Peña, un presidente bajo presión
Roberto Vizcaíno viernes 10, Oct 2014Tras la puerta del poder
Roberto Vizcaíno
- En todos los casos que han ocurrido en sus 2 años de gobierno ha dejado en claro que no se amedrenta
- Sabe el primer mandatario que tiene que dar una serie de respuestas pronto en el caso de Iguala
- Los alcaldes de la CONAMM lo apoyan para hacer una limpia a fondo de narcos en los municipios del país
Bien sabía Enrique Peña Nieto el pasado fin de semana lo que se le venía encima a su gobierno. Los acontecimientos en Iguala, Guerrero, eran para él, desde el domingo, muy claros desde su perspectiva en el poder. Y más con la información que debe tener desde el Cisen.
De ahí su pronunciamiento desde el Patio de Honor de Palacio Nacional del lunes. Y su decisión de comisionar a Jesús Murillo Karam para desentrañar el caso y aplicar justicia.
En todo esto no podemos olvidar que desde que llegó a Los Pinos, Peña Nieto ha enfrentado toda clase de retos y adversidades: estuvo primero el de firmar el Pacto por México –que si bien a dos años de distancia podemos decir que fue un éxito–, en diciembre de 2012 planteaba muchas dudas y riesgos internos y externos.
Luego vino lo de la explosión en la Torre de Pemex con el agregado de muertos y destrucción de documentación que hizo suponer en el primer momento un atentado. Justamente Murillo Karam sometería esa investigación a un rigor que al final si bien no dejó convencidos a todos, sí presentó una respuesta que fue avalada por la mayoría de los ciudadanos, los medios y los centros y personajes del poder, quienes aceptaron que fue un accidente. Hoy casi nadie se acuerda de aquello.
Más adelante a México le pegó el asunto de los huracanes simultáneos Manuel e Ingrid, uno por el Pacífico y el otro por el Golfo, que crearon un desastre que terminó en tragedia en La Pintada y en la zona metropolitana de Acapulco.
Este año otro fenómeno meteorológico similar, Odile, pasó sobre Baja California Sur para sembrar inéditos destrozos y muerte.
En todos esos casos el presidente Enrique Peña Nieto fue el primero en llegar, meterse en la zona devastada y dictar soluciones desde el lugar. En uno y otro sitio -lo recuerdo metido días y días, en mangas de camisa, en la Torre de Pemex-, para apresurar soluciones. Igual lo hizo en los otros lugares.
Ahí dejó en claro su estilo de enfrentar los retos.
Hoy en lo de Iguala no puede ser distinto. Ya lo dijo ayer: su gobierno va hasta donde tope y contra lo que se tope en lo de Iguala.
Hay que creerle.
Para apoyarlo está Murillo, que no se arredra ante nada y que dice las cosas tal cual, a pesar de que no sean bien vistas por los medios o los actores políticos.
LA PRESIÓN
Enfrente ambos, Peña y Murillo, tienen toda una serie de actos de grupos y personajes que con buena o mala intención, le meten fuego al caso.
Los familiares de los 43 desaparecidos y los compañeros de estos de la Normal de Ayotzinapa son sin duda los primeros a quienes se les debe dar respuesta.
Otros son los ciudadanos quienes en todo el país esperan que el gobierno de la República les diga cómo y por qué, como se afirma, un grupo del crimen organizado decidió atacar a estos jóvenes y muy probablemente asesinarlos.
Es importante resolver el caso para responder a los reclamos internacionales y de organizaciones reconocidas en el exterior. Hay muchas inversiones foráneas que esperan que este país les garantice sobre todo seguridad.
Están en juego sin duda sectores tan importantes como el del turismo y el de los estudiantes extranjeros, los investigadores científicos y otros que ven a México como un atractivo para sus propios desarrollos personales y profesionales.
Todo esto sin duda es una de las grandes preocupaciones del presidente Peña Nieto respecto del caso Iguala.
Pero han surgido también otros tipos de presiones entre el que encuentra el anuncio del ERPI – Ejército Revolucionario del Pueblo Insurgente, surgido de la ruptura del Ejército Popular Revolucionario, el EPR, el 17 de febrero de 1997 pero que apareció en enero y junio de 1998, tras la masacre de El Charco–, para integrar una brigada de ejecución a fin de encontrar, combatir y exterminar a los “Guerreros Unidos”, a quienes todos señalan como responsables de la desaparición de los normalistas.
