá habría sido más cauto al expresarse.
Resulta que padres y familiares de los 43 reclamaron a senadores la indiferencia y omisión del Poder Legislativo, al que responsabilizaron de ser cómplice de la situación que priva en Guerrero, por el contubernio entre autoridades y bandas criminales, que desembocó en los hechos del 26 de septiembre pasado en Iguala.
En lo que fue la primera vez que acudieron al Senado, formularon un fuerte reclamo a los legisladores, a quienes ni siquiera permitieron hablar: “¡Ya basta, ya basta! Ya no tenemos lágrimas, sólo coraje contra ustedes”, les dijo Mario César Contreras González.
Y como prueba de que esas personas saben muy bien lo que están haciendo, uno de sus abogados Vidulfo Rosales presentó a los legisladores un pliego petitorio con cinco demandas centrales que son: la presentación con vida de los normalistas, la desaparición de poderes en Guerrero, la cancelación de las elecciones del próximo año en la entidad y que la Procuraduría General de la República (PGR) abra nuevas líneas de investigación que incluyan al Ejército y al ex gobernador Ángel Aguirre Rivero.
Ahí nomás para que el país se entretenga un rato.