El proceso electoral
¬ Augusto Corro martes 7, Oct 2014Punto por punto
Augusto Corro
Hoy martes el Instituto Nacional Electoral (INE) dará el banderazo de salida del Proceso Electoral Federal 2014-2015.
Se entiende que los diez partidos del espectro político mexicano se encuentran preparados para la contienda.
Sólo que no todos tendrán la posibilidad de erigirse como triunfadores. Entre estos se encuentran los dos organismos políticos que se ubican en la llamada izquierda mexicana.
Nos referimos al Partido de la Revolución Democrática (PRD) y al Movimiento de Regeneración Nacional (Morena).
En el primero, los perredistas que se hacen pasar como una izquierda moderna, más bien colaboracionista, tendrán que enfrentar su pasado de divisionismo y los errores de los gobernadores surgidos de sus filas.
Ahí están, por ejemplo, los mandatarios estatales de Guerrero, Oaxaca, Morelos y Tabasco. El guerrerense Angel Aguirre Rivero, de reciente cuño perredista, quien se mantiene en el poder contra viento y marea, es la muestra viva de la incompetencia, la ineptitud y el cinismo.
Desde que llegó a la gubernatura la ola de violencia se recrudeció en esa entidad y en el presente no sabe qué hacer. Guerrero es un estado fallido, en espera de ayuda.
No será fácil sacudirse a las lacras que prestan sus servicios como policías municipales y que ya demostraron su poder de asociación criminal contra los normalistas de Ayotzinapa, en Iguala.
En los hechos violentos registrados la noche del 26 de septiembre y la madrugada del 27, los narcopolicías y los sicarios de Guerreros Unidos mataron a tres estudiantes, un chofer, un futbolista y la pasajera de un taxi; además, fueron levantados los 43 normalistas.
Aguirre Rivero sabía muy bien que Iguala estaba sobre un polvorín preparado para estallar en cualquier momento, como ocurrió. El drama empezó y parece que no tiene fin; pues se encontraron varias tumbas clandestinas en las que, por lo menos, se encontraban 17 cuerpos de normalistas, calcinados y mutilados.
La Procuraduría General de la República (PGR) tendrá hoy o mañana los resultados de las pruebas de ADN practicadas a los cuerpos encontrados en las fosas clandestinas.
LAS REPERCUSIONES POLÍTICAS
El nuevo líder del PRD, Carlos Navarrete, no conoce la dimensión de la espiral de violencia que se vive en Guerrero.
Y como si fuera algo intrascendente se pronunció a favor de una contraofensiva de las autoridades federales y estatales para combatir a la delincuencia.
Nadie le ha dicho al dirigente recién llegado que las autoridades estatales ya fueron rebasadas desde hace mucho tiempo por las organizaciones criminales.
Precisamente en Iguala, el alcalde perredista, José Luis Abarca, huyó una vez ocurridos los acontecimientos trágicos, porque fue identificado como miembro de la banda Guerreros Unidos. Él provocó el estallido.
¿Cómo es posible que Aguirre Rivero no supiera que los policías municipales también prestaban sus servicios al cártel Guerreros Unidos? ¿Por qué solapó tanto tiempo al presidente municipal? ¿Qué obligó a Aguirre Rivero a guardar silencio? En fin, el gobierno de Aguirre Rivero no juega ya ningún papel importante en Guerrero.
Ante la problemática de crímenes y violencia que viven los guerrerenses y es seguro que lo pensarán detenidamente para votar por los candidatos amarillos.
En Guerrero, el PRD perderá fuerza poco a poco.
Aguirre Rivero es gobernador por segunda vez. En la primera ocasión, sustituyó a su amigo Rubén Figueroa, por la matanza de campesinos en el vado de Aguas Blancas, en el municipio de Coyuca de Benítez. Esa vez la policía mató a 17 personas.
El futuro de Guerrero es incierto. Algo tendrá que cambiar después de la matanza de normalistas.
CONTRA LOS MORENOS
Por otra parte, el PRD tendrá que hacerle frente al Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) que encabeza el tabasqueño Andrés Manuel López Obrador. Los dos partidos de la línea de izquierda se verán cara a cara por primera vez en unos comicios.
A mediados del año próximo se sabrá la verdadera dimensión del PRD y de Morena. Aunque las elecciones intermedias no tienen la dimensión de las presidenciales, sí será un termómetro para conocer cómo se encuentra la izquierda mexicana.
Porque no será lo mismo el PRD con el tabasqueño, ni este contará todavía con la estructura partidista nacional para la competencia electoral.
Por lo menos la unidad, que tanta falta le hace al PRD, no es problema en Morena. En este partido se hace lo que ordena López Obrador y punto. En el partido del sol azteca se encuentran muy lejos de superar el divisionismo. Carlos Navarrete, el recién ungido líder nacional amarillo, estará muy ocupado en limar asperezas con sus adversarios políticos, si quiere llevarse la fiesta en paz.
Si es cierto que no tiene problemas con sus jefes “Los Chuchos”, no le pasa lo mismo con Marcelo Ebrard, Cuauhtémoc Cárdenas y René Bejarano.
Lo importante de la historia perredista aún está por escribirse y no será para enorgullecerse de ella.