Alianzas ¿dónde?
Ramón Zurita Sahagún miércoles 26, Nov 2014De frente y de perfil
Ramón Zurita Sahagún
Retomando el tema de las alianzas entre izquierda y derecha con vistas a los procesos electorales del año próximo en seis de los nueves estados del país. Descartamos entre esas posibles alianzas a los estados de Baja California Sur, Guerrero y Michoacán donde, comentábamos ayer, ya que en dos de ellos los tres principales partidos creen tener la fuerza suficiente y en el otro, dos de esos mismos organismos confían en su fuerza electoral.
Pero de los restantes seis, al perredismo le conviene ir en alianza con el panismo, ya que los pocos sufragios que recibe le podrían ser necesarios al partido blanquiazul para marcar la diferencia entre el triunfo y la derrota. Nuevo León es la máxima aspiración de los panistas para gobernar y saben que tienen buenos candidatos para contender por el gobierno estatal, siendo Margarita Arellanes su mejor exponente.
Seis puntos separaron al PAN del triunfo en 2009, cuando su candidato Fernando Elizondo obtuvo el 43 por ciento contra el 49 por ciento del priísta ganador, Rodrigo Medina, correspondiendo al PRD el 3.4 por ciento de los sufragios emitidos.
En 2012, en ocasión de la elección presidencial, los partidos de izquierda tuvieron mejor votación, con poco más del 6 por ciento en lo estatal.
Sonora es otra entidad atractiva para la alianza entre izquierda y derecha, gobernada en la actualidad por Acción Nacional, merced al triunfo de Guillermo Padrés Elías por cuatro puntos porcentuales sobre el priísta Alfonso Serrano Elías.
En esta victoria influyó en la emisión del voto ciudadano la insensibilidad del gobierno de Eduardo (Robinson) Bours con respecto a la tragedia de la guardería ABC.
La izquierda obtuvo en conjunto poco más del cinco por ciento de sufragios en 2009, aunque seis años antes de haber ido unidos derecha e izquierda habrían obtenido una victoria holgada de cinco puntos sobre el candidato priísta Bours Castelo, ya que el panista Ramón Corral quedó a solamente un punto del ganador y el perredista Jesús Zambrano alcanzó más del seis por ciento.
San Luis Potosí es otro estado que ya gobernó alguna vez (2003-09) Acción Nacional, aunque hace seis años, su candidato Alejandro Zapata Perogordo se desinfló notablemente y quedó cuatro puntos del sorpresivamente ganador, el priísta Fernando Toranzo.
Como en los estados mencionados anteriormente, el PRD no representa gran cosa para los electores, aunque su eterno aspirante, el ex priísta Juan Ramiro Robledo, alcanzó un nada despreciable 8.57 por ciento, con lo que una alianza derecha e izquierda podría haber derrotado al priísta.
Querétaro es otra de las entidades que elegirá gobernador el año próximo y después de doce años de gobiernos panistas y seis de uno priísta, los blanquiazules tiran al retorno.
Hace seis años el panista Manuel González Valle cayó ante el priísta José Eduardo Calzada por cinco puntos de diferencia, por lo que los poco más de cuatro puntos ganados por la izquierda( PRD, PT y Convergencia) no le habrían alcanzado para derrotar al tricolor en una eventual alianza.
Hoy, los panistas saben que tienen dos buenas cartas para competir con posibilidades de éxito en las figuras de Francisco Domínguez y Ricardo Anaya, por lo que esos cuatro cinco puntos de la izquierda le aumentarían la posibilidad de victoria.
Campeche es una entidad en la que el panismo ha crecido en forma desmesurada en los años recientes, situando a sus candidatos a gobernadores cercanos a la victoria.
Fueron elecciones difíciles para el priísmo las de 1997, 2003 y 2009, donde el riesgo de caer vencidos se mantuvo hasta el recuento de los votos.
Antonio González Curi ganó con dificultad a la entonces perredista Layda Sansores, para que seis años después el panismo emergiera como fuerza electoral y Juan Carlos del Río se quedara dos puntos porcentuales por debajo del priísta Jorge Carlos Hurtado. El 17 por ciento obtenido por los partidos de izquierda habría sido de gran ayuda para ganar con creces esa gubernatura.
Seis años más tarde, Fernando Eutimio Ortega venció en las urnas a Mario Ávila Lizárraga, basado en su gran popularidad, ya que sacó ocho puntos de ventaja al improvisado candidato del blanquiazul.
Los poco más de dos puntos porcentuales obtenidos por la izquierda no representaron nada en cuanto a sufragio se refiere. Colima es el otro estado en que izquierda y derecha podrían apostar para ir juntos, en un esfuerzo por obtener el gobierno estatal.
Siendo uno de los estados con menor número de electores, los priístas ganaron Colima con su candidato Mario Anguiano Moreno por menos de 18 mil votos de diferencia sobre la panista Martha Sosa Govea, lo que les dio un porcentaje de 50 por ciento al ganador y 44 por ciento a la derrotada.
La izquierda obtuvo poco más del 2. 5 por ciento, insuficiente para un triunfo en una eventual alianza de aquella época. Como se advierte, la izquierda tiene escasa presencia en cada una de esas seis entidades, aunque si los votos necesarios para que en una coalición o alianza con Acción Nacional pudieran arrebatarle la victoria a los favoritos priístas que confían en ganar cada una de esas seis elecciones en los respectivos estados en que habrán de celebrarse.
DIÁLOGO
Nada nuevo arrojó el diálogo-debate sostenido entre el ex líder moral del PRD, Cuauhtémoc Cárdenas y el dirigente nacional de ese partido, Carlos Navarrete. Cuauhtémoc se sostuvo en exigir mayor participación del PRD en movilizaciones y protestas y siguió pidiendo la renuncia de Navarrete.