Aguirre, al filo de la cárcel
Roberto Vizcaíno jueves 30, Oct 2014Tras la puerta del poder
Roberto Vizcaíno
- Las declaraciones de Sidronio Casarrubias y de otros detenidos, hunden cada vez más al ex gobernador guerrerense
- El relato del líder de Guerreros Unidos da un giro a la versión inicial de que los secuestrados eran sólo normalistas
- El secretario de Gobernación dijo que él mismo pidió a Aguirre impedir la fuga de Abarca
Hace 11 días, cuando la PGR logró la captura de Sidronio Casarrubias Salgado, líder del grupo Guerreros Unidos, no pocos supusimos que éste haría revelaciones explosivas, demoledoras sobre todo para altos funcionarios estatales y federales.
No nos equivocamos. Sidronio Casarrubias Salgado ya reveló ante la SEIDO de la PGR, que su organización fue la que secuestró a los 43 normalistas de Ayotzinapa, y dijo que lo hizo porque entre ellos iban encubiertos 17 miembros de la banda rival de Los Rojos, de la célula de Santiago Mazari Hernández, alias “El Carrete”.
De igual forma, señaló que la campaña de Ángel Aguirre para llegar a la gubernatura de Guerrero, fue financiada por la familia Pineda Villa, fundadora de la fracción Guerreros Unidos dentro del cártel de Los Beltrán Leyva.
Colateralmente ayer, el secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, confirmó que él mismo pidió al entonces gobernador de Guerrero, Ángel Aguirre Rivero, vigilar doblemente al entonces también alcalde de Iguala, José Luis Abarca y a su secretario de Seguridad, Felipe Flores Vázquez para evitar su fuga.
No lo hizo y ahora ambos, y la esposa del ex alcalde María de los Ángeles Pineda, están prófugos.
Osorio Chong recordó: “Previo a su renuncia o su licencia tuve una reunión con el gobernador Aguirre, y platicamos del tema, y por supuesto que estando en el fuero común lo que le comenté es que los vigilaran, que los cuidaran que no se les fueran a ir…
“Sí hablamos por supuesto del entonces presidente (municipal de Iguala) y del entonces secretario de Seguridad, que era fundamental, dado lo que había sucedido, tenía un día y medio que había sucedido cuando fue el comentario directo, preciso, que lo vigilara, que le pusiera doble vigilancia para que no fuera a escapar, dado que la responsabilidad se le veía, pero si me preguntaras a mí y por qué tú no lo vigilaste, bueno, pues porque era un asunto evidentemente en ese momento del fuero común y tenía que atenderlo desde el estado de Guerrero”, explicó.
LA ESPOSA, EL EJE
Ayer también trascendió parte de la declaración de Casarrubias ante la SEIDO, y por ello se conoció que este afirmó en sus declaraciones que la esposa del ex alcalde de Iguala, la señora Ángeles Pineda Villa, no sólo era la tesorera del grupo delincuencial, sino la amante del gobernador Aguirre.
“Ella quería a toda costa ser la nueva presidenta municipal de Iguala… su capital lo hicieron sus hermanos Mario Pineda Villa, alias ‘El MP’, y Alberto Pineda Villa, alias ‘El Borrado’”, precisó Casarrubias Salgado.
Mario y Alberto Pineda fueron ejecutados en Morelos durante 2009, meses antes de que el 16 de diciembre cayera Arturo Beltrán Leyva, “El Barbas”, en una operación de la Marina.
Desde entonces, Guerreros Unidos comenzó a operar en forma independiente y sólo bajo el control de la familia Pineda Villa.
Un año después, en 2010, Ángel Aguirre brincó del PRI al PRD bajo el amparo del entonces jefe de gobierno del DF, Marcelo Ebrard y amparado por el paraguas financiero de la familia Pineda Villa… y Guerreros Unidos.
Sidronio Casarrubias hoy en el Penal Federal del Altiplano, aclaró que el ex alcalde Abarca Velázquez era uno de los mandos de Guerreros Unidos, y quizá el principal aportador de ingresos para el grupo. Cada mes, dijo Sidronio, Abarca entregaba de 2 a 4 millones de pesos.
Todo esto está contenido en el expediente 100/2014 del Juzgado Primero de Distrito de Matamoros.
