Peña, el reto de México es…
Roberto Vizcaíno miércoles 29, Oct 2014Tras la puerta del poder
Roberto Vizcaíno
- Sin duda, la transformación depende de alcanzar un México donde haya justicia y castigo para delincuentes
- Hoy el país camina sobre tres vertientes, que al final concluyen en un país con estado de Derecho, dijo
- Y pidió reconocer que la nación de paz y bienestar requiere de la participación de todos los mexicanos
Ante quienes participan en Querétaro en la 12 Cumbre de Negocios, el presidente Enrique Peña Nieto ya no habló ayer de los 43 normalistas desaparecidos ni de los esfuerzos que realiza su gobierno por encontrarlos y aclarar los hechos ocurridos en Iguala el viernes 26 de septiembre pasado, pero sí respondió a quienes dentro y fuera especulan sobre ellos y ven destinos sin futuro para México.
Ahí, sin darle vueltas, aceptó que el gran reto de México hoy es el de lograr que la ley se aplique igual para todos, sin privilegios ni distingos, y que esto sea con prontitud y transparencia para castigar a quien lastime a la sociedad.
Pero a todos, a quienes participan en el encuentro de negocios y a quienes no lo hacen, les pidió reconocer que México se encuentra hoy en una profunda transformación a fin de aprovechar su gran potencial y alcanzar un crecimiento económico acelerado, sostenido y sustentable con paz, justicia y bienestar.
Hoy, dijo, este encuentro de emprendedores nacionales y extranjeros ya no disertará como en las anteriores sobre la necesidad de impulsar reformas, porque hoy estas ya están hechas.
“Los mexicanos nos hemos atrevido a cambiar, a romper paradigmas, a remover obstáculos y romper ataduras que impedían y limitaban nuestro desarrollo”, precisó.
Enumeró en tres vertientes los esfuerzos para capitalizar el cambio:
Primera. La de las reformas estructurales. En los pasados 20 meses, con la participación de todas las fuerzas políticas, se aprobaron 11 reformas 6 de las cuales (la hacendaria, la laboral, la de competencia económica, la financiera, la de telecomunicaciones y la energética) impulsan la productividad y la competitividad. Todas ellas mejorarán cualitativamente el ambiente de negocios y la generación de empleos y harán que todas las empresas sean más competitivas. Atraerán más inversiones y mejorarán bienestar e ingresos de los mexicanos.
Cada una tiene un cronograma de implementación, un tiempo en el que habrá de realizarse esta instrumentación, con acciones y plazos por cumplir.
Todo esto ocurre, dijo, mientras otras dos (la política electoral y la de transparencia) fortalecen el régimen institucional y otras 3 más, se están poniendo en acción para ampliar los derechos de las personas; me refiero a la reforma educativa, a la nueva Ley de Amparo y al Código Nacional de Procedimientos Penales. Ésta es la primera vertiente.
La segunda tiene que ver con la transformación nacional en el desarrollo de su infraestructura, para la cual existe un Programa Nacional de Infraestructura, que nos permitirá aprovechar nuestra privilegiada ubicación geográfica, y convertir a México en un centro logístico global de alto valor agregado.
Para ello, en este sexenio se construirán 46 nuevas autopistas que en conjunto tendrán una longitud sobre los 3 mil kilómetros y conectarán el Sur con el Centro y Norte del país, y a las costas del Pacífico mexicano con las del Atlántico.
De igual forma se desarrollarán 24 proyectos ferroviarios y multimodales; hoy mismo está por iniciar la construcción del primer tren de alta velocidad de todo el continente americano, que conectará la ciudad de Querétaro con el Distrito Federal. Un proyecto de 210 kilómetros, con una inversión estimada en 43 mil millones de pesos.
En este gobierno además se duplicará la capacidad de nuestros puertos. De movilizar 280 millones de toneladas al año se pasará a operar 500 millones de toneladas.
La transformación de México incluye el nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México, que es el mayor proyecto de infraestructura de la administración –que es de orden transexenal– y que en su máxima etapa prevé transporte a 120 millones de pasajeros, es decir, 4 veces más de lo que actualmente opera el actual aeropuerto.
Y, por último, la tercera vertiente incluye políticas públicas innovadoras como la nueva política nacional turística, la política nacional de vivienda y la nueva política social de nueva generación, que busca incorporar a los beneficiarios de los programas sociales a la actividad productiva del país, a través de distintos mecanismos; o la estrategia de Crezcamos Juntos, que está inmersa dentro de la reforma fiscal, que promueve la integración de los negocios a la formalidad.
Con estas 3 vertientes de transformación estamos sentando bases para un crecimiento duradero e incluyente, que fortalezca nuestro mercado interno y, lo más importante, que eleve la calidad de vida de las familias mexicanas.
Cierto, agregó Peña Nieto:
Para alcanzar todas estas transformaciones y lograr que se reflejen en beneficios concretos para las familias mexicanas, es necesario que todos los poderes y órdenes de gobierno redoblemos esfuerzos, a fin de asegurar la vigencia plena del estado de Derecho en todo el territorio nacional.
Nuestro reto común es lograr que la ley se aplique sin privilegios ni distinciones; que se ejerza con prontitud y transparencia, para proteger a la sociedad y castigar a quien la lastime. Es claro que en este esfuerzo conjunto debemos trabajar los gobiernos y la sociedad.
Alcanzar el país que anhelamos, que soñamos, el que venimos moldeando y armando entre todos, depende de una gran sinergia, de un esfuerzo compartido entre gobiernos y sociedad.
Es decir: hay graves problemas como el de los 43 normalistas desaparecidos, pero también hay este otro México que camina hacia su transformación con justicia y paz social.