Continúan circulando sin control por el DF las micros carcachas
Cd. de México domingo 7, Dic 2014Circulan por toda la ciudad, a gran velocidad, rebasan sin precaución y, en muchos casos, son conducidos por jóvenes a quienes los acompañan otros chicos que los apoyan para ganar el pasaje a otras unidades de transporte público concesionado, lo que ha ocasionado graves accidentes.
Los llamados microbuses están involucrados en 43 por ciento de las mil 23 muertes que se registran por atropellamiento al año, informó la diputada local, Laura Ballesteros, integrante de la Comisión de Movilidad en la Asamblea Legislativa.
Lo peor es que aun con la Ley de Movilidad del Distrito Federal, que entró en vigor en julio pasado, esas unidades de transporte público concesionado, alrededor de 30 mil, entre legales y piratas, siguen circulando sin problemas, aun siendo en muchos casos carcachas.
De acuerdo con la nueva normatividad, los microbuses desaparecerán y serán reemplazados por autobuses, con el propósito de mejorar la calidad en el transporte y disminuir los tiempos de trayecto.
Sin embargo, el objetivo de sacarlos de circulación se ve muy lejano, pues a pocos días de que concluya el año no se ha firmado ningún acuerdo con transportistas de la ciudad para que, de manera conjunta, se establezca un plan de sustitución de microbuses y se consoliden las empresas de transporte.
“El programa de chatarrización (para micros) se quitó hace algunos años, consideramos que es una situación en cierto momento injusta, porque se anuncia hace unos meses que a los taxis se les darán 25 mil pesos de apoyo para una unidad, pero a los microbuseros se nos discrimina y no nos dan nada”, expresó Nicolás Vázquez Figueroa, representante de la Unión de Transportistas Nuevo Milenio.
En su opinión, “es bastante difícil la situación, tenemos una carga como todos los ciudadanos, en el costo del combustible que mes con mes se incrementa y no hay incentivos por parte del gobierno del Distrito Federal”.
Reconoció que los microbuses que circulan por toda la ciudad tienen una vida de 20 años en el mejor de los casos, y en el peor, de 25 a 30 años, lo que pone en peligro a usuarios y peatones.