Se limpia el camino
Roberto Vizcaíno lunes 12, Jul 2010Tras la puerta del poder
Roberto Vizcaíno
Con todas estas bajas sólo quedaba como opositor interno el senador Manlio Fabio Beltrones, quien también aprovechó todo el jaleo postelectoral para tomar distancia de esa pelea
Una de las consecuencias del proceso electoral de hace una semana en 14 estados del país – en12 de los cuales se eligieron gobernadores-, fue la de definir precandidaturas presidenciales.
Luego del primer impacto de estos comicios, hacia la mitad de la semana, Andrés Manuel López Obrador fue el primero en salir para darnos la primicia que toooodos sabíamos: que iba de nuevo por la Presidencia de la República y que se ponía a disposición de algún partido que lo quisiera lanzar aunque bien sabe que sólo lo harían dos… Convergencia y el PT.
Aprovechando este “sorpresivo destape” de AMLO, el jefe de Gobierno capitalino Marcelo Ebrard dejó ver su propias intenciones al pedirle de hecho a su ex jefe respetar la palabra empeñada alrededor de que hacia “el momento oportuno” –que todos fijan por allá de fines de 2011-, sea quien “esté mejor posicionado” el que resulte el candidato de la izquierda para tan apreciado cargo.
Eso sugiere que las encuestas serán las que digan a los partidos de la izquierda (¿¿¿???) a quién deberán ungir como su abanderado para ser el sucesor del panista Felipe Calderón… en caso de que el voto ciudadano así lo determine.
Cuauhtémoc Cárdenas, quien fuera candidato presidencial hasta el cansancio de esa izquierda, opinó que debería ser en una elección interna donde se decidiera esa candidatura.
No pocos sonrieron ante tamaña propuesta del ingeniero. ¿Qué no se acuerda de cómo han terminado todas las elecciones internas del PRD de los últimos 10 años? Y de que en Convergencia y PT ni siquiera han sabido de una interna en su vida.
De cualquier forma todo ello sirvió para dejarnos en claro que en esa zona de la política mexicana, que comprende a los partidos PRD, PT y Convergencia, hay sólo 2 precandidatos en serio: López Obrador y Ebrard.
En fin, mientras eso ocurría en la acera de la “izquierda” mexicana, el senador panista Santiago Creel aprovechaba un comentario generalizado surgido durante esos días, que lo pretendía ubicarlo como uno de los posibles aspirantes del blanquiazul a la gubernatura del Estado de México dentro de una posible “nueva alianza electoral entre PAN, PRD, PT y Convergencia”, gubernatura que deberá dilucidarse el domingo 3 de julio de 2011.
Creel no se anduvo por las ramas al enviar el siguiente comunicado:
– “Voy a competir por el 2012: Santiago Creel”…
“Ante las versiones de que el senador Santiago Creel Miranda tendría interés en participar como candidato para gobernador en el estado de México, se hace la siguiente precisión:
“El senador Santiago Creel está construyendo un proyecto adentro del Partido Acción Nacional de cara a las elecciones del 2012. Entre sus planes no está la posibilidad de competir por el Estado de México”.
Otra que fue mencionada para ese mismo asunto fue doña Josefina Vázquez Mota, ex secretaria de Desarrollo Social y de Educación Pública y actual coordinadora de los menguados diputados federales del PAN.
Igual que Creel, la señora Vázquez Mota respondió que tampoco tiene interés en competir por esa candidatura.
Como usted sabe, los analistas, columnistas y politólogos ven en doña Josefina una posible y remota aspirante a obtener la candidatura presidencial de su partido en caso de que Calderón no encuentre a quién lanzar de entre su muy novata y flaca caballada, dentro de la cual se enfilan Alonso Lujambio, titular de la SEP; Ernesto Cordero, secretario de Hacienda; Javier Lozano Alarcón, del Trabajo y quien se sume esta semana.
Con las cosas así, lo único claro hoy es que Creel es el precandidato más firme, abierto y conocido de Acción Nacional para suceder a Calderón, por más que a éste le provoque un fortísimo dolor de estómago saberlo.
En la tercera zona de la gran política mexicana, donde se encuentran el PRI y su aliado el PVEM, uno de los resultados de las elecciones del domingo 4 fue que de repente Enrique Peña Nieto, se quedó solo en la carrera presidencial.