LOS NORMALISTAS
En cuanto al ataque a los normalistas, el líder del grupo hoy recluido en el penal del Altiplano, dijo que fue obra de Guerreros Unidos, porque los miembros de Los Rojos que iban encubiertos entre los estudiantes, pretendían atacar y asesinar a Víctor Hugo Benítez, alias “El Tilo”, jefe de plaza de Guerreros Unidos en Iguala, así como a cinco de sus hermanos.
Los 17 sicarios que iban entre los normalistas fueron asesinados y calcinados, y sus restos tirados al río Cocula, según le informó “El Gil” en un mensaje de texto a las 3 de la madrugada del sábado 27 de septiembre a Casarrubias. Este no volvió a saber de “El Gil” hasta las 14:00 horas, cuando le dijo que tenían bajo su control a 17 de Los Rojos. Previamente habían “levantado” y matado a otros 3 en Chilpancingo.
“En ese evento (Guerreros Unidos) habían recuperado algunas armas largas de calibre 9 milímetros y que en los autobuses también habían asegurado armas largas HK y varias armas cortas, para esto los infiltrados llegaron en (camionetas) Urvan utilizadas para el transporte y ahí en Iguala realizan el robo de camiones de la línea Estrella de Oro”, explicó Casarrubias.
Lo declarado por Casarrubias concuerda con lo dicho por otros detenidos, quienes señalan que Los Rojos habrían entregado 300 mil dólares al Procurador de Guerrero, Iñaky Blanco; al secretario de Seguridad Pública del estado, Leonardo Octavio Vázquez Pérez, y al director de la Escuela Normal Rural de Ayotzinapa para que permitieran que los suyos subieran a los autobuses junto con los estudiantes a fin de entrar a Iguala.
Casarrubias fue detenido hace 10 días en una carretera del Estado de México.
Esta nueva vertiente del secuestro de los 43 normalistas, explicó por qué agentes y peritos especializados de la PGR se desplazaron ayer a un tramo del río Cocula, donde buzos y otros revisaron los fondos y orillas de este río.
No se supo si encontraron algo.
Ya desde días anteriores, otro grupo se desplazó y tomó el control de una gran parte del tiradero de Cocula, donde al parecer fue que incineraron a los 17 miembros de Los Rojos… y quizá a los estudiantes.
El grave problema para la PGR es que no puede afirmar que ya encontró restos pertenecientes a los normalistas, porque los estudios genéticos realizados a cuerpos o restos incinerados difícilmente arrojan resultados confiables de identificación.
Así que aun sabiendo por los testimonios de los detenidos que ahí ocurrieron las ejecuciones y las incineraciones, la dependencia y el gobierno no pueden dar por hecho esto sin tener pruebas contundentes en sus manos de que así fue.
IMPUNIDAD
Amparados en esta indefinición, grupos como el de la CETEG, maestros de la coordinadora de Guerrero, a quienes se suman algunos normalistas, atacan oficinas gubernamentales o de partidos en Chilpancingo o en otras ciudades del estado, sin que ninguna autoridad se los impida.
Otros organizan asaltos a casetas de peaje o supermercados, a camiones de reparto de refrescos o alimentos, amparados en la impunidad generada por el retraimiento de las autoridades frente a estos hechos.
Pero quizá el mayor acto de impunidad fue el que se escenificó en el cabildo de Iguala, donde Luis Mazón, fue designado por mayoría como nuevo alcalde de este municipio, en sustitución de José Luis Abarca, hoy en fuga.
Luis Mazón es hermano de Lázaro Mazón, quien acaba de renunciar como secretario de Salud en el gobierno de Ángel Aguirre, y quien fue el padrino político de José Luis Abarca para que éste llegara a la presidencia municipal de Iguala.
Hoy se sabe que José Luis Abarca y su esposa María de los Ángeles Pineda, eran los dirigentes del grupo Guerreros Unidos.
Y también está confirmado que fue una orden de ella, quien exigió darles un escarmiento, por la que Guerreros Unidos secuestró y quizá ejecutó a los 43 normalistas desaparecidos.
María de los Ángeles Pineda estaba perfilada para ser la candidata a la presidencia municipal de Iguala en las elecciones del próximo año.
Hoy Luis Mazón es ya el alcalde interino en Iguala.