La tormenta política
¬ Augusto Corro viernes 7, Nov 2014Punto por punto
Augusto Corro
Las tribus perredistas en vano pretenden salir limpias de sus relaciones con el ex alcalde de Iguala, José Luis Abarca Velázquez.
El apoyo que en un momento le brindó el PRD al ex presidente municipal se convirtió en una pesada losa para el partido.
El ex funcionario de extracción perredista es señalado como el principal autor intelectual de la violencia desatada en Iguala y la desaparición de 43 normalistas de Ayotzinapa.
Mientras continúan las manifestaciones de la sociedad que exigen localizar a los jóvenes secuestrados, en el Partido de la Revolución Democrática (PRD) las tribus se arrojan lodo en una lucha campal de todos contra todos. Las relaciones de la cúpula amarilla con el narco-munícipe recibieron una condena unánime de la sociedad mexicana.
El gravísimo error de los perredistas consistió en apoyar a Abarca Velázquez, acusado de narco, como su candidato para obtener la presidencia municipal de Iguala. ¿Quiénes recomendaron la candidatura de esa persona con antecedentes criminales?
Hasta el último momento, la tribu de “Los Chuchos” no tuvo empacho en mostrarse protectora del ex alcalde, quien se entrevistó con el ex líder Jesús Zambrano para planear su fuga.
También “Los Chuchos” intentaron salvar a Ángel Aguirre Rivero, quien como gobernador de Guerrero, no pudo prevenir o evitar que se registraran acciones salvajes contra los normalistas.
En una jugada política, de pésimo gusto, el nuevo líder del PRD, Carlos Navarrete, se presentó en Iguala a pedir perdón a los guerrerenses y a arropar al entonces mandatario estatal, Aguirre Rivero.
REPARTICIÓN DE CULPAS
Ante la ola de críticas contra “Los Chuchos”, éstos, encabezados por su líder, Jesús Ortega, decidieron defenderse. En una conferencia de prensa aceptó la responsabilidad de su corriente y del PRD en la postulación de Abarca Velázquez a la alcaldía de Iguala.
Sin embargo, reprochó la “ruindad” de que se use el caso para atacarlos y sacar raja política. Luego explicó que se trató de una coalición de izquierda la que apoyó al candidato mencionado, conformada por el PRD, el PT y Movimiento Ciudadano.
Además, señaló que “el ex alcalde fue propuesto por Lázaro Mazón, a quien identificó como el candidato de Andrés Manuel López Obrador a la gubernatura de Guerrero”.
En el escenario perredista las acusaciones de unos contra otros continúan y una de las metas que se persiguen es saber quién o quiénes se beneficiaron de la “generosidad” del ex edil de Iguala. El senador perredista, Alejandro Encinas, manifestó que no es suficiente aceptar la responsabilidad política. Se pronunció por llegar a fondo de la situación para aclarar si en el PRD se recibió financiamiento de la familia Abarca. Ayer señalamos que el líder amarillo en el Senado, Miguel Barbosa, propuso que la cúpula perredista comparezca ante las autoridades federales para aportar información sobre los nexos personales, políticos y hasta “de negocios” de los Abarca con perredistas.
LOS PLATOS ROTOS
La corriente Nueva Izquierda (NI) de “Los Chuchos” hace varios años se encuentra en el ojo del huracán político. El Caso Iguala fue la gota que derramó el vaso y aceleró la crisis en el interior del partido.
En medio del divisionismo, Carlos Navarrete, de NI, fue ungido como presidente del Comité Ejecutivo Nacional del PRD. Recién llegado al poder le reventó en las manos la tragedia de Iguala. No supo cómo actuar y se decidió por hacer el ridículo. Lleno de insensibilidad político intentó calmar los ánimos encendidos de los guerrerenses por la matanza en Iguala y la desaparición de los 43 normalistas. Lo único que consiguió fue el repudio de propios y extraños.
Ante el papel desastroso como presidente del PRD, más de un perredista demanda que se evalúe la permanencia de Navarrete en el cargo, vistos los daños que la corriente NI causó al partido. Desde finales de octubre, diputados perredistas demandaron la renuncia de Navarrete a la presidencia perredista y lo exhortaron a asumir su responsabilidad frente a la sociedad y dentro del partido. Los amarillos criticaron al líder la protección que le brindó al entonces gobernador Aguirre Rivero.
LAS PESQUISAS
Las autoridades federales continúan en la búsqueda de los 43 normalistas desaparecidos durante los hechos violentos ocurridos en Iguala la noche del 26 y madrugada del 27 de septiembre pasados.
Según trascendió, durante los interrogatorios al ex alcalde Abarca Velázquez, éste se negó a revelar el paradero de los estudiantes. Abarca Velázquez y su esposa, María de los Ángeles Pineda Villa, fueron capturados en una casa de Iztapalapa. El ya se encuentra en el penal de Almoloya y ella estará arraigada un mes.
La policía busca a más capos del cártel de Guerreros Unidos, entre ellos a uno apodado “El Pato”, jefe de “El Gil”, ambos presentes cuando las policías municipales de Iguala y Cocula entregaron a los estudiantes detenidos.
También se persigue a Ángel Casarrubias “El Mochomo”, de quien se dice ordenó la desaparición de los normalistas.