Ángel Aguirre Rivero ya no es gobernador
¬ Augusto Corro viernes 24, Oct 2014Punto por punto
Augusto Corro
Ángel Aguirre Rivero ya no es gobernador de Guerrero. Presentó una licencia para dejar el cargo ante el Congreso local. El ahora ex mandatario no pudo gobernar.
Llevó a esa entidad a una de las peores situaciones de violencia derivadas de la corrupción, impunidad, criminalidad e ingobernabilidad.
La gota que derramó el vaso se dio el 26 y 27 de septiembre pasados, cuando se registró una acción represiva y salvaje contra estudiantes. En los hechos, encontraron la muerte seis personas y desaparecieron 43 normalistas de Ayotzinapa.
Desde esa fecha, se acentuaron las protestas en Guerrero, en las que se demandaba la aparición con vida de los estudiantes y la renuncia del gobernador Aguirre Rivero. Los errores del ahora ex gobernador rayaron en acciones omisas que lo dejaron mal parado.
Una de esos errores fue no tomar las medidas necesarias para evitar la fuga del presidente municipal de Iguala, José Luis Abarca Velázquez, y su esposa, María de los Ángeles Pineda Villa, coordinadores del cártel Guerreros Unidos.
Además, con sus actitudes erráticas, como la de buscar casa por casa a los desaparecidos, se perdió un tiempo muy valioso para la investigación.
A pesar de la situación comprometida de Aguirre Rivero en la desaparición de los normalistas, el Partido de la Revolución Democrática (PRD) optó por protegerlo. En un acto demagógico, el líder amarillo, Carlos Navarrete, fue a Iguala a pedir perdón a los guerrerenses.
Aguirre Rivero y el alcalde Abarca Velázquez son de extracción perredista, al igual que otros presidentes municipales de Guerrero, que son vigilados por las autoridades federales.
¿Será suficiente con la licencia al cargo? De ninguna manera. De lo ocurrido en Guerrero tendrán que implementarse nuevas políticas, para evitar que esos hechos de salvajismo vuelvan a repetirse.
Con la salida del gobernador no volverá automáticamente la tranquilidad y la seguridad al estado. Lo más importante es que aparezcan con vida los 43 normalistas de Ayotzinapa.
EL PAPEL DEL AHORA EX GOBERNADOR
A raíz de los hechos cruentos se repetían a cada rato en Guerrero la pregunta obligada es la siguiente: ¿Qué papel jugaba el ahora ex gobernador ante la embestida del crimen organizado en aquella entidad?
Porque si realmente no podía controlar al crimen organizado, sí tenía la autoridad para enterarse, por lo menos, de lo que ocurría en los municipios con sus alcaldes y sus policías.
Pero no le preocupó la seguridad de los guerrerenses y por eso se registraron los actos salvajes contra la población.
¿Nunca supo el ex mandatario que el presidente municipal de Iguala y su esposa estaban o están en franco contubernio con el crimen organizado?
Seguramente sí llegó a saberlo y quizás hasta protegerlos, pues se trataba de un correligionario perredista. ¿Cómo desenmascarar a un alcalde perredista, generoso en las aportaciones económicas para la campaña del candidato del PRD a la gubernatura?
LOS OTROS MUNICIPIOS PERREDISTAS
En el caso de los normalistas de Ayotzinapa también intervinieron policías de Cocula en plena colaboración con los uniformados de Iguala. De lo que se desprende la existencia de una red de policías municipales y estatales que sirven a las bandas de criminales.
Por lo pronto, en por lo menos 12 municipios guerrerenses, las autoridades federales se encargaron de la seguridad.
Y si los alcaldes de dichos municipios se encuentran en las mismas condiciones que su colega Abarca Velázquez, ¿no había alguna autoridad interesada en evitar la presencia del crimen organizado en las alcaldías?
Desde el gobernador hasta el más modesto alcalde tendrán que responder a un sinnúmero de interrogantes sobre la penetración de la delincuencia organizada en la vida política de Guerrero. Por cualquier lado que se contemple el panorama político en Guerrero se llega a la conclusión de que se trata un estado donde la ingobernabilidad llegó hace mucho tiempo, pero se consolidó con la presencia de Aguirre Rivero.
Claro, eso propició que se incrementara la corrupción y la impunidad, así como el número muertes y de fosas clandestinas en territorio guerrerense.
PARTE DE LA VERDAD
Las autoridades federales informaron como van las investigaciones sobre la desaparición de los 43 normalistas.
Si bien es cierto que se conoce la identidad de los autores intelectuales, aún no se sabe del paradero de los estudiantes levantados.
Y en tanto no se localicen, todo lo que se piense en torno a las desapariciones caerá en el círculo de las suposiciones y especulaciones. Se conoce parte de la verdad, pero aún no se sabe, oficialmente, el paradero de los estudiantes desaparecidos.
Durante las investigaciones que tardarán un tiempo considerable en concluir, se conocerá la vinculación real entre los políticos guerrerenses y el crimen organizado, a pesar de que los perredistas pretenden pasar como hermanitos de la caridad.
Mientras continúan las investigaciones, los familiares de los normalistas desaparecidos, estudiantes, maestros y organizaciones sociales continúan con manifestaciones para que regresen con vida a los 43 normalistas de Ayotzinapa.