Sería pésimo que un grupo guerrillero de ideología maoísta de ultra izquierda, se enredara en una guerra contra un grupo de narcos.
También está el pronunciamiento del EZLN del “auto-desaparecido” subcomandante Marcos que repudió lo ocurrido en Iguala a través de una marcha silenciosa en San Cristóbal las Casas, portando mantas y pancartas con leyendas como las de “Su dolor es nuestro dolor”, “No están solos”, y “Su rabia es nuestra Rabia”. Todo eso en un ambiente en el que los zapatistas podrían estar anunciando que están dispuestos a entrarle con los del ERPI o por su lado a combatir a los “Guerreros Unidos”.
Y, bueno, también está la absurda y demagógica declaración del gobernador Ángel Aguirre diciendo que está dispuesto a someterse a un referéndum que, organizado por el INE, permita a los guerrerenses decir si quieren que siga o se vaya cuando él sabe que eso depende de una decisión suya.
Y no que decir que otros “indignados” por el caso son los maestros de la CNTE de Guerrero que ya encontraron en ello un pretexto ¿para qué cree usted?… pues sí, le atinó: para hacer un plantón.
Bueno, también el asunto de Iguala es ya parte de las negociaciones de los pejistas que lograron penetrar y encabezan la protesta y paro de los estudiantes y maestros del Politécnico, quienes marcharán hoy hacia Gobernación a sostener un nuevo diálogo con el secretario Miguel Ángel Osorio Chong.
PRIMEROS RESULTADOS
En medio de todo esto, el procurador Murillo Karam convocó ayer a una conferencia de prensa en el DF en la que dio a conocer que sigue sin conocerse el motivo y causa de la desaparición de los 43 normalistas; que en estos tres días que tiene al frente del caso se ha detenido a otras 4 personas –para sumar ya un total de 34 relacionados confesos– , que informaron sobre 4 nuevas fosas clandestinas –con las cuales suman ya un total de 10–, y en las que trabajan 10 peritos forenses especializados.
Murillo no dijo cuántos cuerpos han sido localizados en esas 10 fosas, pero indicó que todos fueron calcinados, lo cual dificulta al extremo su identificación, aún cuando se cuenta ya con muestras genéticas para hacerlo.
Mientras las pesquisas avanzan, Iguala está vigilada por la Policía Federal y resguardada por retenes del Ejército.
Sobre la indagatoria el director de la Agencia de Investigación Criminal, Tomás Zerón de Lucio, explicó que en Iguala quedaron instaladas 4 mesas de trabajo: la de estratégica de alto nivel, la de análisis de información, una más de investigación y la cuarta de operaciones.
Hasta el momento hay varias diligencias abiertas para cumplir con el debido proceso y en las que trabajan 35 peritos mientras 10 más se encuentran destinados en las fosas clandestinas encontradas.
El procurador Murillo indicó que no se descarta ninguna línea de investigación
Y aclaró que la PGR a su cargo sí busca al alcalde José Luis Abarca y a su esposa María de los Ángeles Pineda, así como al director de Seguridad, Felipe Flores Vásquez, como principales imputados hasta ahora en el caso.
URGE DETENERLOS
En este contexto, Renán Barrera Concha, presidente de la Junta General de Gobierno de la Conferencia Nacional de Municipios, la CONAMM, pidió ayer al presidente Peña Nieto hacer todo lo que esté en su decisión para cerrarle el paso al crimen organizado, y el narcotráfico, y evitar que este se infiltre tanto en los municipios del país pero muy especialmente en el próximo proceso electoral 2015.
Barrera Concha recordó que el domingo 7 de junio de 2015, se renovarán 9 gubernaturas, 17 congresos estatales, la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión y más de mil cargos locales entre alcaldías y jefaturas delegacionales.
El líder de la CONAMM se sumó a las propuestas del presidente del PAN, Ricardo Anaya, avaladas por el secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, de blindar al país ante los que quieren o utilizan la división que existe entre los poderes, entre órdenes de gobierno para lograr sus objetivos.