La complicidad del PRD
¬ Augusto Corro lunes 8, Dic 2014Punto por punto
Augusto Corro
Los problemas políticos y económicos mantienen al Partido de la Revolución Democrática (PRD) al borde del precipicio.
René Bejarano “El Señor de las Ligas”, de Izquierda Democrática Nacional (IDN), acusó a la corriente de Nueva Izquierda (NI) de “Los Chuchos” de ser cómplice en la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa.
La pugna entre Bejarano y Jesús Ortega y Jesús Zambrano empezó hace varios años. Las tribus no han dejado de odiarse; pero siguen en el mismo organismo político. Por el momento no piensan dejar su lucrativo negocio-franquicia política, es decir el “hueso”.
“El PRD es cómplice de la tragedia de Iguala, sus cómplices se esconden en los puestos de dirección paridista”, dijo tajante “El Señor de las Ligas”. También se pronunció por la renuncia de Carlos Navarrete, el nuevo líder amarillo.
Como se informó, en Iguala, Guerrero, la noches del 26 y la madrugada del 27 de septiembre, 43 normalistas de Ayotzinapa fueron desaparecidos por la policía municipal y el cártel “Guerreros Unidos”, operado por el alcalde José Luis Abarca Velázquez y su esposa María de los Ángeles Pineda Villa.
Abarca Velázquez ganó la presidencia municipal apoyado por el PRD. Su esposa, consejera perredista, contemplaba la seguridad de sucederle en el cargo a su marido. La situación que enfrentan los perredistas llevó a “El Señor de las Ligas” a cuestionarse cuánto durará la tormenta de la crisis, en la que está sometida la izquierda perredista en su conjunto. En una reunión con militantes de su tribu, planteó lo siguiente:
“Sin ambages, es pertinente preguntarnos si estamos ya en la era de una crisis terminal o del desahucio. ¿Se está terminando nuestro ánimo de porvenir? ¿Hemos medido el tamaño de nuestros éxitos y fracasos?”.
Con la vinculación de Abarca Velázquez al PRD este partido cayó en el desprestigio. Fue eliminado de las luchas populares y no participó en las manifestaciones relacionadas con la desaparición de los normalistas de Ayotzinapa.
EL ENDEUDAMIENTO
Al nuevo líder perredista, Carlos Navarrete, le tocó bailar con la más fea. A la crisis política se sumó un endeudamiento millonario a los bancos. Según informaciones periodísticas, ese organismo debe 415 millones de pesos a los bancos y a proveedores. El dinero se gastó principalmente en su elección interna.
En los primeros días de enero recibirá 57 millones de pesos por concepto de prerrogativas. Esta cantidad le ayudará a mitigar la crisis de su situación económica.
En la antesala de las elecciones intermedias del 2015, el PRD llegará sumido en la austeridad y en el descrédito. Aún falta el pleito decisivo entre “Los Chuchos” y las tribus, pues se decidirá quienes serán los candidatos a cargos de elección popular.
Como el partido se convirtió en una agencia de colocaciones, en la lucha por los mejores “huesos” no habrá tregua alguna. La verdadera estampida de perredistas empezará en cuanto se conozcan las candidaturas.
De acuerdo con las declaraciones de Carlos Navarrete, el PRD regresará a la austeridad, a aquellos tiempos cuando no había camionetas, hoteles, viáticos ni recursos y vivir al día. Hace dos meses se inició el despido de 400 trabajadores.
Quizá el problema de la deuda no afectó tanto al partido como su desprestigio al apoyar al alcalde de Iguala y proteger al gobernador Ángel Aguirre Rivero. A raíz de esos acontecimientos, el PRD ya no será aquel organismo defensor de las causas populares, como solía presentarse.
EL DESPRECIO POR LA VIDA HUMANA
Con el auge de la narcodelincuencia se agudizó el desprecio por la vida humana. Los criminales endurecieron sus acciones y cayeron en la barbarie y en el salvajismo. Las muertes violentas atroces se repiten.
En México se dieron los factores necesarios para intimidar y aterrorizar a una sociedad hastiada ya de la espiral de violencia. Este año se cerrará con casi 15 mil homicidios dolosos. Siete mil muertes más que con los que se recibió la presente administración.
Lo anterior fue informado por Roberto Campa Cifrián, subsecretario de Prevención y Participación Ciudadana de la Secretaría de Gobernación.
De ninguna manera se trata de echar las campanas a vuelo por la reducción de la criminalidad. El camino hacia la seguridad es muy largo y lleno de obstáculos. No nos cansaremos de repetir que la guerra contra la delincuencia organizada debe ser integral. Se deben incluir medidas preventivas, opciones de empleo, y erradicación de la pobreza.