Topes a precampañas
¬ José Antonio López Sosa martes 25, Nov 2014Detrás del Poder
José Antonio López Sosa
En la ciudad de México se dio a conocer ayer el monto máximo que podrán gastar los partidos políticos en las precampañas a diputados para la Asamblea Legislativa y jefes delegacionales, con miras a la elección del año entrante.
Como suele ocurrir, la Gaceta Oficial se engalanó y las cifras quedan claras y establecidas, sin que al parecer hubiera lugar para dudas o malos entendidos; sin embargo, lo preocupante es que tanto en el Distrito Federal como en el resto de las entidades, la normatividad en cuanto a topes de campaña ha sido una verdadera sugerencia y no regla que se respete.
¿Cuántos jefes delegacionales, diputados y servidores públicos en funciones llevan tiempo haciendo precampaña con recursos públicos disfrazados de comunicación oficial?, no hay un solo jefe delegacional que no esté preparando su campaña para ser diputado local, diputado federal o jefe de gobierno, en ninguna de las 16 demarcaciones se han dejado de usar recursos para la promoción personal, cosa que no precisa ninguna ley, menos aún el informe del IEDF del día de ayer.
Oficialmente, queda como tope para quienes pretendan ser jefes delegacionales, de acuerdo a su demarcación: 329 mil pesos para Álvaro Obregón, 217 mil pesos a Azcapotzalco, 199 mil pesos a Benito Juárez, 316 mil a Coyoacán, 78 mil pesos a Cuajimalpa, 272 mil pesos a Cuauhtémoc, 594 mil pesos a Gustavo A. Madero, 199 mil pesos a Iztacalco, 797 mil pesos (casi el millón) a Iztapalapa, 106 mil a Magdalena Contreras, 181 mil pesos a Miguel Hidalgo, 50 mil pesos a Milpa Alta, 141 mil pesos a Tláhuac, 286 mil pesos a Tlalpan, 230 mil pesos a Venustiano Carranza y 178 mil pesos a Xochimilco.
Esta suma global millonaria representa dinero tirado a la basura desde en punto de vista ciudadano. Es la ley y se los permite, pero habrá algún partido que redujera sus costos de precampañas, o será que actúan bajo el supuesto de “el fin justifica los medios”. Nadie habla de los gastos de precamapaña cuando se encuentra ya en contienda electoral.
Me parece que son elecciones muy caras para la ciudadanía, especialmente cuando se escatiman recursos para obras necesarias en las delegaciones bajo el supuesto que no tener presupuestos etiquetados. Si bien no es plena responsabilidad de los delegados o del jefe de gobierno, sí es una responsabilidad compartida con la Asamblea Legislativa que permite este millonario gasto para seguir al final del día con el “chapulineo”.
Vamos a ver cuántos diputados locales brincan a delegados y cuantos delegados brincan a diputados locales, lo mismo con las curules federales.
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