Distractores
Ramón Zurita Sahagún martes 28, Oct 2014De frente y de perfil
Ramón Zurita Sahagún
Cuando menos se lo esperaba, Andrés Manuel López Obrador recibió el aluvión de reclamos, críticas y hasta exigencias de que declare sobre sus supuestas amistades peligrosas.
El tema va relacionado con el supuesto respaldo otorgado por el tabasqueño al defenestrado alcalde de Iguala, José Luis Abarca, durante su campaña electoral, así como la relación que mantiene con Ángel Heladio Aguirre y Lázaro Mazón.
La petición parte de algunos que se han visto en situaciones similares y que han callado y eludido hacerlo en su momento o, incluso, después de los escándalos en que se han visto inmiscuidos.
Uno de ellos es Emilio Gamboa Patrón, el polémico coordinador de los senadores del PRI, quien fue objeto del mismo reclamo hace unos años, cuando se filtraron las conversaciones que sostuvo con el empresario Kamel Nacif, ofreciendo su apoyo en varios asuntos, espinosos todos ellos.
Gamboa Patrón guardó silencio, nunca pudo ni quiso aclarar el tema, con todo y que el empresario estaba involucrado en temas sumamente fuertes y que lo hablado en la grabación filtrada se hizo con un lenguaje fuerte y hasta soez.
Pero al igual que Gamboa Patrón, los demonios priístas se soltaron en una andanada en contra del tabasqueño, dos veces candidato presidencial de la izquierda, quien pronto salió a negar la relación con el sujeto que es acusado de ser el autor intelectual de la desaparición de 43 estudiantes de la Normal de Ayotzinapa, Guerrero y del homicidio de 6 personas más.
El revuelo causado con la exigencia priísta y de otros personajes en contra de López Obrador parece una estrategia fraguada como distractor, aunque pudiera tener otras implicaciones, éstas electorales.
De acuerdo con los sondeos de los nueve estados en que habrá comicios estatales el año próximo, solamente en Campeche, Colima y Sonora, el PRI mantiene ventaja.
En el resto de las entidades, las cosas se complican para el partido tricolor.
Nuevo León, que es la joya de la corona electoral del 2015, parece a la medida de los panistas, los que cuentan con una buena candidata, bien evaluada en los sondeos de todo tipo.
Querétaro, donde gobierna el priísta José Eduardo Calzada Rovirosa, los momios no favorecen al partido tricolor, con todo y que el mandatario estatal se encuentra reconocido como un buen gobernante y que el eventual candidato al gobierno del estado, Roberto Loyola Vera, es ampliamente conocido en el territorio del estado.
San Luis Potosí está hecho a la medida del panismo que conseguiría recuperar ese espacio del que fue despojado en los comicios del 2009. La razón, el pésimo gobierno de Fernando Toranzo Fernández.
Baja California Sur está gobernado por un panista que antes fue perredista y hasta coqueteó con el PRI, pero que los ciudadanos ven con aprecio. Los panistas se basan en su administración para mantener en su poder la entidad, con todo y que el PRI tiene dos buenos prospectos en la figura de la alcaldesa de La Paz, Esthela Ponce y el senador Ricardo Barroso Agramont.
Michoacán es una bomba de tiempo, donde se da por descontado el triunfo de cualquiera, menos el del PRI, partido sumamente cuestionado en la zona, donde el ex gobernador interino, Jesús Reyna García y el hijo del también ex gobernador, pero con licencia, Fausto Vallejo Figueroa, se encuentran arraigados por supuestos nexos con el narcotráfico.
Guerrero es una entidad sumamente convulsionada, la que parece tener a la mano los priístas para reconquistarla, después de dos sexenios gobernada por la izquierda, la última de ellas con un neoperredista de extracción priísta hasta unas cuantas semanas antes de la pasada elección estatal. En los seis estados mencionados, los priístas pasarán apuros para triunfar y en los restantes tres, las cosas no son tan sencillas como parece, con todo y que los momios los favorecen, ya que tanto en Campeche como en Colima, los triunfos pasados han sido sumamente complicados, debido al crecimiento de la oposición.
Ante el escenario tan competido, la arremetida en contra de López Obrador puede ser parte de una estrategia diseñada para el crecimiento artificial de su partido. Siendo la competencia real en la mayoría de los estados entre dos partidos, el PRI incluido, la presencia del nuevo partido que comanda Andrés Manuel podría servir de acicate para restar votos a la izquierda, en los estados en que su fuerza sea mayor y hasta a la derecha en aquellos en donde competirá en mejores condiciones contra el PRI.
La fragmentación de votos es una vieja estrategia del partido tricolor, el que se ve recompensado en las urnas, cuando el voto se divide entre varias opciones. De ahí la importancia de darle aire al Movimiento de Regeneración Nacional, un partido que competirá por vez primera en un proceso nacional y que requiere de los suficiente sufragios para mantener el registro.
Es cierto que Morena tiene su clientela electoral, pero requiere de un mayor empuje para disputar el voto que, hasta ahora, mantiene cautivo el PRD, como el partido de mayor fortaleza en la izquierda.
CONCILIACIÓN
Ya con un nuevo gobernador, los guerrerenses esperan que ahora sí se den avances en la búsqueda de los 43 estudiantes desaparecidos.
Como primera muestra del papel que jugará como interino, el nuevo mandatario visitó Los Pinos, para entrevistarse con el presidente Enrique Peña Nieto, para sostener una reunión privada, en la que los principales temas serán tocantes a la crisis de seguridad que se vive en la entidad e intentar devolverle la gobernabilidad al estado. Por lo pronto, una de las tribus perredistas ya denunció al titular de la PGR, Jesús Murillo Karam, por omisión, al no actuar en su momento contra José Luis Abarca.