Los implicados
¬ Augusto Corro lunes 3, Nov 2014Punto por punto
Augusto Corro
Las autoridades no encuentran a los 43 normalistas desaparecidos a más de un mes de los hechos violentos registrados en Iguala. Las autoridades federales tendrán que informar en qué punto se encuentran las investigaciones del caso.
A más de un mes de distancia de los hechos sangrientos y la desaparición de los estudiantes continúa la incertidumbre sobre el destino de los estudiantes. A pesar de la detención de decenas de implicados no se avanza en la localización de los secuestrados.
Los autores materiales, policías y narcos, ya rindieron sus declaraciones que, según se ve, no les sirven a los investigadores. ¿Y los autores intelectuales? Pues éstos alcanzaron a huir, sin problema alguno. Nos referimos al alcalde de Iguala, José Luis Abarca Veláquez; y a su esposa María de los Ángeles Pineda Villa.
En la fuga de la pareja siempre se dijo que contaron con el apoyo del gobernador Ángel Aguirre Rivero, quien sostenía tratos políticos con el munícipe, y relaciones amorosas con la señora. ¿Cuál fue el papel que jugó el gobernador? Porque no existe duda alguna que estuvo informado desde el inicio de la represión contra los estudiantes. ¿Qué es lo que realmente sabe Aguirre Rivero de lo que aconteció en Iguala?
¿Cuándo será llamado o llevado a declarar ante el representante del Ministerio Público?
¿Acaso ya la libró? Suponemos que de ninguna manera y que tarde o temprano tendrá que ser investigado a fondo. Así lo exige la dimensión de la tragedia, la espiral de violencia y la ingobernabilidad en Guerrero.
DE LOS AUTORES INTELECTUALES
Conforme pasan los días, surgen nuevas acusaciones contra la denominada cúpula perredista. El fin de semana, la senadora, Dolores Padierna, denunció que el ex presidente del Partido de la Revolución Democrática (PRD), Jesús Zambrano, se reunió con el ex alcalde de Iguala, Abarca Velázquez, para planear su fuga.
La legisladora, vicecoordinadora perredista en el Senado, no tuvo empacho en decir que el Zambrano se reunió con el munícipe “sabiendo quién era y sabiendo lo qué había pasado (en Iguala). “El (Zambrano) sabía lo que ocurrió y aún así no lo entregó, no lo reportó a las autoridades, se reunió con él a platicar, a comer, a conversar, eso no se hace con delincuentes, cuando alguien sabe que es un delincuente no te reúnes con él”, dijo
También que el ex presidente perredista ya sabía el problema de los normalistas y de los asesinatos de dirigentes perredistas a manos de Abarca Velázquez.
El “chucho” Zambrano informó sobre su encuentro con el presidente municipal y aseguró que tuvo como finalidad pedirle que solicitará licencia a su cargo para hacer frente a la situación.
Claro. Nadie se lo creyó. El munícipe luego de la represión tuvo el tiempo necesario para promover su licencia y darse a la fuga, sin nada que lo obstaculizara, toda vez que tenía el apoyo del entonces gobernador Aguirre Rivero.
¿CON QUÉ CARA?
Así pues, son perredistas los principales autores intelectuales de la matanza y desaparición de estudiantes ocurrida en Iguala, como se señaló en múltiples ocasiones. El alcalde y su esposa fueron llevados al poder con la autorización de la dirigencia perredista, a pesar de que se sabía de los vínculos de Abarca Velázquez y su esposa con la delincuencia organizada.
Ella actuaba como operadora del cártel denominado Guerreros Unidos, señalado como uno de los principales responsables del secuestro de los estudiantes.
El gobernador Aguirre Rivero también de extracción perredista tendrá que responder sobre su participación directa o indirecta de los hechos registrados en Iguala.
El nuevo líder del PRD, Carlos Navarrete, hizo el ridículo al ir a Guerrero a pedir perdón por los errores del gobernador.
Errores tras errores llevaron al PRD a su peor crisis política desde su fundación. Ni siquiera la imagen de Cuauhtémoc Cárdenas pudo contrarrestar el deterioro de la imagen perredista.
Sin autoridad moral, frente a las elecciones del 2015, el PRD intentará reposicionarse en el ámbito político.
Sus legisladores, por ejemplo, se engallaron en el Senado e inexplicablemente criticaron de omisa a la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) en el caso de Iguala.
Para erigirse en defensores de los derechos humanos, los perredistas tendrán que hacerse un examen de conciencia sobre el papel de sus representantes populares en los acontecimientos de Iguala.
Y sinceramente, el partido del sol azteca no tiene cara exigir ahora, lo que debió hacer hace mucho tiempo. Porque, dicho sea de paso, la ingobernabilidad en Guerrero llegó hace mucho tiempo. Cuando los amarillos se encargaron del poder. Los ejemplos se ven en los diferentes municipios con presencia de la delincuencia organizada.
Alguien deberá decirles a los senadores perredista que la CNDH nunca funcionó en México como defensora de las víctimas de las agresiones de la fuerza pública. Pocas veces la comisión se preocupó por proteger a los débiles.
Su actual presidente, Raúl Plascencia, decidió servirle a los poderosos, a políticos amigos, como el gobernador de Puebla y a los funcionarios que podrían ayudarle para su reelección en el cargo.