Gobernadores
Ramón Zurita Sahagún martes 11, Nov 2014De frente y de perfil
Ramón Zurita Sahagún
Los informes de gobierno de los mandatarios estatales sirven para dar a conocer a la población el resultado de un año de labores, los avances, logros y proyectos para el año siguiente o lo que resta de los sexenios.
Es un evento republicano sumamente difundido en cada una de las entidades del país, en el que conviven políticos, funcionarios y parte de la población.
Acuden a él también otros gobernantes que mantienen lazos de amistad o simpatías con el gobernante en turno, sin importar las siglas de unos y otros.
En Tabasco ocurrió uno de esos raros encuentros en que armonizan los gobernantes emanados del PRI, PRD, PAN, Movimiento Ciudadano y hasta del Partido Verde.
Pocos eventos, ajenos a los del gobierno federal, tienen esa peculiaridad de convocatoria.
En ocasión del II Informe de Gobierno de Arturo Núñez Jiménez se conformó esa amalgama de siglas, reunidos en ocasión de esa fiesta cívica.
Claro que estando el país en una situación de convulsión, ocasionada por los hechos de Iguala que han detonado una inconformidad popular en torno al asunto de los 43 desparecidos, es necesario que se mantenga esa comunión entre los políticos, sin distingo de las siglas que representan o la ideología que portan.
Arturo Núñez Jiménez es un político ortodoxo, con un manejo político impecable, que es ahora militante del PRD y que antes lo fue del PRI, donde desempeñó importantes cargos de la administración pública, como fueron sus dos pasos por la Subsecretaría de Gobernación, la dirección del IFE, con la responsabilidad de los comicios presidenciales de 1994, la dirección de Infonavit, entre otros cargos públicos.
De ahí, el respeto y reconocimiento que le da la clase política. Ello permitió la convocatoria de los gobernadores priístas de Campeche, Fernando Ortega Bernés; Durango, Jorge Herrera Caldera y Tlaxcala, Mariano González Zarur; el panista de Puebla, Rafael Moreno Valle; el perredista de Morelos, Graco Ramírez Garrido Abreu, y el verde de Chiapas, Manuel Velasco Coello.
También asistió Gabino Cué Monteagudo, de Oaxaca y militante del Movimiento Ciudadano y hasta llamó poderosamente la presencia del gobernador de Guerrero, designado recientemente.
La presencia de Salvador Rolando Ortega, interino de Ángel Heladio Aguirre Rivero y su esposa, motivó ciertas interrogantes entre los asistentes, ya que si bien el domingo es un día de asueto y los gobernantes pueden hacer lo que mejor les plazca, su administración no está como para que el mandatario se despegue de ella.
Y es que mientras el gobernador guerrerense al que se le señala por su falta de oficio político y carencia de conocimiento de la administración pública, departía en la capital del Tabasco, su entidad sigue en plena convulsión, con marchas, protestas, reclamos y hasta el incendio de vehículos y de oficinas públicas.
Entonces, qué necesidad tienen el gobernador y su señora esposa de asistir a estos eventos, cuando sus gobernados reclaman atención.
Acaso el gobernador opta por presentarse ante la sociedad política, para intercambiar saludos y presentarse él y su esposa ante los demás mandatarios como el nuevo conductor de los destinos de Guerrero.
Eso ya lo saben los demás gobernadores, los que, regularmente, acuden a estos eventos solos y sin la familia.
Mientras el “Salvador” de Guerrero disfrutaba del edén, en Guerrero una población encrespada manifestaba su rechazo a las versiones oficiales que establecen la muerte e incineración de los 43 desparecidos, estudiantes todos ellos de la Escuela Normal de Ayotzinapa.
Sin embargo, el gobernador que siente admiración por su antecesor Ángel Heladio Aguirre Rivero, prefirió la atracción de los reflectores y la convivencia con sus homólogos, que atender reclamos ciudadanos, total que para eso se encarga el gobierno federal.
La relación del gobernador de Guerrero con sus pares es nula, ya que se trata de un académico que de la secretaría general de la universidad estatal saltó al gobierno de la entidad, en un brinco inesperado.
Para él, lo importante era lucir el nombramiento de gobernador. El Segundo Informe de Gobierno de Arturo Núñez Jiménez trajo buenas noticias para el pueblo tabasqueño, ya que se termina con el régimen del pago de tenencia, una de las promesas de campaña.
Es ahora cuando se inicia la transformación del estado y es cuando Núñez Jiménez deberá mostrar que la ciudadanía no se equivocó al elegirlo.
Los dos primeros años de gobierno fueron de obstáculos por el endeudamiento dejado por la anterior administración y el lidiar con la reducción de las percepciones federales.
El nuevo gobierno debió también tender puentes, ya que el anterior gobierno motivó encono, dejando grandes heridas abiertas entre la sociedad que veía con incredulidad el saqueo de que fueron objeto las arcas estatales.
Durante muchos años Arturo Núñez Jiménez se mantuvo como aspirante al gobierno de Tabasco y fue relegado una y otra vez de la posibilidad de la candidatura del partido tricolor, por lo que inconforme con los métodos y prácticas d ese organismo político y distanciado de los altos mandos de ese partido, optó por emigrar a otro (PRD), donde alcanzó la candidatura y el triunfo en las urnas.
Es sumamente conocido que heredó una administración pública endeudada y saqueada por el gobierno que le antecedió, tanto que el gobernador anterior (Andrés Granier Melo) se encuentra en prisión y una decena de sus colaboradores fueron sancionados con inhabilitaciones o son perseguidos por la justicia. Ahora en Tabasco, como dice su slogan “Avanzamos con resultados que son de todos” y eso es lo que espera la población.