El desprestigio
¬ Juan Manuel Magaña lunes 17, Nov 2014Política Spot
Juan Manuel Magaña
Ahora resulta que Carlos Navarrete salió bueno para pasar la charola entre los legisladores del PRD y que le entren con el Teletón. Esto es ya la ignominia.
El hecho por sí solo de la mentalidad de quienes tripulan ese barco naufragante. De acuerdo con la información, la dirigencia nacional del Partido de la Revolución Democrática (PRD) envió a sus 101 diputados federales una carta para pedirles que apoyen al Teletón con un donativo voluntario.
En la misiva, la dirigencia que encabeza Carlos Navarrete dice a los legisladores federales que el PRD conoce de las causas justas y nobles, y es por ello que apelamos a su sensibilidad y generosidad para solicitar su colaboración con un donativo voluntario en apoyo a la labor que realiza la colecta Teletón 2014 y poder ayudar a tan noble causa.
¿De veras cree Navarrete que con eso va a frenar todo el desprestigio en que han caído “Los Chuchos”, su partido y su renovada dirigencia?
Coincidentemente, la Cámara de Diputados dio a conocer un sondeo realizado por su Centro de Estudios Sociales y de Opinión Pública (CESOP), que por tercer año consecutivo realiza una encuesta telefónica sobre la confianza en las instituciones. Es muy claro: la policía estatal, la televisión, la Cámara de Diputados, los sindicatos y los partidos políticos son las instancias menos confiables para los ciudadanos. ¿Ya le encontró la relación con lo que empezamos diciendo?
La encuesta fue aplicada a 623 mexicanos con teléfono fijo en su hogar y se llevó a cabo los días 30 y 31 de agosto del presente año, y entre los resultados se puede mencionar que 8 de cada 10 ciudadanos confía mucho en su familia; 1 de cada 10 (52%), en sus amigos, y sólo 1 de cada 3 (35%), en sus vecinos.
Según el estudio, la confianza de la sociedad en los partidos políticos cayó del 29 al 22 por ciento en el último año. La Cámara de Diputados se mantiene en niveles bajos: apenas un 27 por ciento de ciudadanos dijeron confiar “mucho” o “algo” en los legisladores y los partidos políticos se ubican en apenas un 22 por ciento y a televisión en un 32 por ciento.
Reflejo de este tiempo, el Ejército que contaba con un nivel de aceptación del 68 por ciento, disminuyó a 61, entre los ciudadanos que dijeron confiar mucho o algo en las fuerzas armadas, mientras que la Marina bajó de 75 al 68 por ciento.
La Suprema Corte de Justicia tuvo una caída de tres puntos en sus niveles de aceptación, en tanto que el Presidente de la Republica disminuyó del 40 al 32 por ciento. Los gobernadores tuvieron caída de seis puntos y los alcaldes bajaron de 35 al 31 por ciento.
También coincidentemente, el ex dirigente y ex candidato presidencial del PRD, Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano, llamó a Carlos Navarrete, presidente de dicho partido, a renunciar al Comité Ejecutivo. Dijo que ello es necesario para reformar al instituto político, que está agotado y a punto de disolverse.
Diagnóstico brutal, el del ingeniero. Pero también tardío. Demasiado se hizo de la vista gorda respecto de los manejos de “Los Chuchos” dentro del PRD, de las cámaras legislativas, de las alcaldías, delegaciones y gubernaturas en el país.
Ahora, el ingeniero se ve en la necesidad de advertir en una carta que el partido está inmerso en un proceso de descomposición, que sólo podrá superarse con medidas de fondo que lo modifiquen de raíz y le permitan recuperar la credibilidad.
Dice: “Está a punto de disolverse o de quedar como una simple franquicia político electoral, subordinada a intereses ajenos a los de su amplia base militante, a partir de encontrarse inmerso en un ya largo proceso de pérdida de autoridad moral como institución y de pérdida de autoridad moral de sus dirigentes; de disminución creciente de su militancia en toda la República”.
Agrega: “Es momento de tomar decisiones de fondo; decisiones que deben tomar en primer lugar sus más altos cuerpos de gobierno; decisiones en las que a cualquier interés personal o de grupo se anteponga el interés del país. Invito, con todo respeto, a que renuncie de manera irrevocable el Comité Ejecutivo actual, encabezado por el presidente y el secretario general”. La carta parece más una acta de defunción del PRD, pero Navarrete más bien se sueña como estrella de un canal de televisión.