¿Y la ley?
Ramón Zurita Sahagún viernes 31, Oct 2014De frente y de perfil
Ramón Zurita Sahagún
Grandes controversias, polémicas y debates han surgido alrededor de lo acontecido en Iguala, Guerrero hace más de un mes, donde los ataques se suscitan de unos hacia otros y viceversa. Todos contra todos, parece ser la máxima a seguir y eludir las probables responsabilidades delictivas en que pudieron incurrir algunos de los actores políticos.
Se trata de mostrar la miseria humana de la clase política nacional y evidenciar que unos y otros son iguales, aunque otros más son peores.
En cuestión de acusaciones, denuncias, lanzar lodo contra el adversario y eludir todo tipo de señalamientos, los políticos se pintan solos.
Sobre José Luis Abarca, el tristemente célebre ex alcalde prófugo y de su esposa, María de los Ángeles Pineda, todo se sabía, pero todo se callaba, se omitía o hasta se temía.
Pero, los sucesos de Iguala que provocaron el asesinato de seis personas, una veintena de heridos y la desaparición de 43 personas, entre otros saldos, destapó la cloaca en que se mueven algunos de los hilos del poder y mostró la calidad de muchos de los personajes públicos.
Se desataron una serie de debates, unos innecesarios y otros que vale la pena analizar, para evitarlos en lo futuro.
De inicio se encuentra el linchamiento de Andrés Manuel López Obrador por no haber atendido la supuesta información de hechos delictivos cometidos por José Luis Abarca y su familia política, antes de que fuese postulado a la alcaldía de Iguala.
Uno de los adversarios internos de Abarca precisa que puso en alerta sobre las relaciones delincuenciales de quien resultó ser candidato de la izquierda en Iguala, apoyado especialmente del PRD al entonces candidato presidencial del PRD (López Obrador) y que este no las consideró.
López Obrador desmintió esos dichos y dijo que no conoció al hoy prófugo ex alcalde de Iguala, aunque tratan de ligarlo al nefasto personaje, mediante unas fotos que no demuestran nada.
Otro perredista lanzó acusaciones más graves y tampoco recibió la respuesta adecuada en su momento. René Bejarano acudió ante el Procurador General de la República, Jesús Murillo Karam, para denunciar un presunto asesinato cometido por el ya para entonces alcalde de Iguala.
El propio procurador, Murillo Karam reconoció la veracidad de esta información, pero dijo que como un asesinato es asunto del fuero común, lo debían atender las autoridades estatales y lo desechó.
Lázaro Mazón, cesado como secretario estatal de Salud, fue el aval político de Abarca en su propósito de alcanzar la nominación a la alcaldía, aunque señaló desconocer su pasado turbulento y sus nexos con la delincuencia
El ahora prófugo ex alcalde de Iguala, José Luis Abarca, se dio tiempo para atender una serie de entrevistas sobre los crímenes ocurridos la trágica noche de septiembre en Iguala, dos días después de cometidos y hasta tuvo tiempo para entrevistarse con el ex dirigente nacional de su partido, Jesús Zambrano Grijalva, de quien se asegura fue la última persona pública en verlo.
Zambrano ha sido señalado, desde su propio partido, como el probable propiciador de la fuga del ahora ex edil.
Carlos Navarrete Ruiz, presidente nacional del PRD, se entrevistó (el mismo lunes en que lo hacía Abarca con Zambrano) con el todavía gobernador de Guerrero, Ángel Heladio Aguirre Rivero, para definir la estrategia política y mediática a seguir en un asunto que se ponía a cada momento más al rojo vivo.
Antes de eso, el secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, pidió al mismo Aguirre Rivero se mantuviera pendiente del alcalde de Iguala, lo que no hizo, ya que al poco rato se fugó, junto con su esposa.
Diversas informaciones hablan de una supuesta relación sentimental entre Ángel Heladio Aguirre y María de los Ángeles Pineda, lo que genera muchas dudas sobre el actuar del gobernador en asuntos de diversa índole.
Esos son algunos de los asuntos que se deben revisar y que la autoridad debiera atender, para conocer la veracidad de esas informaciones y, en su caso, actuar con la ley en la mano, sin importar de quién se trate, ya que los dichos, los señalamientos, las acusaciones y las filtraciones, se encuentran a la orden del día.
La duda que se provoca es si conociendo algunos de estos elementos y habiendo actuado a tiempo, se pudieron evitar los crímenes de Iguala, la desaparición de 43 estudiantes, el ascenso en política de José Luis Abarca, la consolidación del presunto imperio del crimen organizado capitaneado por el mismo Abarca y su esposa, el asesinato de un regidor, la caída del gobernador de Guerrero y muchos más delitos que se sucedieron en cadena, desde la postulación de José Luis Abarca.
De quién es la culpa de la tragedia de septiembre, de Andrés Manuel López Obrador que siendo candidato presidencial se tomó fotos con el abanderado a la alcaldía de Iguala y que no atendió lo que debieron atender los dirigentes de su partido (Jesús Zambrano) o de Jesús Murillo Karam que no puso especial atención en la denuncia hecha de viva voz por René Bejarano sobre el crimen de un regidor cometido por la propia mamá de Abarca, según los dichos.
Quién es el responsable de la fuga de Abarca y su esposa, el ahora ex gobernador que hizo caso omiso de la recomendación de que lo vigilara o de Zambrano que fue el último que se entrevistó con el hoy prófugo.
Sabrá más de lo que dice Lázaro Mazón sobre su presunto ahijado político.
Hay mucha tela que cortar en este espinoso asunto cuya madeja se enreda cada vez más.