Llegan tiempos muy duros en política
¬ Juan Manuel Magaña jueves 6, Nov 2014Política Spot
Juan Manuel Magaña
A Jesús Zambrano Grijalva, uno de “Los Chuchos” más conspicuos, le fue como en feria en la Unidad de Posgrado de Derecho en la UNAM.
“¡Asesino!”, le gritó hasta el cansancio un nutrido grupo de estudiantes que le acorraló a lo largo de los andadores del edificio escolar.
El hecho fue subido en video, como dictan los nuevos tiempos, a YouTube. El título respectivo se refería a que Zambrano había sido “expulsado” de esa institución. Así: “expulsado”. Los comentarios consiguientes en el foro de opinión se alegraban del suceso. Se burlaban del personaje.
El caso es que una peligrosa realidad se ha instalado en la vida política y social del país, a partir de los hechos de Iguala: el repudio cuerpo a cuerpo de todo aquello que huela a PRD. Eso no es bueno, pero es innegable que tiene explicación.
Porque el de anteayer no se trató de un repudio personal a Jesús Zambrano, sino a todo lo que ahora representa: la ostensible corrupción de “Los Chuchos”, que desde los cargos públicos y políticos se han dedicado a negociar valores, principios, bienes del país e intereses de la sociedad.
Nada de eso escapa a la inteligencia de la sociedad, si bien “Los Chuchos” han creído engañarla. No obstante, nada de esto había motivado, hasta antes de lo ocurrido en Iguala, el encarnizado repudio de ahora en su contra.
La gota que derramó el vaso fue, en efecto, el asesinato y la desaparición de los estudiantes de Ayotzinapa, facilitada u ordenada por un alcalde perredista (José Luis Abarca) encumbrado por el pragmatismo y liviandad ética de “Los Chuchos”.
Son esos los acontecimientos que han motivado que una muchedumbre le arroje baldes de agua en pleno Zócalo al mismísimo ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas, sin deberla ni tenerla. Quién iba a pensarlo. Por eso éstos son sin duda otros tiempos, muy duros y difíciles, de la política mexicana.
Al PRD le fueron incendiadas sus instalaciones en Guerrero. Acá en el DF se las han cercado. Al senador Armando Ríos Piter le subieron a YouTube un video revelador de su cercanía con Abarca. El repudio es patente e intenso, y encontró pronto una forma de desfogarse tan pronto pasó la temporada reformista que tanta incertidumbre ha sembrado en el país.
“Los Chuchos” han contribuido a ello, teniendo hegemonía dentro de un PRD confuso, difuso, pero finalmente claudicante. “Los Chuchos” le han dado la espalda a los principios, a las bases y también a sus liderazgos. Han traicionado todo lo que en conjunto es llamado izquierda. Y no de ahora, van para dos sexenios haciéndolo con manga ancha. Hasta que “Los Chuchos” han acabado prácticamente con el PRD, y lo han convertido en contribuyente del Estado fallido.
Así que ese repudio que ahora se expresa, ciertamente en forma lamentable y no deseable, es, objetivamente hablando, consecuencia lógica de su proceder. Lo idóneo sería que ese rechazo tomara el camino de las urnas, que está a la vuelta de la esquina.
Todo indica que así será. Y por ello es deseable que la gente adopte mesura y civilidad para expresarse, pero sobre todo para cambiar lo que quiere. El problema es que la rudeza innecesaria se ha instalado y se emparenta con la guerra sucia. Y eso explica cómo el PRI, suciamente, quiere meter en el mismo desprestigio a López Obrador.