Agraviados
Ramón Zurita Sahagún jueves 2, Oct 2014De frente y de perfil
Ramón Zurita Sahagún
Conforme se acercan los tiempos electorales, los partidos políticos entran en una dinámica distinta, en la que asoman nuevas estrategias, métodos de presión y se modifican una serie de criterios para seleccionar candidatos.
Se incluyen dentro de esta nueva dinámica algunos puntos que, en otros tiempos, sorprenderían, pero que en el México moderno se advierten como hechos cotidianos. Algunos de esos asuntos llaman poderosamente la atención, por el sesgo que toman y que pueden alterar la apacible vida política.
Por principio de cuentas, el Partido de la Revolución Democrática se encuentra ante la posibilidad de tener que pagar la indemnización que exige el empresario Carlos Ahumada y que asciende a más de las dos terceras partes de las prerrogativas de ese partido.
Se trata de un viejo agravio y de una disputa que sostienen ese partido y su principal acreedor desde aquellos tiempos en que los video escándalos surcaron el horizonte mexicano.
Pero la dirigencia perredista no se encuentra cruzada de brazos, ya que interpusieron una denuncia en la PGR contra la secretaria de Desarrollo Social, Rosario Robles, por el presunto uso indebido de los programas sociales.
El presidente del PRD, Jesús Zambrano, acusó que Robles Berlanga lleva a cabo una estrategia política para tratar de arrebatarle al PRD su principal bastión electoral en los comicios de 2015, a través del condicionamiento de programas sociales.
Acompañado del diputado federal, Julio César Moreno, el presidente perredista acudió a la PGR a presentar la denuncia contra la funcionaria y el delegado de la dependencia en el Distrito Federal, Sixto Hoyos.
“Con evidencias claras, porque los hemos seguido desde hace varios meses, los tenemos ubicados con las manos en la masa en sus pillerías y de todo el manejo indebido a favor del PRI de los recursos de Sedesol”, dijo Zambrano.
Pero detrás de esa denuncia se encuentran los agravios del pasado y hasta la disputa por el dinero que reclama Carlos Ahumada, el que para los perredistas es parte de una deuda entre Rosario Robles y el empresario Carlos Ahumada.
En el PAN, la conformación de una nueva legislatura en lo correspondiente a la Cámara de Diputados abre la posibilidad de que nuevos actores se incorporen a las tareas del legislativo, con vistas a la sucesión presidencial del 2018.
Gustavo E. Madero Muñoz fue el primero en alzar la mano, para pasar lista de presente en la asignatura pendiente del nuevo Congreso, sin importarle dejar, por lo pronto, la presidencia del Partido Acción Nacional.
Madero apenas fue reelecto hace unas semanas para tal tarea, pero le resulta más llamativo buscar la candidatura a diputado federal y, por ende, la coordinación de los diputados de su partido en la LXIII legislatura.
De esa forma es el primero de los presidentes de partido que manifiesta sus intenciones de regresar al Congreso de la Unión, donde ya formó parte como diputado federal y senador, donde coordinó a la bancada de su partido.
Ahora es Ricardo Anaya Cortés el nuevo presidente del partido y con ello se aleja de la posibilidad de convertirse en candidato de su partido al gobierno de Querétaro.
Por supuesto que la decisión de Madero Muñoz inconformó a sus detractores, que como Ernesto Cordero descalifican la decisión de Gustavo Madero para solicitar licencia a la dirigencia nacional del PAN, al señalar que su ambición no tiene límites y es riesgosa de cara al proceso electoral del 2015.
“La ambición de Madero no tiene límites sigue pensando que Acción Nacional es parte de su patrimonio, de su feudo y que puede hacer lo que le dé la gana. Esto demuestra que lo último que le importa es el partido y lo que le interesa es su ambición personal”, dijo el legislador.
Cordero Arroyo contendió contra el chihuahuense por la presidencia de Acción Nacional y sucumbió en los comicios internos de su partido y antes de eso fue relevado por el propio Madero de la Coordinación de la bancada blanquiazul en el Senado de la República.
Respecto a las consecuencias que tendrá esta decisión, Cordero Arroyo subrayó que en estos momentos lo que más requiere el partido es fortalecerse, para encarar unidos y enteros la contienda federal del próximo año y lejos de eso lo único que le preocupa es ser diputado plurinominal.
Dentro del PRI, el tercer partido ubicado dentro de los nacionales, no se han presentado todavía esos agravios que habrán de asomar conforme transcurran los tiempos electorales.
Se habla de que el presidente del partido, César Camacho dejaría la posición para buscar una diputación federal y convertirse en el coordinador de su bancada en la LXIII legislatura, aunque también se menciona a la secretaria general del partido, Ivonne Ortega dentro de esa posibilidad, pero sería uno de los dos y el otro se mantendría dentro del partido.
Sin embargo, el mayor jaloneo y disputa de los militantes de ese partido se dará en relación a las candidaturas que presentará ese partido en nueve estados del país, donde habrá relevo del Ejecutivo estatal y en los principales ayuntamientos.
Las listas son amplias y entre los nombres que se manejan hay algunos que no son militantes de ese partido, pero que entrarían, eventualmente, como abanderados de candidaturas comunes o alianzas.
Esa simple posibilidad, que todavía no toma carácter de realidad se refiere a una entidad del sur, donde se analiza el efecto que tendría respaldar a un no miembro del partido que habría de afiliarse para ello.