La expansión vinícola en Okanagan
¬ José Antonio López Sosa miércoles 8, Oct 2014Detrás del Poder
José Antonio López Sosa
Penticton, Canadá.- Hace diez años esta zona sur del valle de Okanagan (a unos 400 kilómetros al oriente de Vancouver y a 62 kilómetros al sur de Kelowna) deslumbraba a los visitantes con sus montañas, el gran lago y los paisajes únicos en esta región de América del Norte, sin embargo al ver el potencial vinícola de la parte norte del valle -en la zona de Kelowna-, familias y emprendedores decidieron tras analizar las condiciones climáticas y del suelo, convertir a esta zona en una basta región productora de vinos.
Hoy día son más de 30 viñedos los que elaboran vinos -principalmente Merlot- en la región y han transformado el entorno, no sólo con la producción vinícola sino con un producto turístico completo: viñedos con grandes cavas y espacios para degustaciones, algunos con hoteles boutique y sobre todo, con la infraestructura humana para recibir visitantes y llevarlos de la mano desde el cultivo de la vid y hasta que la botella queda lista para salir a la venta.
Hay una condición que noto a diferencia del turismo vinícola que ocurre en México: aquí los viñedos cuando los viajeros llegan, tienen como principal objetivo dar a conocer sus etiquetas, que la gente las pruebe para que más tarde las busque en el mercado o regrese al viñedo a comprarlas (o por internet).
En México la mayoría de los viñedos tiene por objeto que el visitante les compre el mayor número de botellas en el momento (ya sea en vendimias o en visitas regulares), esa visión cortoplacista refleja el poco alcance que los vinos mexicanos tienen en la población y lo complicado que es detonar el turismo vinícola en nuestro país. Aquí en Columbia Británica la fórmula ha sido distinta y por ello existen varios festivales de vino anualmente (ahora mismo estamos en el festival de otoño). Sin lugar a dudas vender botellas de vino es el negocio de cualquier viñedo, pero hay muchas cosas alrededor que aquí han diseñado y que permiten al visitante disfrutar no sólo de la compra de botellas en sí y, por otro lado, permiten diversificar el producto turístico tanto a viñedos como a prestadores de servicios.
Hace veinte años eran contados los viñedos en la región, así que no se trata de una tradición centenaria sino de una vocación por crear buenos vinos y una región turística vinícola, cosa que les ha funcionado al ciento por ciento.
Ayer visitamos el viñedo Misconduct, donde nos encontramos a un cheff mexicano -originario de Guadalajara- quien ha fusionado los sabores de nuestra tierra para maridarlos con los blancos y tintos que ahí se elaboran.
Fuimos al viñedo Bench 1775 donde además del buen vino, tienen una instalación espectacular a la orilla del lago, combinando las buenas etiquetas con un escenario muy peculiar. Visitamos también el viñedo Perseus, donde Jesse Harden da a los visitantes una amplia explicación histórica de los vinos en esta región de Canadá.
Finalmente, fuimos a una escuela pública (City College), donde hay un área que se dedica a dar cursos con relación a los vinos en Columbia Británica, tanto para locales como para visitantes. Tomamos un breve curso sobre vinos espumosos, hecho que permite a cualquier mortal con curiosidad por el vino, entender esas cosas simples que algunos sommeliers y colegas especializados hacen ver tan complicadas. Lo mismo tienen cursos para especialistas en el tema que demandan información más precisa.
Así la expansión vinícola en el valle de Okanagan, también implicó una vertiginosa expansión turística. Esta es sin lugar a dudas una de las regiones más interesantes para acercarnos al mundo del vino, para ver de cerca la elaboración artesanal y descubrir como con ingenio y visión, se pudo detonar una región vinícola a estas latitudes.
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