¡Por fin!
Ramón Zurita Sahagún miércoles 5, Nov 2014De frente y de perfil
Ramón Zurita Sahagún
Sin importar si fue una línea de investigación como aseguran las autoridades o una denuncia anónima de vecinos, como señalan otras versiones, es todo un acierto la captura del ex alcalde de Iguala, José Luis Abarca y de su esposa, María de los Ángeles Pineda.
La noticia corrió desde las primeras horas de la madrugada y recibió una buena acogida, tanto en territorio nacional como en el extranjero, mediante un gran despliegue informativo.
Es cierto que con la detención de estos personajes no se le da vuelta a la página y se cierra el capítulo de indignación, coraje, molestia y horror provocado por este hecho que forma parte del México actual y que traspasó fronteras.
La repulsa contra ellos y los participantes en estos lamentables acontecimientos proseguirá, aunque para las autoridades resulta una agradable descarga. Lo sucedido en Iguala tiende a politizarse, aunque mantienen sus tintes policíacos y hay quienes buscan sacar provecho de ello.
El PRD es el principal objetivo de ello, ya que la militancia de Abarca y de Pineda los vuelve sumamente frágiles.
La detención ocurrida en Iztapalapa, una zona perredista por excelencia, le pone un toque extra al asunto para aquellos que intentan mostrar que el Partido de la Revolución Democrática y sus dirigentes forman parte de este entramado.
Por lo pronto, el asunto que tanto horror provoca en la sociedad, impactó en los medios políticos y costó ya la salida del gobernador Ángel Heladio Aguirre Rivero y aunque llegó otro personaje de izquierda a asumir el cargo, dista mucho de ser como el depuesto un operador político.
Le costará trabajo al PRD mantener la plaza con Salvador Rolando Ortega como gobernador, ya que se trata de un académico que no alcanza los niveles políticos de Aguirre Rivero y que además cargará con la pesada losa que significan los sucesos de Iguala.
Es cierto que Guerrero no es distinto del resto de los 30 estados del país ni del Distrito Federal, pero sí que lo ocurrido en Iguala horrorizó a todos, como ya antes había sucedido con acontecimientos como las tumbas clandestinas de Tamaulipas, en las que encontraron restos de más de 200 migrantes o las tumbas de Durango que superaron a los 300 muertos o los cadáveres que fueron arrojados bajo un puente en Boca del Río, Veracruz, sin dejar de lado el terrible incendio provocado que causó la muerte de más de 50 personas en Nuevo León.
Tampoco representa menos para estas referencias de horror los ajusticiados por elementos militares en Tlatlaya, Estado de México.
Por eso, no hay que olvidar que en todos lados se cuecen habas y que mientras se politiza el caso Iguala, uno de los más horripilantes de los años recientes en un país en el que estamos acostumbrados a actos de barbarie como éste y todavía mayores, suceden otras cosas. Los delitos de alta envergadura siguen ocurriendo como sucedió en Tamaulipas, donde un militar de alto rango, el general Ricardo César Niño, fue asesinado en una emboscada el pasado domingo.
Se trata de uno de los principales jefes operativos de la batida contra el crimen que realiza el gobierno federal en esa zona del país.
Más de cien disparos se realizaron en contra del militar, quien iba acompañado por otra persona que también falleció en el atentado y que semanas antes había sufrido otro atentado fallido, en aquella ocasión.
Y es que es cada vez más frecuente que noticias como esa se sucedan con una rapidez inusitada en el país, donde contemplamos que alcaldes, legisladores, militares, jefes policíacos y más personas vinculadas a las esferas gubernamentales caen abatidos por las balas de sicarios, quedando, la mayoría de los casos, como asuntos sin resolver.
Sin embargo, en el particular caso de los Abarca- Pineda, el gobierno federal puede bajar la tensión existente en torno a la incertidumbre que rodea lo acontecido en esa parte de Guerrero y que conmocionó no solamente a todo el país, sino al mundo entero.
Hay quienes dicen que con ello se muestra la inoperancia de los servicios de inteligencia nacionales, ya que la mayoría de ellos desechan la investigación y demás prácticas que se usan en otros países para aprovechar las filtraciones, los rumores y las denuncias anónimas, muchas de ellas apoyadas en jugosas recompensas que, en ocasiones diversas y por razones obvias, no se conoce el destino que llevan. Con todo y ello, la captura de estos dos personajes (Abarca y Pineda) se ubica como uno de los grandes logros dentro de los expedientes judiciales.
TREN
Sumamente molestos se encuentran los senadores del PAN, por la asignación otorgada por el gobierno federal para la construcción del tren rápido que correrá en la ruta México-Querétaro. Los legisladores de Acción Nacional, encabezados por su coordinador Jorge Luis Preciado, consideraron que hay una serie de probables actos de corrupción, por lo que la asignación deberá ser suspendida.
Preciado estableció que no se trató de una licitación y se buscó beneficiar a las empresas ganadoras y que hasta hay un incremento en la cotización presentada por las empresas que se retiraron de este concurso. Incluso dijo que su fracción buscó una moción suspensiva desde hace cinco sesiones en la Cámara alta, la que no fue considerada por la mayoría.
PREGUNTA
¿De verdad las autoridades no sabían de la liga de María de los Ángeles Pineda con miembros del crimen organizado y que dos de sus hermanos habían sido asesinados por esa relación? ¿Se conocerá toda la verdad en este caso o solamente medias verdades?