Por los caminos del sur
Francisco Rodríguez martes 21, Oct 2014Índice político
Francisco Rodríguez
Se llama Miguel Benítez Palacios. Lo conocen como “El Oso”. Es el encargado de la plaza de Iguala. También de sus alrededores: Tlacotepec, Apaxtla, Taxco, Buenavista de Cuéllar, Teloloapan, Huitzuco… Su segundo es su hermano Víctor Hugo, a quien apodan “El Tai”.
Él manda: Tiene a sueldo a todas las policías, incluidas las federales. Dicen que su nómina semanal, para este efecto, asciende a los 3 millones de pesos. Tiene “aceitados” y a sus órdenes a “las fuerzas de la ley y el orden”. No se ría.
Él manda: También tiene a las órdenes a los alcaldes de la zona. Y, por supuesto, al dizque gobernador Ángel “El Gordo” Aguirre. Así le llaman, ¿qué quiere usted?
“El Oso” tiene como fuerza a un pequeño ejército, bien pertrechado, de aproximadamente 90 sicarios.
Su fachada es un servicio de lavado de autos en Iguala. Y desde ahí ha ordenado que sepulten, en cuatro diferentes fosas —dos de ellas en Acapulco— a sus enemigos, detractores y, mucho se temen las autoridades, a los muchachos desaparecidos que estudiaban en la Normal de Ayotzinapa. Lo anterior es sabido, desde hace meses, por las autoridades federales, pero… Yo le seguiré informando.
EL MÓVIL, ¿LOS AUTOBUSES?
El colega Ramsés Ancira apunta en cinco líneas cuál pudo haber sido el móvil del ataque criminal en contra de los jóvenes de la Normal y de un equipo de futbol: los autobuses.
“Esto es una hipótesis —señala Ancira en un correo electrónico—, pero podría ser una línea de investigación ¿Qué tal si en alguno de los camiones secuestrados por los normalistas había un cargamento de droga escondido y ellos no lo sabían? Eso podría explicar la saña de los policías para sacarlos de la comandancia, llevarlos a un sitio y acribillarles y enterrarlos. ¿Dónde están los camiones? Seguir la ruta del dinero es un principio policíaco”.
Y sí. ¿Cómo sacan “El Oso”, sus “Guerreros Unidos” —facción de “Los Rojos” y de lo que queda del cártel de los Beltrán Leyva, que también operan en Morelos, con el beneplácito del gobierno de otro “Chucho”, Graco Ramírez Garrido Abreu— lo que en el argot llaman “la chiva” —heroína— y que tiene como destino Chicago, Illinois? Línea de investigación dice Ramsés. Concuerdo.
AGUIRRE SE BURLA DE TODOS
Lo interesante, en todo caso, es que los actos de lesa humanidad y de horror internacional en que están implicadas las autoridades civiles, militares y policíacas del estado de Guerrero, pueden confirmar aquel refrán añejo que “no hay cosas malas que por bien no vengan”.
Ya hay autoridades federales, ejecutivas, legislativas y judiciales que tratan de “escurrir el bulto”, diciendo que el caso es difícil porque “El Gordo” Aguirre es un experto en lavar manchas y masacres, ¡haya participado o no en ellas!
Y recuerdan los asesinatos del vado de Aguas Blancas, en 1995, cuando por ordenar una matanza de campesinos inermes, fue destituido Rubén “El Chómpiras” Figueroa… y “El Gordo” Aguirre, entonces, entró a lavar la masacre y a hacer reinar la impunidad, no obstante aquella su tierna edad.
Ahora, que la responsabilidad es total, ¿se le permitirá a este infeliz engatusar —y de este modo, complicitar— a todos los órganos de inteligencia y de seguridad del Estado en el nivel federal?
Sí es así, sería suficiente como para bajar la cortina, e ¡irse pa’ Mérida, bosch!
Y NEGOCIA SU SALIDA: EL JUNIOR A ACAPULCO
Lo peor es que, con el desvergonzado objetivo de “victimizarse”, el nefasto “Gordo” Aguirre, adoptó una actitud del “machito” (que no ha sido durante la incubación de las varias masacres guerrerenses) y ofrece su renuncia, a cambio de que se esclarezca la matanza de estudiantes en Iguala.
Ya no cabe ni alcanza para compensar la tragedia de las familias y el luto del país. Es una actitud de confort, negociable para que el hijo sea candidato a la alcaldía de Acapulco. ¡Qué cachaza!
Cabe el ajuste de cuentas de la justicia y del presupuesto salido de nuestros bolsillos. Cabe el enjuiciamiento público y el castigo ejemplar y merecido por complicitarse con la peor ralea del país (¡y esto es decir!).
Cabe la renuncia exigida por el Congreso y el escarnio internacional, ahora sí, en favor de los derechos humanos elementales.
Cabe el voto de castigo contra los candidatos y partidos saltimbanquis y oportunistas.
Cabe el alto a los redentores y padres de la patria que apadrinan a estos engendros políticos, depredadores y monstruosos. Cabe el decomiso de lo malhabido, no la cómoda renuncia negociada.