Bajo fuego
Ramón Zurita Sahagún martes 18, Nov 2014De frente y de perfil
Ramón Zurita Sahagún
Desde siempre los peores momentos de los partidos políticos mexicanos han sido aquellos en que reciben el llamado fuego amigo, es decir desde dentro son socavados.
El PRD vive desde hace varias semanas bajo fuego, interno y externo, el que amenaza con hacer crisis y terminar con la hegemonía de “Los Chuchos” el grupo preponderante desde hace un par de lustros.
“Los Chuchos” han sido fuertemente cuestionados no de ahora, sino desde que se apropiaron de la cúpula partidista, pero los cuestionamientos crecieron cuando se supo que el ex alcalde Iguala, José Luis Abarca, fue impulsado y protegido desde este grupo.
El asedio contra “Los Chuchos” es constante y hace crisis con la exigencia cardenista de que renuncie Carlos Navarrete Ruiz a la presidencia del partido.
La crisis de “Los Chuchos” y por ende del PRD es sumamente grave para el futuro del partido, ya que se conjuntaron una serie de factores que amenazan con la supervivencia del grupo.
Por un lado se encuentra la responsabilidad que se les pretende adjudicar de la paternidad política de José Luis Abarca y de su esposa, María de los Ángeles Pineda, por otro más la hegemonía que mantiene dentro del partido, más allá el éxodo que se presenta por parte de los militantes hacia Morena.
Los problemas que enfrenta en Morelos el gobierno de Graco Ramírez Garrido (miembro de “Los Chuchos”) y la carta enviada por Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano solicitándole a Carlos Navarrete Ruiz renuncie a la dirigencia nacional, no son problemas menores.
Claro que hay quienes creen que son problemas pasajeros que serán superados antes de que lleguen los comicios de junio del año próximo, aunque todavía falta lo peor para este partido que es el reparto de las candidaturas.
Hay quienes piensan que la crisis perredista es artificial y está siendo alimentada desde las instancias oficiales, con el propósito de desinflarlo antes de que llegue el momento de la votación. El perredismo, dicen, siempre ha vivido en una constante de presión interna y externa, la que se supera sin grandes problemas. La situación no parece tan sencilla como pueden ser ubicadas las pasadas, donde se liman asperezas y todos quedan contentos.
En esta ocasión, la situación se advierte diferente.
“Los Chuchos” han sido cuestionados por algunos de sus ex cuadros, los que han emigrado hacia otros rumbos, como es el caso de Luis Miguel Barbosa Huerta, presidente del Senado de la República.
El caso de Iguala y en general de lo sucedido en Guerrero puso bajo observación al grupo hegemónico dentro del partido del sol azteca.
Aunque han tratado de endosarle la factura del padrinazgo de Abarca y de su consorte Pineda a Andrés Manuel López Obrador, la realidad es que ellos estaban cerca del grupo de “Los Chuchos” y hasta, según acusa Alejandro Encinas, lo querían hacer candidato a diputado federal.
El comportamiento de sus principales dirigentes es sumamente cuestionado y Jesús Zambrano, Jesús Ortega y el propio Carlos Navarrete Ruiz no logran controlar la situación, ni mucho menos aplicar un método para frenar la embestida.
Cuauhtémoc Cárdenas trae desde hace algunos meses el gusanito de que no logró ser nuevamente presidente del Partido de la Revolución Democrática, ya que sus condiciones no fueron atendidas. El ingeniero no pudo convencer a los demás candidatos de no presentarse a la competencia, por lo que él mismo desistió de hacerlo, lo que dejó el campo abierto para Carlos Navarrete.
Cárdenas Solórzano fue requerido por el grupo de “Los Chuchos2 cuando más lo necesitaron, al producirse la ruptura con Andrés Manuel López Obrador y sus seguidores en el éxodo a Morena y el tres veces candidato presidencial les funcionó de maravilla, por la calidad moral que les proporcionó.
Ahora, ya no requieren del ingeniero, aunque le siguen dando el avión, pero también Cárdenas ha descendido en su papel de líder moral de la izquierda y algunos catalogan sus actitudes y peticiones como parte del envejecimiento. La agresión de que fue objeto Cárdenas en una de las más recientes marchas enseña que el respeto a su figura se ha ido perdiendo.
Para “Los Chuchos”, lo ocurrido en la autopista y carretera federal a Cuernavaca es parte de una escalada en contra del gobernador de esa entidad, Graco Ramírez Abreu, otro prominente miembro de “Los Chuchos”.
No hay día en que no se cuestione el mal gobierno de Graco en todos los sentidos, el económico, el laboral y el de una gran inseguridad que priva en la entidad que gobierna.
Lo del cierre de carreteras en un día crítico en que iniciaba un puente vacacional y donde quedaron varados miles de paseantes, es parte de ese golpeteo al gobernante, aunque los habitantes de Huitzilac afirman que están hartos de la inseguridad que priva en ese poblado.
Por eso lo urgente para “Los Chuchos” es frenar la embestida en contra de su grupo, mostrar que las acusaciones en su contra no son ciertas y recomponer las cuestiones internas, para evitar que los comicios del año próximo desemboquen en un desastre para el partido del sol azteca.
GRACO
Siendo una de las principales figuras dentro del PRD, Graco Ramírez, gobernador de Morelos, salió al quite de la ofensiva en contra del PRD y especialmente del grupo de “Los Chuchos” (al que pertenece) y asumió que Cuauhtémoc Cárdenas se excedió en su petición de renuncia a Carlos Navarrete.
Graco Ramírez consideró que confundir la situación de lo ocurre en Iguala y en algunas entidades donde el crimen organizado penetró, no es sólo del PRD, sino de todos los partidos, que han sido penetrados por el crimen organizado, confundirlo con la legitimidad de la dirección es un exceso.