Manga ancha a vándalos
¬ Juan Manuel Magaña miércoles 3, Dic 2014Política Spot
Juan Manuel Magaña
Lo que deja a uno pasmado es cómo las policías permitieron que los vándalos hicieran tanto destrozo. Eso es muy sospechoso, como si los supuestos guardianes tuvieran órdenes de quedarse inmóviles sin aprovechar la flagrancia. Como si tuvieran órdenes de no atinar en las detenciones cuando se deciden tardíamente a hacerlas.
Uno ve con pasmo las imágenes y no se puede más que pensar que los provocadores fueron enviados a eso, a destruir, a querer atemorizar, a causar terror y a tratar de inhibir que la gente siga saliendo pacíficamente a manifestarse. A sabiendas de que la policía no los tocará.
Pero la gente ya no se la traga y este es otro fenómeno importante. La gente les gritaba “Fascistas”, “Pagados del gobierno”, “Infiltrados” y “Provocadores” a todos esos que burdamente se autodenominan anarquistas. La gente los reprendía a coro: “No violencia”, “no violencia”.
Resulta que al concluir el mitin de anteayer en el Ángel de la Independencia por los normalistas desaparecidos, un grupo minúsculo de no más de 40 personas, con los rostros cubiertos, portando palos, piedras y petardos, empezó a causar destrozos en la calle de Florencia. Y así se siguieron por toda la lateral de Paseo de la Reforma, en el sentido Chapultepec-Centro.
Esos gamberros se ve que sólo salieron a las calles para prender fuego frente a algunos establecimientos, romper los vidrios de los bancos y otros negocios, y lanzar cocteles “Molotov” a diestra y siniestra. Esos sujetos no embonan en ningún grupo social y pareciera que salen de las coladeras nomás para enrarecer más el ambiente social y político del país.
En la plaza comercial Reforma 222, a unos metros de Insurgentes, además de romper los cristales de algunos establecimientos, lanzaron un coctel “Molotov” contra un anuncio publicitario, incendiándolo. Lo mismo hicieron en la estación del Metro Hidalgo, lo que ocasionó el cierre de la misma. Puro destruir por destruir.
A las quinientas aparecieron los granaderos, pero para los encapuchados fue muy fácil correr hacia las calles de la colonia Juárez, mientras todavía cientos de personas seguían en su manifestación pacífica, la mayoría estudiantes universitarios. En el colmo de la ceguera, los uniformados mejor rodearon, háganme el favor, a unos 400 jóvenes, auténticos manifestantes, frente al Senado, que ahora les gritaban a éstos “No violencia, no violencia”.
En el colmo de los colmos, los granaderos enojados se lanzaron a golpes a tratar de detener a quien tuvieran enfrente y se llevaron de corbata a una mujer que pasaba por el lugar acompañada de su esposo e hijos.
Pero no son los policías quienes parecen actuar con torpeza o ineptitud. Son, a todas luces, las órdenes que llevan. Actuar a destiempo, dar palos de ciego, hacer detenciones idiotas. Así han sido estas semanas y ya era como para que alguien, sea que dirige la Policía Federal, la PGR y/o la policía capitalina, ya hubiera renunciado. Porque, lo dijimos el otro día, el asunto tiende a subir y no tarda en costarle más a sus jefes.
Por lo pronto, ya se supo que en reunión con el presidente Enrique Peña Nieto, la iniciativa privada pidió al gobierno federal medidas contundentes para contener el vandalismo que se ha desatado recientemente en manifestaciones y marchas, el fortalecimiento del estado de Derecho, así como la revisión del esquema fiscal para impulsar el fortalecimiento del mercado interno, el crecimiento de la inversión, el mejoramiento del empleo y el ahorro.
El presidente del Consejo Coordinador Empresarial (CCE), Gerardo Gutiérrez Candiani, reveló que la reunión fue para demandar al Presidente aplicar la ley e impulsar las medidas necesarias para que prevalezca el estado de Derecho.
Lo más a mano sería comenzar por hacer que amarren a los “anarcos” en los sótanos donde los guardan y que no los dejen salir. Luego se podría actuar con mayor claridad contra los radicales del magisterio, que se parecen, pero no son los mismos.