San Juanico
¬ Augusto Corro viernes 21, Nov 2014Punto por punto
Augusto Corro
En el cuarto que se utilizaba como recámara se encontraba una litera y en esta el cadáver de un joven o niño carbonizado. La acción devoradora del fuego redujo, casi a cenizas, su cuerpo.
Así perdieron la vida decenas de pobladores de San Juan Ixhuatepec, en el Estado de México, en los límites con el Distrito Federal. Fue aquella mañana del 19 de noviembre de 1984, cuando estallaron y se incendiaron los depósitos de gas de Pemex en esa colonia.
El gas invadió hasta el más apartado espacio de San Juanico y esperó agazapado la chispa que provocaría el estallido fatídico, cuando las calles se mancharon con la sangre de aquellos que lograron salvarse y corrieron en busca de atención médica.
En ese día de tristeza y de dolor, la sociedad mexicana presenció, con horror, los efectos dañinos de una explosión de gas. En aquella fecha, las autoridades se comprometieron a alejar de las zonas urbanas la amenaza de las gaseras. Hace 30 años que lo prometieron. ¿Lo cumplieron?
Porque, de acuerdo con los vecinos de San Juanico “hay a la fecha seis gaseras con capacidad de un millón de litros de combustible, además circulan 397 distribuidores de Gas LP y 120 camiones con tanques de 50 mil y 100 mil litros de gas LP”. Nunca es tarde para tomar medidas preventivas.
LAS ELECCIONES INTERMEDIAS
El próximo año se renovará la totalidad de las 500 curules de la Cámara de Diputados, 9 gubernaturas, 641 diputaciones en 17 entidades, 993 alcaldías en 16 estados y las 16 jefaturas delegacionales en el Distrito Federal.
Las llamadas elecciones intermedias se efectuarán después de una temporada política borrascosa, en la que el signo de la delincuencia organizada alcanzó a gobernadores, presidentes municipales y legisladores.
Para el 2015 ¿los electores habrán olvidado ya los escándalos mayúsculos protagonizados por una clase política empeñada en llegar al poder para mantener sus intereses personales, sus ambiciones? ¿Dónde quedaron los principios y la ideología de los partidos políticos? De ahí la pregunta siguiente.
LAS MOTIVACIONES
¿Qué le ofrecerán esos organismos políticos a los electores, para animarlos a votar por ellos, luego del desprestigio y de la imagen dañada por sus errores?
Como nunca, en el presente los partidos políticos arrastran el desprestigio y ninguno se salva de las críticas negativas por su pésima actitud ante los hechos violentos, como la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa.
El Partido de la Revolución Democrática (PRD) el más salpicado del lodazal, podría tener razón en no inmiscuirse en las protestas, porque los personajes centrales de la tragedia en Iguala estuvieron representados por el presidente municipal y el gobernador de Guerrero, José Luis Abarca Velázquez y Ángel Aguirre Rivero, respectivamente. Ambos de extracción perredista.
TAMBIÉN EN EL PRI
En Michoacán, los priístas también resintieron los daños ocasionados por la vinculación de las autoridades con la narcodelincuencia. Entre otros casos, se evidenciaron las relaciones de la banda criminal con Rodrigo Vallejo, hijo del gobernador priísta Fausto Vallejo, quien, debido a su enfermedad hepática, su administración fue un desastre.
El gobernador interino, también de extracción priísta, Jesús Rayna García, se encuentra en la cárcel, tras conocer los videos en que se comprobó sus nexos con el líder templario, Servando Gómez Martínez “La Tuta”.
En general, la clase política enfrenta el descrédito por la intromisión de la delincuencia organizada en sus filas, concretamente, en las presidencias municipales. ¿Cómo se conocerá que tal o cuál candidato no tiene intereses con la mafia?
En la tragedia de los 43 desaparecidos de Ayotzinapa, el alcalde se encargó de actuar como protagonista. No sólo como autoridad municipal. También participó, junto con su esposa, María de los Ángeles Pineda Villa, como operador del cártel “Guerreros Unidos”.
EL PAN Y MORENA
Otros partidos políticos como Acción Nacional (PAN) o el Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) resultaron tocados por los acontecimientos de Iguala. El primero, en una de esas coaliciones aberrantes, actuó al lado del PRD para apoyar la candidatura de Ángel Aguirre Rivero a la gubernatura. Andrés Manuel López Obrador apapachaba a Lázaro Mazón. Este sujeto se ufanaba de actuar como tutor político del ahora ex alcalde Abarca Velázquez. El tabasqueño destapó a Mazón como candidato para la gubernatura de Guerrero el próximo año. Morena ya se encargó de evitar el dedazo. Volvemos al principio: ¿Qué ofrecerán los partidos a los electores, después de estos errores monumentales?
EL DIVISIONISMO
No será una tarea fácil, porque para llegar bien, las dirigencias políticas tendrán que poner orden en sus filas. El divisionismo continuará como siempre, la izquierda no podrá negar su naturaleza.
De las pugnas entre los integrantes de las cúpulas, concretamente en el PRD, sólo se logrará un divorcio entre los dirigentes. El líder moral perredista, Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano, pidió la cabeza del líder Carlos Navarrete, como un paso importante para sacar al partido del sol azteca del abismo.
Navarrete no se irá. Ya lo dijo. En esas circunstancias, existe la posibilidad de que sea el propio ingeniero Cárdenas quien abandone el partido. La liga entre ambos personajes se tensó, aunque se reunirán para platicar sobre el PRD y su crisis, que se ve sin solución alguna.
Por lo pronto, el próximo martes sostendrán una plática pública, con la presencia de los periodistas. De lo que se diga o resulte de ese dialogo no obtendrá el remedio para sanar al PRD, que necesita de una intervención quirúrgica mayor, profunda, que lo levante de la lona.