Las elecciones intermedias
¬ Augusto Corro viernes 28, Nov 2014Punto por punto
Augusto Corro
En el 2015 serán renovados 2 mil 159 cargos de elección popular que incluyen diputados, gobernadores, alcaldías y delegaciones políticas en el Distrito Federal.
¿En qué condiciones se encuentran los partidos políticos frente a esa competencia electoral? La respuesta es fácil: en la lona. La desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa pasmó la actividad de PRI, PRD y PAN.
Estas fuerzas políticas fueron despreciadas por los padres de los estudiantes. Entre otras cuestiones porque la autoridad municipal, de extracción perredista, resultó ser el autor intelectual de la tragedia.
La crisis derivada de la desaparición de los jóvenes enrareció la vida política de México.
Ante este panorama se presenta la justa electoral del próximo año. El Partido de la Revolución Democrática (PRD) será el más afectado, pues enfrenta dos crisis: una externa y otra interna.
LA MALA IMAGEN
La externa se relaciona con la imagen de sus dirigentes “Los Chuchos” hicieron del PRD una franquicia política, es decir, un negocio personal ventajoso, por decir lo menos.
En lo interno, las luchas entre las tribus nunca desaparecieron, al contrario, se agudizaron y todas las agrupaciones políticas que integran el PRD apuestan al divisionismo.
El PRD en el presente es un partido desmadejado que, sin embargo, competirá en las próximas elecciones. De acuerdo a los acontecimientos, se prevé que los candidatos perredistas serán castigados con el voto. Pero los próximos aspirantes perredistas a cargos de representación popular no tienen otras opciones para participar en la contienda electoral. O es con el apoyo del PRD o se quedan fuera de la jugada.
¿Y LA ESTAMPIDA?
Con la renuncia de Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano se pensó que se produciría una especie de estampida de los perredistas para seguirlo.
No será fácil. Se irán con el “líder moral” sus amigos, aquellos que lo apoyaron en la fundación del partido, que no son dirigentes de tribus. Continuarán en el partido, aquellos “dueños” de los grupos políticos. La ambición por los cargos públicos no les permitirá sumarse a la desbandada cardenista.
En la “estampida” se irán los amigos del michoacano, aquellos que siempre le manifestaron lealtad por los beneficios que recibieron. Entre ellos Leonel Godoy, Amalia García, Alejandro Encinas, René Bejarano, etc.
Aunque este último no será capaz de jugársela con el ingeniero Cárdenas Solórzano, porque perdería la oportunidad de colocar a sus incondicionales en las listas de las candidaturas perredistas.
En el futuro René “El Señor de las Ligas” se irá del PRD, pero ahora sus intereses lo mantendrán anclado al partido del sol azteca.
En esa situación se encuentran la mayoría de amarillos que buscarán una jugosa candidatura, que no podrán conseguirla en otro partido. Ni siquiera en el Movimiento de Regeneración Nacional (Morena). “Los Chuchos” seguirán con el poder real perredista para escoger a los aspirantes a cargos de elección popular y por lo pronto no habrá desbandada de cardenistas.
LA AUTORIDAD DE CUAUHTÉMOC
Levantó una tolvanera política la renuncia del ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano al PRD.
El polvo se asentará en los próximos días, porque el fundador del PRD y “líder moral” de los amarillos, ya sin el empuje político de años anteriores, no servía a los intereses de “Los Chuchos”. Es más, se burlaban del ingeniero Cárdenas Solórzano, quien se prestó al juego de buscar la unidad, para fortalecer a ese organismo político. Si lograba llegar como candidato único a la presidencia del Comité Ejecutivo Nacional (CEN) del PRD, no tendría problema alguno para asumir el liderazgo. El “líder moral” nunca lo iba a conseguir, pues “Los Chuchos” ya tenían en campaña a su incondicional Carlos Navarrete, quien a la postre fue ungido como presidente del PRD.
LA IZQUIERDA
El ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano siempre se manejó como un hombre de izquierda. Logró su mayor mérito al unir a todas las agrupaciones con tendencias socialistas y fundó el PRD.
En tres ocasiones participó como candidato presidencial. La primera vez los perredistas se dijeron ganadores, pero no justificaron su triunfo.
En lo general se esperó una respuesta contundente del ingeniero Cárdenas Solórzano que no llegó. Optó por entrevistarse con el triunfador Carlos Salinas de Gortari, sin saber de temas hablaron. Se manejaron un sinfín de especulaciones. Entre otras el haber negociado su derrota.
Los seguidores de Andrés Manuel López Obrador nunca le perdonaron el que se hubiera negado a apoyar al tabasqueño en su candidatura presidencial.
Luego, el ingeniero Cárdenas Solórzano aceptó una chamba de algo así como coordinador de los festejos del Bicentenario de la Independencia y Centenario de la Revolución, que le ofreció el inefable Vicente Fox. El michoacano se quejó porque nadie lo tomaba en cuenta y tampoco le asignaron un presupuesto.
A grandes rasgos, la figura del hijo del Tata Lázaro Cárdenas apenas si brilló con luz propia. Su personalidad encajó muy bien en la mediocridad de la llama izquierda mexicana.