La investigación
¬ Augusto Corro miércoles 8, Oct 2014Punto por punto
Augusto Corro
El daño está hecho. La matanza de normalistas en Iguala, Guerrero, quedará en la mente de los mexicanos como una acción cobarde, vil y deleznable, por decir lo menos.
Por lo menos 17 de 43 estudiantes fueron asesinados y luego quemados o descuartizados. Estas acciones abominables fueron confirmadas por testigos.
Ahora, falta saber el móvil que condujo al sacrificio de los normalistas. Como se sabe en las balaceras del 26 y 27 de septiembre murieron tres estudiantes, un futbolista, el chofer de un autobús y una mujer que viajaba en un taxi.
La violencia continuó y los asesinos desaparecieron a 43 normalistas. Se informó que los policías municipales y sicarios del cártel Guerreros Unidos se encargaron de llevar a cabo esa represión brutal.
¿Pero cuál fue el móvil de esa represión y los asesinatos a sangre fría? ¿Qué ocultaban las autoridades municipales y estatales que propició la matanza de estudiantes? El gobernador Angel Aguirre tendrá que explicar ampliamente lo que ocurría en Iguala, con un presidente municipal en convivencia activa con la narcodelincuencia.
El centro de las investigaciones estará en el alcalde, José Luis Abarca Velázquez, que tuvo la oportunidad y el tiempo de huir. ¿Por qué la actitud pasiva y tardía del gobernador para obligar a su compañero de partido a dar la cara?
El alcalde, después de la represión contra los estudiantes, tuvo la osadía de pedir licencia para alejarse del cargo.
¿Y el gobernador? Pues hizo mutis. ¿De qué se le puede acusar? ¿De omiso, negligente, irresponsable, inepto o encubridor? ¿O todo junto? ¿Suficiente para llevarlo a un juicio político o ante la justicia?
Los guerrerenses se divorciaron de su gobernador desde hace mucho tiempo y en un sinnúmero de ocasiones le plantearon su renuncia debido a su ineptitud para resolver los conflictos en aquella entidad, que van desde los daños que dejan los ciclones hasta la actividad incontrolable de los cárteles de la droga.
Con la matanza de normalistas, volvió a surgir la cadena de errores, imprevisiones y omisiones del gobernante perredista.
De ahí, que ahora se ponga en duda la permanencia de Aguirre Rivero en la gubernatura.
De la investigación a fondo que realizan las autoridades federales dependerá el futuro político del aún mandatario estatal.
¿Sabía o no sabía el gobernador que el presidente municipal de Iguala, Abarca Velázquez, era protector de los narcos? ¿Qué lo obligó a guardar silencio? De ahí la importancia de conocer la realidad de lo que ocurrió en Iguala.
¿Cuál fue la razón para que los normalistas pagaran con su vida?
PARTIDA DOBLE
El nuevo líder del Partido de la Revolución Democrática (PRD), Carlos Navarrete, fue recibido con el conflicto originado por la matanza de normalistas de Ayotzinapa. La tragedia que marcará al partido del sol azteca que permitió la filiación del alcalde Abarca, a pesar de su historial narco.
Al revelarse la vida política del presidente municipal surgieron hechos que podrían señalar las razones de su militancia partidista hasta alcanzar una alcaldía, en Iguala, centro importante en la geografía de la narcodelincuencia. De acuerdo con un informe del Centro de Investigación y Seguridad Nacional (Cisen) Abarca Velázquez “logró sobornar a las dirigencias estatal y nacional del Partido de la Revolución Democrática (PRD), a través de diversos mecanismos, como la entrega de dinero en efectivo y apoyos en especie destinado a la operación de dichos comités”.
Además, en el documento se señala que “gracias a los nexos de su esposa, suegra y cuñados con el extinto Arturo Beltrán Leyva, Abarca Velázquez, quien sirvió a este capo de lavador y prestanombres, pudo levantar en pocos años una fortuna considerable”. El gobernador Aguirre Rivero llegó al poder como candidato perredista a la alcaldía de Iguala. Es lógico que sostuvieran una relación política importante pues se trataba de correligionarios en cargos importantes.
Ese contacto entre ambos, que debió ser estrecho, compromete más al mandatario estatal a conducirse con la verdad para conocer el móvil de la masacre de normalistas.
Como señalamos arriba, Carlos Navarrete tendrá que realizar un gran esfuerzo como dirigente si quiere borrar esa mancha de ignominia sobre la imagen del PRD. Y si realmente esa es la pretensión del líder, lo primero que tiene que hacer es bajarse del discurso demagógico.
Por ejemplo, ¿Por qué o para qué tenía que reunirse con el gobernador Aguirre Rivero en Iguala? ¿Por qué la primera sesión del Comité Ejecutivo Nacional (CEN) se efectuó en aquel municipio? ¿Por qué no respetar el dolor de las familias de los normalistas que perdieron la vida en la represión brutal de narcopolicías y sicacarios?
LA NARCO DELINCUENCIA
En un video, a Leonor Villa Ortuño, supuesta suegra del alcalde de Iguala, José Luis Abarca Hernández, se le preguntó si conocía al gobernador Angel Aguirre Rivero. Contestó: “Sí lo conozco, porque mis hijos patrocinaron su campaña de diputado a gobernador”. Luego se refirió a la relación de su yerno con el cártel de Guerreros Unidos.