Y no aparecen…
¬ Augusto Corro viernes 17, Oct 2014Punto por punto
Augusto Corro
Continúan desparecidos los 43 normalistas de Ayotzinapa.
A tres semanas del levantamiento de los estudiantes, las autoridades siguen en una búsqueda hasta hoy infructuosa.
Como se sabe, el 26 y 27 de septiembre, narcopolicías y sicarios agredieron a los jóvenes que “boteaban” en Iguala.
El hecho cruento registró la muerte de seis personas: tres estudiantes, un futbolista y dos ciudadanos más. En el escenario de violencia fueron levantados 43 normalistas, cuyo paradero quedó en el más completo misterio.
La desaparición de los muchachos generó una ola de protestas e indignación nacional e internacional.Miles de personas exigen a las autoridades la presentación con vida de los estudiantes. La situación que priva derivada del hecho mencionado, es la siguiente:
Cada día que pasa crece la presión para que encuentren a los normalistas. El gobernador Angel Aguirre Rivero hace malabares políticos para mantenerse en el poder. Mientras, estudiantes y organizaciones sociales anuncian radicalizar sus acciones para presionar a las autoridades con el propósito de que aparezcan los levantados: “Vivos se los llevaron, vivos los queremos”.
De los principales autores intelectuales de la agresión a los estudiantes, poco a nade se sabe. El presidente municipal de Iguala, José Luis Abarca Velázquez y su esposa son buscados en todo el territorio nacional. Ella logró ampararse.
Las autoridades detuvieron a decenas de policías y a algunos sicarios que participaron directamente en la represión en Iguala.
Los partidos políticos hacen como que les interesa la problemática de Guerrero y su solución, pero se la llevan tranquilos.
LA REALIDAD
La tardanza en encontrar a los normalistas provocó el incremento de acciones radicales de estudiantes y familiares de los desaparecidos. Las protestas llegaron a los recintos universitarios y se iniciaron paros en varios centros de educación superior: UNAM, UAM Y Chapingo. Para los días que vienen, organizaciones estudiantiles, sindicales y sociales desarrollarán acciones de protesta de diferentes maneras, según anunciaron. Tomarán oficinas de los ayuntamientos, bloquearán carreteras y continuarán con las protestas a nivel nacional. Claro, las acciones principales se realizan en Guerrero.
EL GOBERNADOR
Ante esta situación que se presenta caótica, el gobernador Angel Aguirre Rivero sigue empeñado en seguir en el cargo.
El Partido de la Revolución Democrática (PRD), organismo del que salió el mandatario, intentó deslindarse de su vapuleado representante político, pero no lo logró. Aguirre Rivero y el PRD siguen con la imagen negativa por la pésima administración de los perredistas en Guerrero.
La ingobernabilidad en esa entidad se agudizó con la llegada al poder del susodicho Aguirre Rivero. La gota que derramó el vaso de agua la provocó el presidente municipal de Iguala, Abarca Velázquez y su esposa, vinculados con la el cártel de los denominados Guerreros Unidos. El PRD lo protegió y ayudó en cuantas acciones ilegales realizó. La cúpula partidista, encabezada por Jesús Zambrano, era beneficiada con las “cuotas” del alcalde El prestigio de los perredistas en Guerrero se encuentra por los suelos. Aguirre Rivero y Abarca Velázquez son los ejemplos claros de la manera de “gobernar” de los amarillos. Sin duda, la renuncia del gobernador traería una relativa tranquilidad al estado. No la solución, pero sí se notaría el interés de las autoridades federales en buscar una solución al conflicto.
LOS PARTIDOS POLITICOS
No es de extrañar la actitud pasiva de los partidos políticos relacionada con los hechos registrados en Iguala. El organismo político que podría haberse sumado a la causa de los estudiantes sería el PRD; pero como señalamos, se encuentra inmerso en el conflicto.
No cuenta con la autoridad moral para exigir un remedio a la situación, toda vez que los principales actores de la tragedia son perredistas. Da pena ajena contemplar al nuevo líder amarillo, Carlos Navarrete, que intenta lavar la imagen de su partido con estrategias políticas ridículas, como aquella de cuidar que los candidatos a cargos de elección popular, no tengan vínculos con el crimen organizado. A esta farsa ya se sumaron los panistas.
Desde el principio, los legisladores no mostraron un empeño real, activo, para exigir, por lo menos, que el gobernador deje el cargo y se someta, sin fuero alguno, a las investigaciones que realizan los representantes del Ministerio Público. Aunque ya se integraron comisiones de diputados y senadores para ver de qué se trata el problema guerrerense, se ignora cuándo se conocerán los resultados de su participación. En los medios políticos es muy sobada aquella frase de: “si quieres que no resuelva el problema, crea una comisión para que lo atienda”.
LAS INVESTIGACIONES
Las investigaciones que realizan las autoridades federales y estatales se encuentran empantanadas. La búsqueda intensa de los 43 normalistas sólo ha generado el descubrimiento de más tumbas clandestinas en Iguala y sus alrededores., con un mayor número de cuerpos sin vida. De los 28 que se encontraron en las primeras fosas, las víctimas fueron calcinadas y descuartizadas. Se pensó que podría tratarse de los normalistas, pero las autoridades ya descartaron esa posibilidad. En fin, el caso de los normalistas tiene visos de complicarse aún más, y ya las autoridades federales ofrecerán recompensas ecónomicas “fuertes” para localizar a más narcopolicías que participaron en la agresión a los estudiantes.