Fuentes del Derecho
Francisco Rodríguez lunes 8, Dic 2014Índice político
Francisco Rodríguez
Guillermo Federico Hegel, el último gran enciclopedista de la historia de la humanidad, explicó en una conferencia magistral de finales del siglo XIX, en Berlín, que los abogados usaban al búho como símbolo, no porque se identificará a la ley con la sabiduría, sino… porque el búho es el plumífero que empieza su vuelo al atardecer, proyectando sus alas sobre una sociedad establecida. Esta alegoría quiere decir que el derecho se legisla para formalizar los usos y costumbres de una sociedad, no para impulsar su desarrollo. El Derecho es lo más estático de una sociedad, no el propulsor de la misma.
Traído a nuestros días, esto quiere decir que legislar no es, de ninguna manera transformar, sino reconocer hechos que la ley debe salvaguardar de todos los que atentan contra ella. Esto quiere decir que ninguna reforma legal transforma por sí sola a ninguna sociedad. Sólo consagra los actos que ya se celebran, antes de que entre en vigor la ley. Esto quiere decir, en fin, que se pueden reformar las legislaciones energéticas, pero no por eso se transforma el país. Puede haber estados primitivos con legislaciones energéticas muy avanzadas, pero lo único que logran es deformar las demás actividades económicas, políticas, sociales y culturales.
Esto es lo que jamás entenderán los que creen actuar en la nueva versión de “La palomilla al rescate” en su hora del recreo. Debemos ver lo que está ocurriendo en el país con ojos de la hora de la verdad. ¡Es ahora o nunca!
Hay muchas personas en el ambiente político a la mexicana, que no pueden vivir sin los reflectores, ni las candilejas, ni los proscenios, ni los reporteros. Menos aún, cuando desde chiquitos se recuerdan rodeados de guaruras obsequiosos, trashumantes del poder y gente de los medios, preguntándoles desde qué desayunaron, hasta por qué se visten de “marineritos”.
Uno de ellos es Cuauhtémoc Cárdenas. Durante los días del desafuero de AMLO, a Cárdenas se le ocurrió ofrecer una plática en el Club de Banqueros, sobre la necesaria participación del sector privado en Pemex. Y a los dos días se le ocurrió asistir como oyente a una marcha en Reforma en defensa de Andrés.
Recuerdo que, a la altura de la Diana Cazadora, donde se incorporó el hijo de “El Tata”, después de un opíparo desayuno con reporteros, cuando lo identificó la multitud, estuvo a punto de ser linchado. Gracias a un ayudante, que “le recordó “ que ya no tardaba en “salir su avión”, fue como pudieron rescatarlo en vilo de la inminente zacapela.
Luego, el partido que él fundó cayó en otras manos. También se le acabó el financiamiento de Carlos Ahumada, se le cayó la Fundación para la Democracia y por medroso no peleó en su momento la parte de poder que le correspondía y se conformó con el trato de “líder moral”, que no sirve para maldita la cosa…
Quiso competir por la presidencia del PRD, con presupuesto y candidatos que él manejara a su antojo. “Inocente, pobre amigo, sabías que ibas a perder…” Porque simple y llanamente, aunque tenga el apoyo de Nuño y de los demás que laboran en Los Pinos, los dados ya estaban echados, en favor de los actuales dueños del changarro. ¡No cabe un solo loco más!
SALES SE APUNTA PARA CAMPECHE
Dicen las almas piadosas que cubren la fuente de la seguridad pública federal que tal parece que a todas las fallas, los desaciertos y fraudes que se han cometido en la “nacida para perder” Comisión Nacional Antisecuestros, ocurre un caso para Ripley. No hay presupuesto, no hay personal de oficinas en los estados, no hay ministerios públicos especializados, no hay investigadores de secuestros, no hay voluntad para realizar la tarea, no hay apoyo de los gobernadores, no hay papelería para realizar ningún trámite… pero hay un gran secuestrado, en manos de todos los protagonistas a quienes ungieron como consejeros de lujo para dar su opinión —y su directriz— ante los medios, a cualquier hora. Casi sin que se los pidan, ellos buscan los reflectores constantemente.
El secuestrado es el hijo de Renato Sales Gasca. Precisamente el que debería coordinar esa comisión. Pero ante el avasallamiento de los pesos pesados —Isabel Miranda, Martí, Nelson Vargas, María Elena Moreira, etc.— todos echan por la borda cualquier esfuerzo.
Tal vez por ello el simpático (?) campechano ya mejor se ha entregado a sus sueños de opio de ser el candidato a gobernar su tierra natal. Cómo dijeran “Los hermanos lelos”, personajes de “Los polivoces”: ¡mejor ya vámonos!, ¿no?