Quema de la puerta de Palacio Nacional
Nacional lunes 10, Nov 2014- El grueso de los manifestantes se mantuvo al margen de esos actos, aunque algunos se acercaron exclusivamente a observar o lanzar consignas. Se trataba ya en ese momento de dos eventos completamente distintos
Juan Manuel Magaña

Momento en que un grupo de anarquistas encapuchados pretendió quemar la puerta principal de Palacio Nacional.
La puerta principal de Palacio Nacional fue incendiada y golpeada varias veces con la estructura tubular de una barda por un grupo de sujetos violentos que se autodenominan “anarquistas” y que en época reciente se dedican a infiltrar manifestaciones para desvirtuarlas. El ataque ocurrió luego de una marcha, de la PGR hacia el Zócalo, convocada a través de redes sociales en demanda de justicia por el caso de los 43desaparecidos de Ayotzinapa, un día después de que el procurador Jesús Murillo Karam diera a conocer que todos los indicios apuntan a que los estudiantes fueron asesinados y calcinados. La marcha era para expresar inconformidad con este informe.
La jornada inició a las 20:30 horas por los carriles centrales de Paseo de la Reforma. La marcha transcurrió sin incidentes entre consignas y el frecuente pase de lista de los estudiantes de Ayotzinapa. Después de las 21:30 horas el contingente arribó a la plancha del Zócalo, donde frente a Palacio Nacional se expresaría un posicionamiento de la sociedad civil sobre el informe del procurador. Hacia el inmueble monumental había un doble cerco metálico que inicialmente algunos sujetos rebasaron para mostrar un cartel.
Luego de ello, el grupo de 30 infiltrados -“anarcos”- derribó las vallas en presencia de elementos del Estado Mayor Presidencial, a quienes lanzaron globos con pintura roja, que optaron por replegarse al interior de Palacio. Fotógrafos, camarógrafos y reporteros, registraban los primeros ataques a la puerta cuando dos sujetos golpearon con una de las estructuras de contención. Luego uno de ellos trepó en la valla para a cierta altura de la puerta escribir con aerosol la leyenda “Vivos los queremos”.
El grueso de los manifestantes se mantuvo al margen de esos actos, aunque algunos se acercaron exclusivamente a observar o lanzar consignas. Se trataba ya en ese momento de dos eventos completamente distintos. Incluso, otro grupo de manifestantes trató de contener el ataque con los gritos de “sin violencia” e insistió en mantener la civilidad y alejarse del sitio.
Fueron casi dos horas de ataques a la puerta principal de Palacio Nacional, que fue varias veces incendiada y apagada por chorros de agua que la irrigaban de dentro hacia afuera y de arriba abajo, para sorpresa de los atacantes. La fachada fue pintarrajeada y algunas ventanas fueron blanco de cohetones. En una se produjo fuego momentáneo. En su mayoría, los “anarcos” se embozaban cuando se desprendían de los manifestantes entre quienes se camuflaban.
Poco antes de las 23:00 horas, casi todos los manifestantes se había retirado y quedaba sólo el grupo violento de unos 30 integrantes. Algunos azotaron una pesada coladera de hierro para fracturar el pavimento y hacerse con piedras. Atacaron la fachada de Palacio durante otra media hora sin que ningún cuerpo de seguridad interviniera.
Dos sujetos salieron de Palacio y a uno de ellos lo golpearon. Incluso tuvo que ser rescatado por integrantes de la prensa. Ahí fue cuando de la calle Corregidora, la del costado derecho de Palacio, surgió un grupo de granaderos y otro de guardias presidenciales y policías federales, quienes aseguraron la fachada y echaron para atrás a los agresores. Un rato más, vándalos y policías sostuvieron una batalla con piedras. Hasta que comenzaron a darse las detenciones –en total 18- y las corretizas por las calles del centro. Unas siete personas resultaron lesionadas, entre ellas un camarógrafo del diario Milenio y dos reporteros del Reforma.