De entrada Beatriz Paredes a quien algunos consideraban con posibilidades de competir por esa nominación, quedó más que fuera de cualquier posibilidad al ser la responsable directa de la pérdida de tres importantes gubernaturas para el tricolor: Oaxaca, Puebla y Sinaloa.
Sus detractores internos, que no son pocos ni pequeños, indican que sería muy fácil salirse con aquello de que en esos tres estados perdieron los gobernadores.
No, dicen, ella simplemente no hizo nada para impedirlo, cuando era su responsabilidad entrarle directo a evitarlo. Desde mucho antes ella y su equipo sabían que Ulises Ruiz y Mario Marín tenían una pésima imagen pública y que las encuestas de a de veras decía que podrían perder y sin embargo dejó correr esa posibilidad.
En el caso de Sinaloa ella también sabía que la decisión del gobernador saliente, Jesús Aguilar Padilla de optar por Jesús Vizcarra en lugar de Mario López Valdéz podría provocarle un descalabro a su partido, y sin embargo también se hizo a un lado cuando pudo haber promovido un movimiento de “reflexión” para disuadirlo de insistir en esa nominación.
Algunos todavía más mal pensados, ven en todo eso una traición más de Beatriz hacia su partido a favor de su amigo el presidente Felipe Calderón.
Hay quienes creen que dejó correr esas posibles derrotas para alagar a Calderón y darle un espacio de negociación para sus propias ambiciones e intereses.
En un análisis hacia su futuro inmediato sus detractores dicen que Beatriz sabe que no tiene mayores posibilidades de ser candidata del PRI a la Presidencia de la República, pero sin embargo vende la idea de que puede serlo.
Comentan que Paredes deberá pronto someterse a una nueva operación por sus graves problemas cardiovasculares, que de entrada anularía cualquier pretensión en ese sentido.
Otro problema que le impide pensar en serio en esa nominación, afirman, es su peligroso y evidente sobrepeso. Y hay otras razones de mucho más peso dentro de la sociedad mexicana que se esgrimen como obstáculos para que pueda ser candidata presidencial del PRI.
Cualquiera que sean todas estas razones, el inmisericorde calendario político de Beatriz Paredes indica que el 4 de marzo próximo deberá entregar la presidencia del PRI a su sucesor.
De ahí que haya quienes también la ubiquen como la nueva coordinadora de los diputados federales de su partido. En este punto se ve muy difícil que Paredes pueda desplazar al mexiquense Francisco Rojas de ese cargo, para ponerse ella.
No es un secreto que a Rojas lo apoyan dos fuerzas mayores a la de Paredes dentro del PRI: la de Enrique Peña Nieto y la de Carlos Salinas.
De ahí que se hable ya de que Beatriz va a ir a presidir a la Cámara de Diputados el próximo año en una especie de cargo de compensación.
Dentro de este paquete de desplazados por los resultados electorales últimos están sin duda los gobernadores Ulises Ruiz y Fidel Herrera.
Ulises se había autodestapado para ir a la presidencia del PRI y Fidel de alguna forma jugaba con la posibilidad de ser el “tercero” en discordia ante una posible abstrucción a Peña Nieto por la presidencia de la República, o de plano ir a ocupar el cargo de líder nacional de su partido, cosa que no veía mal-dicen- la propia Beatriz Paredes.
Pero resulta que uno perdió de la manera más fea que le pudo haber ocurrido y el otro salió raspadísimo de su proceso, que con seguridad deberá definirlo el Trife.
Con todas estas bajas sólo quedaba como opositor interno el senador Manlio Fabio Beltrones, quien también aprovechó todo el jaleo postelectoral para tomar distancia de esa pelea.
En una declaración a la conductora Carmen Arístegui, Beltrones precisó respecto de la candidatura presidencial para el 2012:
“Desde hace mucho tiempo tiré mis obsesiones al bote de la basura… yo lo que estoy haciendo es trabajar en un sentido positivo por buscar en este trecho más modernización del país, pasar por el 2011, y tomar una decisión en el 2012”, aclaró.
Quienes saben de eso, entienden que Beltrones se está saliendo de la gran jugada del 2012, pero dejando abierta una rendijita que sería válida si existiera un imponderable que le impidiera a Peña Nieto ser ese candidato.
Por lo pronto a Manlio no pocos lo ven como el verdadero y más viable sucesor de Beatriz en la cúpula del PRI, lo cual sería ya un gran juego. con eso Peña Nieto va solo.