PGR: los normalistas, asesinados y quemados
Nacional lunes 10, Nov 2014- No hay pruebas contundentes ni científicas: padres de familia

Jesús Murillo Karam, procurador general de la República, dijo que la indagatoria sigue abierta.
El procurador general de la República, Jesús Murillo Karam, presentó en conferencia de prensa los testimonios de tres participantes materiales en el caso Iguala, según los cuales los 43 normalistas de Ayotzinapa habrían sido asesinados y calcinados en el basurero del municipio de Cocula, Guerrero.
Confirmó la detención hace ocho días de tres nuevos implicados en el asesinato y desaparición de los estudiantes normalistas: Patricio Reyes Landa, El Pato, Jonathan Osorio Gómez, El Jona, y Agustín García Reyes, El Chereje. “Al rendir su declaración confesaron haber recibido y ejecutado al grupo de personas que les entregaron los policías municipales de Iguala y Cocula”.
Murillo aseguró, sin embargo, que mantendrá la condición de desaparecidos de los jóvenes mientras no se acredite científicamente que los restos corresponden a las muestras genéticas aportadas por los familiares.
De acuerdo con los testimonios mostrados, una vez quemados y reducidos a cenizas, los restos fueron introducidos en bolsas de plástico que se lanzaron al río San Juan, que atraviesa el municipio. El funcionario aseguró que los restos serán enviados a Innsbruck, Austria, y que los peritos argentinos que coadyuvan en las indagatorias, seguirán trabajando con la PGR para avanzar en la eventual identificación de los restos.
El procurador sostuvo que no se trató de un crimen de Estado: Iguala no es el Estado mexicano, indicó. Antes, Murillo se había reunido con los padres de los desaparecidos, a quienes aseguró haber dado la misma información que a la prensa.
Los padres de los 43 estudiantes desaparecidos rechazaron las declaraciones de Murillo Karam, en el sentido de que sus hijos podrían estar muertos, porque consideraron que no hay pruebas contundentes ni científicas de que los cuerpos de fosas clandestinas ni los restos óseos incinerados en el tiradero municipal de Cocula correspondan a sus hijos.